sábado, 17 de julio de 2010

UN PESO FUERTE NO DAÑA AL COMERCIO EXTERIOR

La apreciación de la moneda estará entre 12 y 12.50 por dólar en el año
Ricardo Jiménez / El Universal
La mayor apreciación del peso mexicano con respecto a las demás monedas de Latinoamérica no le afectaría en el desarrollo del comercio internacional, debido a que la moneda aún se encuentra relativamente alta, explicaron analistas del medio financiero.
La moneda mexicana en lo que va del año registra una recuperación de 4.30%, mientras el real de Brasil muestra una depreciación 1.57%, sin embargo, el peso colombiano reporta una ganancia de 7.42%.
Por su parte, el peso chileno es la moneda que presenta una mayor devaluación de la región tras reportar una depreciación de 4.93%, seguido por el peso argentino con 3.40%.
El nuevo sol peruano siguió la misma tendencia de recuperación que el peso mexicano, aunque con una menor intensidad, pues en estos momento mantiene un nivel de apreciación de 2.18%.
El director de análisis para América Latina de Moody’s Economy, Alfredo Coutiño, destacó que a nivel global existe una excesiva liquidez de capital especulativo, donde se espera que México reciba entradas de capital importante en lo que resta del año; eso vislumbraría un fortalecimiento del peso mexicano que posiblemente lo llevaría a niveles entre 12.50 y 12.65 pesos a finales del presente año.
“Hasta ahí no creo que debería haber problema para la segunda mitad del año en el cambio de política monetaria interna, aunque posiblemente para el próximo año, el banco central la modifique, pues eso dependería de alguna manera de los flujos de capital”, aseguró el analista económico de Moody’s Economy.
El especialista agregó que en caso de que eso no sucediera habría una apreciación importante en la moneda local en el próximo año, lo cual comenzaría a deteriorar la competitividad del sector exportador, situación que traería consecuencias importantes sobre el desequilibrio de la balanza comercial.
Alfredo Coutiño dijo que, de hecho, durante los primeros cuatro meses de este año no ha existido un desequilibrio, sino que incluso ha generado un superávit que básicamente responde a factores transitorios, como el alto precio del petróleo y, por el otro, a la demanda en exceso que tiene la industria de los Estados Unidos como consecuencia de la recesión económica global que se presentó durante 2009.
Coutiño afirmó que estos factores tenderán a desaparecer una vez que se normalicen las condiciones en Estados Unidos y el precio del petróleo se estabilice en un cierto nivel.
La recuperación económica del país está demandando más productos del exterior, ya que se observa un crecimiento de las importaciones de bienes de capital e intermedios, de alguna manera en los bienes de consumo que tienen que ver con la apreciación de la moneda, dijo.
El directivo mencionó que lo anterior hace prever que la balanza comercial presentará un déficit hacia finales de año, un saldo negativo que será financiado sin ningún problema.
En el supuesto de que exista una entrada significativa de capitales en los próximos seis meses, la manera de evitar una nueva apreciación de la paridad peso-dólar sería mediante la acumulación de reservas internacionales, estrategia que el Banco de México anunció en meses anteriores, afirmó.
El especialista dijo, sin embargo, que está acumulación de reservas debe ir acompañada con una esterilización monetaria, porque si no sucede se corre el riesgo de que la entrada de capitales genere presiones inflacionarias.
“En estos momentos se vislumbra que con el crecimiento económico nacional la balanza comercial será deficitaria este año y quizá para el siguiente también, comentó el analista. El analista financiero informó que las autoridades en algún momento tendrán que hacer una combinación de políticas entre desacelerar la economía para que no entre en un terreno de desequilibrio y detener la apreciación del tipo del cambio a través de acelerar la acumulación de reservas internacionales del país.
Es difícil saber dónde está el punto de equilibrio del tipo de cambio, lo que sí podemos ver es que la paridad peso-dólar se mantuvo hacia finales de 2008 en niveles promedio de 13 pesos, dijo.
“Un tipo de cambio de 12.0 pesos por dólar posiblemente no genere una pérdida de competitividad importante, sobre todo si consideramos que los niveles de paridad estaban antes de la crisis en alrededor de 11.0 pesos por dólar; hablar de que 12 pesos sería un nivel de alerta para al sector exportador, eso no se puede decir”, afirmó Alfredo Coutiño.
A largo plazo
En el largo plazo, sí podrían existir problemas debido a que existiría una pérdida de competitividad de varios años, por el hecho de que el tipo de cambio se quede anclado en una paridad de 12 pesos o por debajo de esa cotización en los siguientes 2 o 3 años, teniendo una inflación promedio de 4%, donde el diferencial entre México y EU se ampliaría, y si el tipo de cambio no se corrige con ese diferencial, implicaría que el sector exportador perdiera competitividad, sobre todo con EU, afirmó el experto.
Complementó que el hecho de que el peso mexicano termine en 12 o 12.50 pesos este año, no representaría un problema, más bien si se mantiene anclado en una paridad fija en los siguientes dos o tres años; esto implicaría un pérdida de competitividad en el sector exportador mexicano, precisó Coutiño.
“México no tendrá problemas de competitividad si llegara a presentar una mayor apreciación en su moneda con el resto de los países de Latinoamérica, por la escasa relación comercial que existe.
Por ejemplo, si la moneda mexicana se llegara apreciar con respecto al real brasileño, no tendría ningún problema sobre el comercio mexicano, externó.
Afirmó que el problema está en una apreciación significativa con respecto al dólar americano; de ahí que México debe despreocuparse con lo que ocurra al peso con respecto a las distintas monedas de los países latinoamericanos.
La expectativa
Por su parte, el investigador del CIDE Alejandro Villagómez señaló que la expectativa de una mayor apreciación del peso mexicano con respecto a las monedas de América Latina no lo hará perder competitividad, debido al escaso comercio que existe con países de la región.
El especialista agregó que lo único que le debería preocupar a México en caso de que exista una fuerte recuperación del peso es que la economía de Estados Unidos nuevamente entre dentro de un proceso de ajuste a la baja.
Alejandro Villagómez agregó que en el largo plazo, bajo el supuesto de que el problema de la crisis de deuda que enfrentan algunos países de Europa no contagie al resto de la zona euro, el tipo de cambio en los siguientes meses oscilará entre 12.50 y 13.0 pesos.
Mencionó que el punto de referencia relevante es el tipo de cambio real, el cual no es una variable observada. De acuerdo a cifras que habían mencionado recientemente Banco de México y otros analistas, las estimaciones se ubican alrededor de 12.50 pesos.
El investigador del CIDE explicó que en el corto plazo mantener un tipo de cambio en 12.50 pesos no habría problema entre exportadores e importadores, pero si se mantiene en esos niveles para los próximos meses entonces se perdería competitividad en el exterior.
El analista económico de Ixe, Lucía Martín Rivero destacó que el tipo de cambio peso-dólar no es un factor importante que determine el comportamiento de la balanza comercial, más bien sería un factor de competitividad entre los productos que se ofrezcan como el nivel calidad.
La experta mencionó que en los próximos meses la actividad económica tenderá a crecer a un menor ritmo al observado en los dos primeros trimestres del año por la base de comparación con respecto al año anterior.
Afirmó que la perspectiva de una mayor apreciación del peso mexicano no sería un factor que afecte a la balanza comercial, porque más bien dependería de las exportaciones que se realicen hacia los Estados Unidos.

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