lunes, 2 de abril de 2012

LA AGENDA MÍNIMA PARA LOS CANDIDATOS

José Luis De la Cruz Gallegos* | El Universal

Las campañas electorales han comenzado; es el momento para que los candidatos presenten sus propuestas. El actual estado de la nación no admite más retórica, los partidos deben señalar de manera clara y precisa cuales serán las medidas que implementaran para resolver los problemas que laceran la precaria estabilidad económica, social y de seguridad en la que vive buena parte del país.
Lejos quedaron las promesas de bienestar para la familia, de crecimiento del 7% o de tener una presidencia generadora de empleo, los saldos hoy son desfavorables en todos esos aspectos.
El aumento de la pobreza es la mejor muestra de ello. De acuerdo a la información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) la pobreza aumentó en las dos mediciones que realiza, la ahora oficial, denominada multidimensional, que arroja un universo de 52 millones de personas en pobreza, o la denominada por ingresos, que sitúa la problemática en 57.7 millones. La última forma de medición deja en claro la precarización del mercado laboral, es decir, el grave retroceso que el ingreso de los trabajadores ha sufrido, así como sus prestaciones sociales. Según la Coneval, el ingreso per cápita ha caído 25% (cuando se toman en cuenta los precios de la canasta básica). Lo previo sintetiza dos elementos a considerar. El primero versa sobre el desafío que deben asumir los candidatos: mejorar las condiciones laborales, para lo cual se debe cambiar la política de contención salarial que se ha aplicado en los últimos años. No se puede buscar ser competitivo en función de bajos salarios, se debe pasar a una economía de mayor innovación y productividad.
El segundo elemento es el daño que sufre el poder adquisitivo de las personas que realizan su mayor gasto en alimentos, es decir, de los pobres. La política de olvido del sector agrícola, así como la ausencia en la generación de agroindustrias ha hecho que México sea un país dependiente de lo más básico, de alimentos. El problema es que la especulación internacional ha propiciado un incremento en sus precios, lo cual ha impactado al bienestar de los pobres.
Los candidatos deben presentar propuestas para el sector energético. Hay tres opciones, que lo dejen como mecanismo de financiamiento de un sector público ineficaz e improductivo, que lo privaticen creando monopolios y que por ello los beneficios no lleguen a la población o que lo transformen en un pilar del desarrollo de México, al generar energía suficiente, de calidad y barata para las industrias como para las personas.
Generar una verdadera banca de desarrollo es esencial, solo así se podrán generar nuevos sectores productivos en regiones marginadas. La concentración del crédito empresarial que otorga la banca debe ser superado: tiene 624 acreditados de un universo de 3.5 millones de unidades económicas en el país.
Favorecer la competencia es otro factor a considerar. Una gran cantidad de monopolios y oligopolios han surgido por las decisiones del gobierno, su forma de privatizar, concesionar, de dar crédito, de rescatar sectores económicos y de ejecutar su gasto son causa de ello.
También se tiene a la seguridad pública. Combatir al crimen organizado pasa por tener una estrategia que va más allá de la parte armada. Tener una política de desarrollo industrial y social permitiría que la gente cuente con empleo, ayudando a inactivar los incentivos que algunas personas tiene para asociarse al crimen organizado.
Estos son aspectos a considerar al evaluar las propuestas de los candidatos y su compromiso para resolver los problemas del país. Decir no al discurso vacío es fundamental, la profundidad de los desequilibrios impide una campaña sin fondo.
*Director del Centro de Investigación en Economía y Negocios Tecnológico de Monterrey, campus estado de México.

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