José Manuel Arteaga y Romina Román / El Universal
Junto con los centros cambiarios son puntos débiles del sistema financiero, dicen especialistas que, prevén, se les aplique límites a la compra de dólares como sucedió con los bancos
Es un centro cambiario de Sinaloa. Ahí se realizan decenas de operaciones de compra-venta de divisas al día, pero el establecimiento tiene una peculiaridad: los empleados tienen en su cajón decenas de copias de credenciales de elector que usan para proteger la identidad de algunos de “sus mejores” clientes.
A cambio de una jugosa propina, el personal acepta efectuar una operación que involucra miles de dólares. Y para cumplir con las disposiciones antilavado, utilizan una de las tantas copias de identificaciones del IFE; muchas de éstas son falsas o de personas que ya fallecieron.
Con ello, cumplen con las reglas para combatir el lavado de dinero, las que obligan los intermediarios a abrir expedientes de los clientes cuyas operaciones son relevantes.
Especialistas advierten que las casas de cambio y los centros cambiarios son altamente vulnerables a operaciones de blanqueo de divisas.
Y una vez que la Secretaría de Hacienda presentó las medidas para regularizar el mercado de dólares en México en el sistema bancario mexicano, la autoridad fijó la mirada hacia dos frentes: los centros cambiarios y las casas de cambio.
La Asociación Nacional de Centros Cambiarios y Transmisores de Dinero (ANCEC TD) aseguró que es responsabilidad de las autoridades supervisar el lavado de dinero.
Reconoció que en los últimos años se registró la salida de la mitad de centros cambiarios de la formalidad, porque la autoridad no los supervisaba y “podían hacer lo que les daba la gana”.
En México, las casas de cambios son reguladas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, mientras que los centros cambiarios sólo deben registrarse ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) de la Secretaría de Hacienda.
¿Lavado de dinero?
Gustavo Rodarte, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), consideró que sí hay casas de cambio que lavan dinero.
“Si vimos la operación ‘Casa Blanca’ que eran bancos enormes, ahora sólo hay que imaginar lo que sucederá en establecimientos pequeños que son difíciles de controlar. Decir cuáles sería aventurado porque hay casas de cambio que son instituciones serias y respetables, pero de que es un lugar posible para hacerlo, pues sí”, dijo.
El directivo del IMEF dijo que se debe poner especial atención en los centros cambiarios y casas de cambio de la frontera, los cuales deben ser bien supervisados por la autoridad.
“Los bancos son muy fáciles de supervisar porque tienen sus órganos de control y son muy grandes, pero las casas de cambio son muchísimas instituciones, muy pequeñitas y diseminadas por toda la República Mexicana. Ahí hay un problema para poder controlar”.
Germán Castro Hernández, presidente de la Asociación Nacional de Centros Cambiarios y Transmisores de Dinero (ANCECTD), reconoció que en lo que va de la administración de Felipe Calderón Hinojosa, la mitad de los centros cambiarios en México hicieron de lado la formalidad para realizar operaciones irregulares.
“No cerraron, pero ahí siguen, se dieron cuenta que si se salían del padrón, no los iba a supervisar ninguna autoridad. Ahora siguen trabajando, hacen lo que les da la gana. No identifican al cliente y compran más dólares de los autorizados porque la autoridad simplemente no los identifica”, expresó Germán Castro Hernández.
Consideró la base para que en México se tenga un buen sistema de previsión de lavado de dinero comienza en conocer al cliente y en el control de quien compra y vende dólares y no en la entidad financiera que se dedica a realizar ese tipo de operaciones irregulares. El líder de los centros cambiarios aseguró que si todas las instituciones usaran de manera adecuada las normas de prevención de lavado de dinero, sería imposible que se filtrara el lavado.
Pero si alguien aplica mal las medidas, entonces le corresponde a la autoridad supervisar y actuar.
Eduardo Gómez Alcalá, socio del área regulatoria de cumplimiento del sector financiero de Pricewaterhouse Coopers, dijo que no tendría datos para asegurar que en las casas de cambio y los centros cambiarios se lava dinero. “Esa es responsabilidad exclusiva de las autoridades financieras que regulan el tema”, dijo el especialista.
