sábado, 21 de mayo de 2011

EL DISCURSO DXEL CRECIMIENTO ECONÓMICO MEXICANO

Alejandro Gómez Tamez* / El Financiero
Más que alarmantes son las cifras publicadas el martes 17 de mayo por parte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en la que se nos informó que en México cuatro de cada diez niños viven en situación de pobreza, lo que significa que en nuestro país hay 15.8 millones de personas entre cero y 17 años con privaciones económicas y sin disfrute pleno de los derechos a que, según convenciones internacionales, todo niño debe tener acceso.
Esta noticia casi no fue difundida y de hecho no mereció mayores comentarios por parte del Gobierno Federal. ¿Pero qué tal le dan difusión a declaraciones como las del Secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, cuando casi todos los días habla de que este año el Producto Interno Bruto (PIB) nacional crecerá a una tasa cercana al 5 por ciento y que vamos por buen camino? ¿O qué tal la difusión que se le dio por parte de autoridades al recientemente publicado dato de crecimiento del PIB nacional en el primer trimestre de 2011?
Desde luego que estas notas favorables si son muy difundidas por el gobierno federal y de hecho se ha puesto en marcha una campaña de comunicación para hacernos creer que las cifras macroeconómicas indican que estamos de maravilla en el terreno económico. Evidentemente están siguiendo la máxima de Joseph Goebbels de que “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”, y no porque estén diciendo mentiras, sino porque creen que si nos dicen mil veces que México va de muy bien en lo económico verdaderamente así será (en la percepción de la gente).
Así, se nos muestran cifras macro favorables todos los días y se habla de un país que tiene estabilidad y que va viento en popa en materia económica. Sin embargo, notas como las de Cepal y Unicef, así como las del propio Banco Mundial nos ubican en lo que es nuestra realidad.
Y es que si México es una economía que verdaderamente va al alza, ¿Por qué cada vez hay más pobres? No hay que olvidar que según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en cuatro años, el número de pobres en México aumentó 8.3 millones, pues mientras que en 2006 la cifra fue era de 44.7 millones, en 2010 se estima que llegará a 53 millones.
Por otra parte, si México va tan bien, ¿por qué el Banco Mundial (BM) no lo incluyó en el listado de las seis principales economías emergentes que generarán más de la mitad del crecimiento mundial en el año 2025? Es obvio que a este respecto el Gobierno federal tampoco dijo nada. Guardo silencio cuando el pasado 17 de mayo el BM señaló que Brasil, China, India, Indonesia, Corea del Sur y Rusia representarán más de la mitad del crecimiento mundial total en el 2025; además de que dicha institución agregó que México es la economía emergente con menos probabilidades de ser un centro de crecimiento, con relación a su tamaño, en gran medida porque su expansión se apoya principalmente en el consumo interno, a diferencia de economías como China y Corea, que otorgan mayor peso a las exportaciones.
¿Así o más claro? ¿Cuántas veces hemos insistido en esta columna en el tema del fomento a las exportaciones de empresas mexicanas? Lo hemos hecho en una innumerable cantidad de ocasiones y el gobierno no ha implementado un verdadero plan de fomento a las exportaciones a través de apoyos en logística, misiones comerciales, apertura de bodegas, incentivos fiscales, y demás elementos que facilitarían a las micro, pequeñas y medianas empresas incursionar en los mercados mundiales. Tampoco se ha preocupado el gobierno federal (Ejecutivo y Legislativo) porque la economía sea más competitiva, ya que se sigue permitiendo la existencia de sectores económicos privilegiados en los que la competencia es muy baja o nula.
Pero en fin, muchas autoridades del gobierno federal creen que sólo con discursos que destacan y alaban nuestro crecimiento macroeconómico es como mejor se contribuye a la dinámica económica mundial, además de que piensan que con una apertura indiscriminada de las fronteras a la importación es como se salvarán nuestros rezagos en materia de competitividad.
Así pues, la próxima vez que escuchemos al Secretario de Hacienda presumir que el PIB nacional creció 4.6 por ciento en el primer trimestre de 2011, hay que tener en mente que dicho crecimiento es una simple variable macroeconómica y que en la práctica no se está resolviendo el problema de una insuficiente creación de empleos, una creciente pobreza y un mayor malestar social, sobre todo en los jóvenes.
A este respecto vale la pena retomar lo dicho recientemente por el analista Alfredo Jalife-Rahme, quien sentenció que “…una civilización que no le puede dar empleo a sus jóvenes, primero, se está suicidando con su gobernabilidad y, segundo, se está suicidando para el futuro. Porque al final de cuentas los jóvenes son los que van a gobernar…”
Palabras muy sabias que de alguna forma explican el por qué de los incrementos en los índices delictivos (muchos jóvenes no tienen nada mejor que hacer más que delinquir) y una creciente polarización de la sociedad entre los que tienen y los que no.
Así pues, no se necesita ser un sabio para saber qué es lo que se debe hacer: el gobierno debe generar las condiciones propicias para que se creen los suficientes empleos, y para ello hay que nivelar el piso para que las empresas nacionales puedan competir en igualdad de circunstancias respecto a las empresas extranjeras. Y es que en la medida en que se abren indiscriminadamente las fronteras para que entren productos subsidiados, productos elaborados con una mano de obra que gana sueldos de miseria y que no goza de seguridad social, productos cuyas empresas gozan de regímenes fiscales preferentes, entre otros, se estarán dejando de generar empleos en México.
No basta que el gobierno federal presuma que entre los meses de enero al 15 de abril de 2011 el número de trabajadores registrados en el IMSS creció en 271 mil 235 unidades, cuando sabemos que gran parte de este incremento se debe a las auditorias de regularización que aplica el IMSS a los empresarios, por lo que no podemos hablar de que todos estos sean nuevos empleos.
Lo que verdaderamente se debe hacer es apoyar a la industria, pero en especial a la manufacturera, y para ello no es necesario implementar políticas proteccionistas, sino procurar nivelar el terreno de juego para las empresas nacionales, acabar con los sectores económicos privilegiados y no permitir que entren indiscriminadamente productos extranjeros de naciones que no respetan las reglas de la Organización Mundial del Comercio, ni las reglas del mercado.
De nueva cuenta, el exhorto es para que las autoridades federales lo entiendan y atiendan. No basta con decir discursos bonitos, ya que estos no transforman la realidad de quienes viven en condiciones de pobreza.
Director General GAEAP*

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