Carlos Acosta Córdova / Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- Los especialistas financieros que cada mes consulta el Banco de México no se van con la finta del optimismo presidencial, que se desbordó recientemente cuando se dio a conocer que la economía mexicana creció 4.5% y no 3.5%, como se esperaba, en el tercer trimestre de este año.
En la encuesta correspondiente a diciembre, los especialistas creen que el año cerrará con una desaceleración económica manifiesta, con mayor inflación, menos inversión y consumo, y tasas de interés más altas, informó hoy el banco central.
Y para 2012 estiman que ese panorama será aun peor.
Los 26 grupos de análisis que cada mes consulta el Banco de México –para conocer sus expectativas respecto del crecimiento económico del país– prácticamente mantuvieron sus expectativas del mes pasado en relación al crecimiento de la actividad económica del país.
Estiman que el Producto Interno Bruto registrará un incremento de 3.9% en este año, apenas tres décimas arriba de su pronóstico de noviembre, que fue de 3.87%.
En cambio, para el próximo año consideran que la economía crecerá 3.23%, dos décimas debajo de su pronóstico de noviembre, que fue de 3.25%.
Si bien en materia de crecimiento las expectativas de los especialistas consultados por Banxico –nacionales y extranjeros– tuvieron variaciones marginales, en el caso de la inflación el cambio en las expectativas es más marcada.
En noviembre creían que la inflación anual cerraría en 3.36%; un mes después, suben la estimación a 3.53%. En particular, para la inflación subyacente –que no incluye bienes y servicios cuyos precios son más volátiles– estiman ahora que cerrará el año en 3.28%, cuando hace un mes pensaban que lo haría en 3.22%.
En relación con el consumo y la inversión del sector público, los analistas estiman que este año la primera variable habrá crecido 1.4% y la segunda registrará una caída de 2.5%. En noviembre había estimado que el comportamiento sería de 1.6% y -2.2% respectivamente.
Es decir, el crecimiento del consumo del sector público será menor y la caída de la inversión, más pronunciada.
Respecto de esos dos indicadores, pero del sector privado, los especialistas prácticamente mantuvieron sus expectativas del mes pasado: aumento de 4.4% (igual que en noviembre) para el consumo privado y de 9.5% (9.6% el mes pasado) para la inversión de ese sector.
En materia de empleo, estimaron que al cierre del año se habrán creado 610 mil nuevos puestos de trabajo formales (591 mil en noviembre), muy en línea con lo estimado por el Banco de México, que recientemente pronosticó un rango de entre 560 mil y 620 mil nuevos empleos para todo el año.
Pero muy por debajo de lo que ellos mismos estimaban en la encuesta de abril pasado, el pronóstico más alto del año, en la que calculaban 646 mil nuevos empleos.
Sin embargo, para 2012 la desaceleración económica se reflejará en una menor creación de empleos, si bien por arriba de su estimación de noviembre: calculan que el año que entra cerrará con 559 mil nuevos empleos formales (515 mil en noviembre).
En este caso, los especialistas son menos optimistas que el Banco de México. En su última revisión de pronósticos, el banco señaló que en 2012 se crearán 600 mil nuevos empleos, 41 mil más de los que calcularon los especialistas en la encuesta de diciembre.
De acuerdo con los especialistas, son dos los principales factores –con igual peso: 28% de las respuestas cada uno– que están limitando el ritmo de la actividad económica: la debilidad del sector externo y de la economía mundial, y la incertidumbre sobre la situación financiera internacional.
Otros dos factores también limitantes de la actividad económica son, según los especialistas, la ausencia de reformas estructurales y los problemas de inseguridad pública en el país. En cada caso, las respuestas de los consultados significaron un 15%, es decir con mucho menos peso que los dos factores anteriores.
Un dato relevante es que los problemas de inseguridad pública han ido perdiendo peso como factor que frena la economía. Su punto más alto se observó en mayo de este año, mes en que ese factor acaparó 28% de las respuestas de los encuestados, con lo que se ubicó como el factor de mayor peso entre todos los que frenan el ritmo de la actividad económica del país.