El analista añadió que en la medida en que las acciones en el sistema financiero estén coordinadas, las estrategias frontales contra la prevención de recursos de procedencia ilícita van a ser homogéneas en el sector.
Gómez Alcalá mencionó que como “sana práctica”, las casas de cambio y centros cambiarios no deberían de tener medidas adicionales para combatir el lavado de dinero. “Las casas de cambio están reguladas y los centros cambiarios para operaciones de prevención con recursos de procedencia ilícita también están regulados”.
“Yo creo que queda muy poco margen para aplicar medidas adicionales.. y la autoridad está haciendo su chamba”, expuso.
Gómez Alcalá dijo que GAFI es quien dicta la pauta y México adoptará sus medidas al ser un integrante de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y del G-7.
Regulación
Los especialistas comentaron que es necesaria una mayor regulación para los centros cambiarios.
Juan Luis Sherwell, director de la maestría en finanzas del Tecnológico de Monterrey, aseguró que lo primero que tienen que hacer las autoridades financieras es reconocer a los centros cambiarios para que adquieran derechos y obligaciones. El investigador añadió que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) no tiene ninguna injerencia en la regulación de estos operadores. “Sería benéfico para todos meterlos al sector financiero para que tengan una personalidad jurídica más importante en el sector financiero”, detalló.
El académico del Tecnológico de Monterrey aseguró que “por exposición al riesgo” que tienen los centros cambiarios en zonas turísticas y por su amplio uso en el manejo de dólares, estos organismos están más expuestos a realizar ese tipo de operaciones fraudulentas.
Germán Castro Hernández, presidente de la Asociación Nacional de Centros Cambiarios y Transmisores de Dinero (ANCECTD), dijo que el organismo que encabeza presentó una iniciativa al Congreso de la Unión para aumentar la regulación a estos intermediarios.
“Cualquiera no puede comprar dólares en la calle. Para evitar el lavado de dinero, necesitamos generar información de quién los compra y quién los vende y transmitir los datos a la Unidad de Inteligencia Financiera para ver quiénes son recurrentes de este tipo de operaciones”, expuso Castro.
Sin embargo, la iniciativa está congelada en el Senado de la República.
Castro Hernández acusó a los banqueros de cabildear para bloquear la enmienda, ya que no quieren competencia, cuando antes despreciaban la compra venta de dólares. Recientemente, en una comparecencia ante el Congreso, el subsecretario de Hacienda, Alejandro Werner, dijo que no hay una prohibición para vender dólares en cualquier parte de México.
“Si mañana alguien quiere comprar dólares o venderlos a una persona en el mercado de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, lo puede hacer. Nadie está prohibiendo ninguna transacción”, expuso ante los legisladores de la Cámara Alta.
La próxima regulación
La Asociación Mexicana de Centros Cambiarios estimó que en dos o tres meses podría replicarse la regulación que limita los dólares en efectivo a las casas de cambio.
César Tello, vicepresidente del organismo, consideró que las autoridades evalúan los resultados en los bancos para aplicarlo en las distintas casas de cambio del país.
Las medidas que aplicarán para estos intermediarios son iguales a las que se determinaron para la banca comercial.
En éstas se establecen un tope de 7 mil dólares al mes en la venta de dólares a bancos para personas morales; para personas físicas hasta 4 mil dólares; para no clientes hasta 300 dólares al día y un máximo de mil 500 al mes para turistas extranjeros que visitan la República Mexicana.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público tomó como referencia el caso de Colombia para aplicar las disposiciones anti blanqueo, debido a que se detectó un fenómeno similar a que ocurría en esa nación sudamericana. Por ejemplo, en ambos países el narcotráfico es una de las actividades ilícitas que más ingresa dólares en efectivo en el mercado y las franjas fronterizas son centros de acopio y tráfico de divisas en efectivo.
En México y Colombia, los excedentes de dólares en efectivo se importan principalmente a Estados Unidos. Como resultado de lo anterior, la banca se vio en la necesidad de adoptar medidas de autocontrol para desincentivar la recepción de dólares en efectivo.
Otra de las coincidencias que se detectó fue que la mayor parte de las casas de cambio desaparecieron, entre otras causas, porque bancos estadounidenses y locales dejaron de operar con ellas, lo que detonó un crecimiento de centros cambiarios.
