miércoles, 14 de julio de 2010

TENDENCIAS DE LA POBREZA EN MÉXICO

Victor Felipe Piz / El Financiero
En la parte más crítica de la crisis económica, ubicada en el segundo trimestre de 2009, la proporción de mexicanos que no puede adquirir una canasta alimentaria con el ingreso de su trabajo creció 19.4 por ciento anual.
Justo en ese trimestre fue cuando la economía cayó a la parte más baja del ciclo recesivo y el PIB se desplomó 10 por ciento a tasa anual y en términos reales.
Esto se sabe gracias al reporte Tendencias Económicas y Sociales de Corto Plazo, elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), organismo encargado de realizar la medición oficial de la pobreza.
El contenido del reporte permite valorar la posible tendencia de algunos componentes de la pobreza durante los periodos en los que no se tiene información oficial de la misma.
Además de indicadores ya conocidos que tienen una relación estrecha con la pobreza, el Coneval da a conocer en el reporte dos indicadores que pueden explicar directamente la tendencia de la pobreza: la evolución del valor de la canasta alimentaria y el Indicador de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP).
La actualización de la canasta alimentaria -que también le ha llamado línea de bienestar mínimo en la nueva metodología de medición multidimensional de la pobreza- se hace con la información que genera el Banco de México.
De acuerdo con la metodología de medición multidimensional de la pobreza en México, la línea de bienestar mínimo permite identificar a la población que, aun haciendo uso de todo su ingreso en la compra de alimentos, no puede adquirir los productos contenidos en la canasta alimentaria construida por el Coneval.
En agosto de 2008 esta línea equivalía a 614 pesos per cápita mensual en el ámbito rural y a 875 pesos en el urbano.
Para febrero de 2010 equivalía a 697 pesos per cápita mensual en el ámbito rural y a 986 pesos en el urbano. Para abril pasó a 717 y mil siete pesos, respectivamente.
A partir de mayo de 2008 el crecimiento anual de la línea de bienestar mínimo ha estado por arriba del incremento del Índice Nacional de Precios al Consumidor.
Efecto de la crisis
El ITLP es un indicador que muestra trimestralmente la tendencia de la proporción de personas que no puede adquirir la canasta alimentaria con el ingreso de su trabajo.
Este indicador se elabora a partir de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que genera el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) cada trimestre. La información se presenta a nivel nacional y por entidad federativa.
Con el ITLP se puede saber que entre el cuarto trimestre de 2008 y el mismo periodo de 2009 hubo un incremento de 6.8 por ciento en la proporción de personas que no pueden comprar una canasta alimentaria con su ingreso laboral.
Para el primer trimestre de 2010 el incremento se moderó a 2.4 por ciento respecto de igual periodo del año anterior.
El indicador muestra que el efecto de la crisis fue mucho más severo en las áreas urbanas y en las entidades que más directamente tienen contacto con el mercado internacional.
También se observa que en el primer trimestre de 2010 hubo una reducción de 2.7 por ciento en la tendencia laboral de la pobreza, "posiblemente por la recuperación relativa del empleo y porque el precio de los alimentos no creció al ritmo de los meses previos", según el Coneval.
Si bien no representa un indicador de pobreza, que oficialmente se estima cada dos años con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares que elabora el INEGI y que tiene más información que la ENOE, el ITLP es de utilidad para observar las tendencias en el corto plazo de dos elementos fundamentales de la pobreza: el ingreso laboral y el precio de los alimentos.
Esta información oportuna favorece la toma de decisiones en materia de política pública por incidir en el desarrollo social del país.
A 13 años del SAR
Como se sabe, en este mes el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) cumple 13 años en operación. Hoy las Afore administran un billón 246 mil millones de pesos, propiedad de 40.7 millones de trabajadores.
Para la mayoría de los propietarios de esas cuentas este ahorro representa su principal patrimonio y para muchos de ellos es su único vínculo con el sistema financiero formal a través de las Afore y sus Siefore, asegura la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro.
Si bien en los últimos años se amplió la cobertura del SAR y se consolidó un mecanismo de portabilidad de cuentas individuales, el reto es extender el sistema de pensiones a un mayor número de trabajadores.
De acuerdo con ING, una de las 15 Afore participantes en el SAR, alrededor de 11 millones de trabajadores independientes carecen de una cuenta individual.
"Son mexicanos que laboran por su cuenta y que, generalmente, no tienen acceso a una opción de ahorro rentable, seguro y con beneficios fiscales."
ING señala que, según cifras del INEGI, al primer trimestre del año había 11.4 millones de trabajadores independientes en México, de los cuales 5.6 millones (49 por ciento) se ubica entre los 30 y 50 años de edad.
Reconoce que las Afore tienen hoy un mercado más amplio entre la población de profesionistas que, a causa de la crisis, se han visto obligados a buscar su subsistencia en el autoempleo o que deben independizarse en algún momento de su vida laboral.
El acceso de los trabajadores y profesionistas independientes a las Afore universaliza el esquema pensionario basado en cuentas individuales y contribuye a avanzar en la conformación de un sistema nacional de pensiones, advierte ING.
Consolidar un sistema de pensiones más equitativo y con mayor cobertura es, precisamente, el objetivo del gobierno federal.

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