Para diciembre, ya sólo era de 15% el peso de la inseguridad pública entre todos esos factores
MÉXICO, D.F. (apro).- Los especialistas financieros que cada mes consulta el Banco de México no se van con la finta del optimismo presidencial, que se desbordó recientemente cuando se dio a conocer que la economía mexicana creció 4.5% y no 3.5%, como se esperaba, en el tercer trimestre de este año.
En la encuesta correspondiente a diciembre, los especialistas creen que el año cerrará con una desaceleración económica manifiesta, con mayor inflación, menos inversión y consumo, y tasas de interés más altas, informó hoy el banco central.
Y para 2012 estiman que ese panorama será aun peor.
Los 26 grupos de análisis que cada mes consulta el Banco de México –para conocer sus expectativas respecto del crecimiento económico del país– prácticamente mantuvieron sus expectativas del mes pasado en relación al crecimiento de la actividad económica del país.
Estiman que el Producto Interno Bruto registrará un incremento de 3.9% en este año, apenas tres décimas arriba de su pronóstico de noviembre, que fue de 3.87%.
En cambio, para el próximo año consideran que la economía crecerá 3.23%, dos décimas debajo de su pronóstico de noviembre, que fue de 3.25%.
Si bien en materia de crecimiento las expectativas de los especialistas consultados por Banxico –nacionales y extranjeros– tuvieron variaciones marginales, en el caso de la inflación el cambio en las expectativas es más marcada.
En noviembre creían que la inflación anual cerraría en 3.36%; un mes después, suben la estimación a 3.53%. En particular, para la inflación subyacente –que no incluye bienes y servicios cuyos precios son más volátiles– estiman ahora que cerrará el año en 3.28%, cuando hace un mes pensaban que lo haría en 3.22%.
En relación con el consumo y la inversión del sector público, los analistas estiman que este año la primera variable habrá crecido 1.4% y la segunda registrará una caída de 2.5%. En noviembre había estimado que el comportamiento sería de 1.6% y -2.2% respectivamente.
Es decir, el crecimiento del consumo del sector público será menor y la caída de la inversión, más pronunciada.
Respecto de esos dos indicadores, pero del sector privado, los especialistas prácticamente mantuvieron sus expectativas del mes pasado: aumento de 4.4% (igual que en noviembre) para el consumo privado y de 9.5% (9.6% el mes pasado) para la inversión de ese sector.
En materia de empleo, estimaron que al cierre del año se habrán creado 610 mil nuevos puestos de trabajo formales (591 mil en noviembre), muy en línea con lo estimado por el Banco de México, que recientemente pronosticó un rango de entre 560 mil y 620 mil nuevos empleos para todo el año.
Pero muy por debajo de lo que ellos mismos estimaban en la encuesta de abril pasado, el pronóstico más alto del año, en la que calculaban 646 mil nuevos empleos.
Sin embargo, para 2012 la desaceleración económica se reflejará en una menor creación de empleos, si bien por arriba de su estimación de noviembre: calculan que el año que entra cerrará con 559 mil nuevos empleos formales (515 mil en noviembre).
En este caso, los especialistas son menos optimistas que el Banco de México. En su última revisión de pronósticos, el banco señaló que en 2012 se crearán 600 mil nuevos empleos, 41 mil más de los que calcularon los especialistas en la encuesta de diciembre.
De acuerdo con los especialistas, son dos los principales factores –con igual peso: 28% de las respuestas cada uno– que están limitando el ritmo de la actividad económica: la debilidad del sector externo y de la economía mundial, y la incertidumbre sobre la situación financiera internacional.
Otros dos factores también limitantes de la actividad económica son, según los especialistas, la ausencia de reformas estructurales y los problemas de inseguridad pública en el país. En cada caso, las respuestas de los consultados significaron un 15%, es decir con mucho menos peso que los dos factores anteriores.
Un dato relevante es que los problemas de inseguridad pública han ido perdiendo peso como factor que frena la economía. Su punto más alto se observó en mayo de este año, mes en que ese factor acaparó 28% de las respuestas de los encuestados, con lo que se ubicó como el factor de mayor peso entre todos los que frenan el ritmo de la actividad económica del país.
Para diciembre, ya sólo era de 15% el peso de la inseguridad pública entre todos esos factores
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