Es un centro cambiario de Sinaloa. Ahí se realizan decenas de operaciones de compra-venta de divisas al día, pero el establecimiento tiene una peculiaridad: los empleados tienen en su cajón decenas de copias de credenciales de elector que usan para proteger la identidad de algunos de “sus mejores” clientes.
A cambio de una jugosa propina, el personal acepta efectuar una operación que involucra miles de dólares. Y para cumplir con las disposiciones antilavado, utilizan una de las tantas copias de identificaciones del IFE; muchas de éstas son falsas o de personas que ya fallecieron.
Con ello, cumplen con las reglas para combatir el lavado de dinero, las que obligan los intermediarios a abrir expedientes de los clientes cuyas operaciones son relevantes.
Especialistas advierten que las casas de cambio y los centros cambiarios son altamente vulnerables a operaciones de blanqueo de divisas.
Y una vez que la Secretaría de Hacienda presentó las medidas para regularizar el mercado de dólares en México en el sistema bancario mexicano, la autoridad fijó la mirada hacia dos frentes: los centros cambiarios y las casas de cambio.
La Asociación Nacional de Centros Cambiarios y Transmisores de Dinero (ANCEC TD) aseguró que es responsabilidad de las autoridades supervisar el lavado de dinero.
Reconoció que en los últimos años se registró la salida de la mitad de centros cambiarios de la formalidad, porque la autoridad no los supervisaba y “podían hacer lo que les daba la gana”.
En México, las casas de cambios son reguladas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, mientras que los centros cambiarios sólo deben registrarse ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) de la Secretaría de Hacienda.
¿Lavado de dinero?
Gustavo Rodarte, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), consideró que sí hay casas de cambio que lavan dinero.
“Si vimos la operación ‘Casa Blanca’ que eran bancos enormes, ahora sólo hay que imaginar lo que sucederá en establecimientos pequeños que son difíciles de controlar. Decir cuáles sería aventurado porque hay casas de cambio que son instituciones serias y respetables, pero de que es un lugar posible para hacerlo, pues sí”, dijo.
El directivo del IMEF dijo que se debe poner especial atención en los centros cambiarios y casas de cambio de la frontera, los cuales deben ser bien supervisados por la autoridad.
“Los bancos son muy fáciles de supervisar porque tienen sus órganos de control y son muy grandes, pero las casas de cambio son muchísimas instituciones, muy pequeñitas y diseminadas por toda la República Mexicana. Ahí hay un problema para poder controlar”.
Germán Castro Hernández, presidente de la Asociación Nacional de Centros Cambiarios y Transmisores de Dinero (ANCECTD), reconoció que en lo que va de la administración de Felipe Calderón Hinojosa, la mitad de los centros cambiarios en México hicieron de lado la formalidad para realizar operaciones irregulares.
“No cerraron, pero ahí siguen, se dieron cuenta que si se salían del padrón, no los iba a supervisar ninguna autoridad. Ahora siguen trabajando, hacen lo que les da la gana. No identifican al cliente y compran más dólares de los autorizados porque la autoridad simplemente no los identifica”, expresó Germán Castro Hernández.
Consideró la base para que en México se tenga un buen sistema de previsión de lavado de dinero comienza en conocer al cliente y en el control de quien compra y vende dólares y no en la entidad financiera que se dedica a realizar ese tipo de operaciones irregulares. El líder de los centros cambiarios aseguró que si todas las instituciones usaran de manera adecuada las normas de prevención de lavado de dinero, sería imposible que se filtrara el lavado.
Pero si alguien aplica mal las medidas, entonces le corresponde a la autoridad supervisar y actuar.
Eduardo Gómez Alcalá, socio del área regulatoria de cumplimiento del sector financiero de Pricewaterhouse Coopers, dijo que no tendría datos para asegurar que en las casas de cambio y los centros cambiarios se lava dinero. “Esa es responsabilidad exclusiva de las autoridades financieras que regulan el tema”, dijo el especialista.
El analista añadió que en la medida en que las acciones en el sistema financiero estén coordinadas, las estrategias frontales contra la prevención de recursos de procedencia ilícita van a ser homogéneas en el sector.
