domingo, 22 de noviembre de 2009

¿ES SUFICIENTEMENTE SÓLIDA LA BANCA MEXICANA?

Ricardo Delfín
Debido a la difícil situación económica que se vive a nivel mundial, los mercados se encuentran contraídos. Hemos sido testigos de cómo grandes empresas multinacionales han emprendido planes de reducción de costos a través de diferentes mecanismos con el objetivo de hacer frente a la actual crisis financiera.
Cuando una situación así se presenta, siempre nos preguntamos si el sistema financiero mexicano es lo suficientemente fuerte. Tanto éste como los reguladores, han hecho un buen trabajo en asegurarse de que la banca en México se encuentre en niveles de capitalización récord.
Es requerimiento mundial -y la regulación mexicana no es la excepción- que por cada 100 pesos que preste la banca, ocho pesos como mínimo deben provenir de capital propio. El resto podrá venir de diversas fuentes como pueden ser préstamos, emisiones, depósitos de ahorradores, etcétera.
En México se ha incluido un sistema de alerta temprana cuando los niveles de capitalización son menores al 10%. Según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) al primer semestre del año, los índices de capitalización de la banca en México en su mayoría se encuentran por arriba del 13%, y en las seis principales instituciones financieras en México se encuentran entre 12.85 y 17.57%. Lo más importante es que no se vislumbran necesidades de requerir rescates bancarios como en otras crisis anteriores, por lo que se puede decir que contamos con mucha solidez en la banca mexicana.
¿Qué ha diferenciado la actual crisis de la anterior cuando el sistema financiero mexicano vivió los momentos más críticos en su historia? Básicamente se han presentado los siguientes factores:
Disciplina monetaria y económica más estrecha por parte del gobierno, lo que ha mantenido los índices macroeconómicos estables.
Disminución de tasas de referencia. Los incrementos abismales en las tasas de referencia en la crisis del 95 generaron que los créditos simplemente se tornaran impagables.
Regulación más estricta y cercana.
Mayor diversificación en las canastas de inversión del sistema financiero mexicano.
Sin embargo, existen retos y oportunidades para la banca en México, entre las que se encuentran los siguientes:
Degradación al riesgo país: Seguimos en un proceso donde no vemos las reformas estructurales que se requieren para fomentar y promover la inversión.
Regulación de precios: Existen personajes en la vida nacional que han usado a la banca como su bandera política, principalmente criticando las comisiones bancarias. No es de sorprenderse que esto continúe y por lo tanto veamos intentos de regular los precios de la banca.
Índices de morosidad: Los índices de morosidad en las tarjetas de crédito son críticos pues factores como una sobreoferta de tarjetas de crédito y una baja cultura financiera en la población se conjuntaron. Incluso cuando ya se vio lo “más fuerte de la película” en el tema de las tarjetas de crédito, aún no se ha visto el final.
Evidentemente, se muestran retos importantes para la banca en México. La principal oportunidad que se les presentará a los bancos es que jugarán un factor clave en la recuperación de la crisis económica.
A diferencia de otras crisis, ahora los usuarios del sistema financiero están más conscientes de los riesgos que se corren, por lo tanto existen altas posibilidades que los clientes de la banca sean más cautelosos después de las lecciones aprendidas.
Los bancos que logren generar modelos que permitan la reactivación no sólo del consumo sino de la industria en general, lograrán mejorar el entorno actual y saldrán más fortalecidos.
**El autor es socio de Auditoría de Servicios Financieros de KPMG en México
Fuente: El Ecoonomista

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