martes, 10 de noviembre de 2009

SLIM CORRIGE DE NUEVO A CALDERÓN

TRAS LA RUEDA DEL PODER
Roberto Vizcaíno
No es con programas asistenciales y regalando dinero como se combate a la pobreza, sino con políticas fiscales y de inversión que produzcan empleos bien remunerados que a su vez incrementen las clases medias y fortalezcan el mercado interno, dijo.
El tercer hombre más rico del mundo dijo entre risas de los asistentes: “Soy ingeniero… pero estudié economía tres meses.”
Estaba ante un lleno de hombres de negocios, la industria y el capital que asisten en el polémico municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León, al séptimo foro: “Más allá de la crisis: creando una visión para una nueva era”.
Lo que dijo después es avalado por otros muchos actores de la economía y la sociedad.
Consideró que, durante los últimos 30 años, México ha dejado escapar tres oportunidades claras de crecimiento económico y está en vías de tirar a la basura la cuarta.
La primera se presentó y se fue –dijo-, a finales de los 70, con precio del petróleo y deuda externa; la segunda en 1989, cuando se reabre el crédito externo a México, viene la inversión extranjera de manera intensa.
La tercera se presentó con el dinamismo de las economías mundiales después de 1995, y el aumento del precio del petróleo y la cuarta y última es la actual, con las políticas monetaria y fiscal, tasas bajas dependiendo de las alternativas. Tres de ellas ya se perdieron y la cuarta se está diluyendo.
Sin embargo no todo aquí ha sido una desgracia, comentó.
“En el pasado reciente, México logró aprovechar una oportunidad de crecimiento, cuando entendió el cambio que representaba el tránsito de una sociedad rural a urbana, y se dio lo que llamó el milagro mexicano.
“A partir de ahí el país creció por arriba del 6 por ciento durante 30 años, hasta finales de los 70 del siglo pasado.
“Hoy es necesario enfrentar los retos que representan el cambio hacia una economía de servicios.
“Estamos frente a una nueva civilización, la digital, la del bienestar. Incorporarnos a ella requiere llevar a un mayor número de ciudadanos, los hoy marginados, al mercado del trabajo, porque así se da sustento al crecimiento económico.
“Desde la crisis de la deuda externa en 1982, el crecimiento del ingreso por habitante en México ha sido prácticamente nulo, recordó.
“Hemos vivido con ajustes económicos que nos han impuesto desde fuera el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, en vez de elaborar planes de desarrollo propios.
“Los esfuerzos se centran en mantener equilibrios macroeconómicos, y eso nos lleva -y nos ha llevado-, a confundir instrumentos con objetivos.
“Entonces lo que es un instrumento del desarrollo y el crecimiento, lo convertimos en un objetivo nacional. Entonces nuestro propósito es mantener el equilibrio de finanzas públicas sanas, pero no está planteada la política fiscal y monetaria con el objetivo de desarrollo, de crear empleo, de producir crecimiento, y esto lo hemos vivido durante muchos años.
“Debemos insistir, tener claro, que la eliminación de la pobreza sólo se logrará con empleo, más allá de la asistencia social, para lo que se requiere inversión e impulsar la actividad productiva.
“Y la actividad económica la generan los empresarios… y para ello se requiere inversión y actividad económica. En este sentido, se debe incorporar a la modernidad a los más pobres, convertirlos en miembros de una clase media creciente que se pueda ir desarrollando, creciendo.
“Uno de los caminos, como sabemos, es con la Universidad Nacional Autónoma de México y las universidades públicas, a través de la capilaridad social.
“Se puede hacer con asistencia social, y hay que tenerla para quienes se quedan sin empleo, pero lo verdaderamente importante es incorporarlos al empleo. No hay sociedad avanzada que no tenga una gran clase media y una gran infraestructura física; para ello se debe tener desarrollo de capital humano, educación, salud y nutrición.
“Cumplir con esos objetivos, requiere tener una visión integral, ambiciosa, fuerte, rumbo claro y de largo plazo. Se necesita la construcción de una política de Estado, con metas de planeación que tengan un horizonte de al menos tres años.
“En síntesis: se debe atender la economía interna con políticas claras, y para ello se debe hacer uso de todos los instrumentos, incluida la banca de desarrollo, los recursos de los fondos del gobierno y con la rectoría del Estado, siempre la rectoría del Estado”, indicó.
Recordó que México está frente a una crisis no vista en siete décadas.
“La política fiscal es el principal instrumento de la política económica. Y no hay buena política económica si no hay desarrollo, distribución del ingreso y creación de empleo. Por lo tanto el objetivo de la política fiscal no debe ser únicamente el de equilibrar las cuentas fiscales, sino el de impulsar y lograr el desarrollo”, subrayó.
En cuanto a su empresa y sector, el de la telefonía, dijo que el nuevo impuesto a las telecomunicaciones propuesto por el gobierno y avalado por las fuerzas mayoritarias en el Congreso, tendrá un impacto negativo en la industria. De ahí que ante los aumentos fiscales en telefonía, Telmex analiza incrementar sus tarifas.
Explicó que el impuesto en ese sector subió de 15 a 19 por ciento y es obvio que eso tendrá una repercusión.
Consideró que esta alza fiscal romperá la inercia mantenida en Telmex durante nueve años, en que las tarifas no se incrementaron al consumidor final.
Fuera de eso, explicó, la crisis ha pegado a Telmex, empresa que en el tercer trimestre de este año ingresó 29 mil 543 millones 589 mil pesos, cuando en el mismo periodo del año pasado fue de poco más de 31 mil millones.
Una visión absolutamente empresarial con la cual quizá muchos estarán de acuerdo, y que plantea una dura crítica a las políticas del régimen conservador de Felipe Calderón y a quienes integran al Congreso de la Unión.
Fuente: Gobernantes.com

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