Gómez Alcalá mencionó que como “sana práctica”, las casas de cambio y centros cambiarios no deberían de tener medidas adicionales para combatir el lavado de dinero. “Las casas de cambio están reguladas y los centros cambiarios para operaciones de prevención con recursos de procedencia ilícita también están regulados”.
“Yo creo que queda muy poco margen para aplicar medidas adicionales.. y la autoridad está haciendo su chamba”, expuso.
Gómez Alcalá dijo que GAFI es quien dicta la pauta y México adoptará sus medidas al ser un integrante de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y del G-7.
Regulación
Los especialistas comentaron que es necesaria una mayor regulación para los centros cambiarios.
Juan Luis Sherwell, director de la maestría en finanzas del Tecnológico de Monterrey, aseguró que lo primero que tienen que hacer las autoridades financieras es reconocer a los centros cambiarios para que adquieran derechos y obligaciones. El investigador añadió que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) no tiene ninguna injerencia en la regulación de estos operadores. “Sería benéfico para todos meterlos al sector financiero para que tengan una personalidad jurídica más importante en el sector financiero”, detalló.
El académico del Tecnológico de Monterrey aseguró que “por exposición al riesgo” que tienen los centros cambiarios en zonas turísticas y por su amplio uso en el manejo de dólares, estos organismos están más expuestos a realizar ese tipo de operaciones fraudulentas.
Germán Castro Hernández, presidente de la Asociación Nacional de Centros Cambiarios y Transmisores de Dinero (ANCECTD), dijo que el organismo que encabeza presentó una iniciativa al Congreso de la Unión para aumentar la regulación a estos intermediarios.
“Cualquiera no puede comprar dólares en la calle. Para evitar el lavado de dinero, necesitamos generar información de quién los compra y quién los vende y transmitir los datos a la Unidad de Inteligencia Financiera para ver quiénes son recurrentes de este tipo de operaciones”, expuso Castro.
Sin embargo, la iniciativa está congelada en el Senado de la República.
Castro Hernández acusó a los banqueros de cabildear para bloquear la enmienda, ya que no quieren competencia, cuando antes despreciaban la compra venta de dólares. Recientemente, en una comparecencia ante el Congreso, el subsecretario de Hacienda, Alejandro Werner, dijo que no hay una prohibición para vender dólares en cualquier parte de México.
“Si mañana alguien quiere comprar dólares o venderlos a una persona en el mercado de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, lo puede hacer. Nadie está prohibiendo ninguna transacción”, expuso ante los legisladores de la Cámara Alta.
La próxima regulación
La Asociación Mexicana de Centros Cambiarios estimó que en dos o tres meses podría replicarse la regulación que limita los dólares en efectivo a las casas de cambio.
César Tello, vicepresidente del organismo, consideró que las autoridades evalúan los resultados en los bancos para aplicarlo en las distintas casas de cambio del país.
Las medidas que aplicarán para estos intermediarios son iguales a las que se determinaron para la banca comercial.
En éstas se establecen un tope de 7 mil dólares al mes en la venta de dólares a bancos para personas morales; para personas físicas hasta 4 mil dólares; para no clientes hasta 300 dólares al día y un máximo de mil 500 al mes para turistas extranjeros que visitan la República Mexicana.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público tomó como referencia el caso de Colombia para aplicar las disposiciones anti blanqueo, debido a que se detectó un fenómeno similar a que ocurría en esa nación sudamericana. Por ejemplo, en ambos países el narcotráfico es una de las actividades ilícitas que más ingresa dólares en efectivo en el mercado y las franjas fronterizas son centros de acopio y tráfico de divisas en efectivo.
En México y Colombia, los excedentes de dólares en efectivo se importan principalmente a Estados Unidos. Como resultado de lo anterior, la banca se vio en la necesidad de adoptar medidas de autocontrol para desincentivar la recepción de dólares en efectivo.
Otra de las coincidencias que se detectó fue que la mayor parte de las casas de cambio desaparecieron, entre otras causas, porque bancos estadounidenses y locales dejaron de operar con ellas, lo que detonó un crecimiento de centros cambiarios.
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