domingo, 25 de diciembre de 2011

2011

En materia política, éste fue fundamentalmente un año de definiciones, en las que los principales grupos y actores realinearon fuerzas.
Ciro Di Costanzo / Excelsior
El año 2011 se va extinguiendo, como el sol en un atardecer.
Sin duda se trató de un año pletórico de definiciones, algunas negativas, otras positivas, pero la mayoría de gran impacto.
El oporto abre con helado talante para ver las cosas en retrospectiva. Las anchoas y las aceitunas nos reciben.
Nueces, frutos secos y almendras nos recuerdan que la Navidad ha llegado.
Aperitivo: Bacalao
En materia política, 2011 fue fundamentalmente un año de definiciones, en las que los principales grupos y actores realinearon fuerzas y definieron sus posiciones de cara a la cita electoral federal de 2012.
En el partido tricolor, tras las elecciones del Estado de México, la entidad más poblada del país, se ratificó tácitamente al entonces gobernador de esa entidad como la carta fuerte tricolor para abanderar al partido en las presidenciales.
A pesar de mantener el liderazgo en las encuestas, el cierre de año ha sido complejo para Peña Nieto, por una serie de errores cometidos.
López Obrador se alzó con la candidatura presidencial de “las izquierdas”, luego de una serie de encuestas que lo pusieron arriba de su más cercano competidor, el actual jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard.
Con su maduro proceder, fue en realidad Ebrard el verdadero factor determinante de cohesión al interior de las distintas tribus y visiones de la izquierda.
Para el PAN, aunque todavía mantiene tres precandidatos disputándose la candidatura presidencial, redujeron un embudo que llegó a tener hasta nueve aspirantes.
Hoy mantiene la desventaja de la dispersión de reflectores, pero la ventaja de acceder a la promoción personal de los aspirantes en medios electrónicos hasta febrero.
Para el Presidente de la República fue un año muy difícil. No sólo por los más de 20 cambios que hizo en su gabinete a lo largo del año, sino por el acontecimiento que quizá más conmovió a la opinión pública mexicana:
El accidente en donde perdieron la vida el secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora y su equipo. Por segunda ocasión, en un accidente aéreo, y en noviembre, el presidente Calderón perdía a su ministro principal.
En la guerra contra el crimen, los atentados del Casino Royale en Monterrey también sacudieron a los mexicanos.
Conocimos de cerca y de cruel manera a la figura del la extorsión mafiosa del “cobro de piso”. Esto nos recordó que no sólo el trasiego de drogas es crimen organizado.
En materia diplomática, hay contrastes: del éxito contundente que fue la COP 16 en Cancún, Quintana Roo, y el liderazgo de la diplomacia mexicana en la construcción de un régimen de cambio climático en el mundo, a la tensión generada por el criminal operativo de Rápido y furioso, que puso en cuestión la cooperación entre México y EU en el combate al crimen. Criminal y estúpido.
Ay, 2011.
Piatto forte : Pavo y romeritos
En el mundo, fueron quizá cuatro los hechos que marcaron este agonizante año: la muerte de Osama Bin Laden, la “Primavera Árabe”, el terremoto, el posterior tsunami y consecuente crisis nuclear en Japón, así como el quebranto financiero europeo.
Este último todavía hoy constituye la reciente crisis fiscal más grave de Europa y que se manifestado con claridad en la llamada “tragedia griega”.
Desde Chernóbil, el mundo no vivía una emergencia nuclear como la acontecida en Japón con la afectación de la planta de Fukushima, tras el tsunami que alcanzó de diez a 40 metros de altura, después de un terremoto de nueve grados Richter.
Con la muerte quirúrgica de Osama Bin Laden el presidente de EU, Barack Obama, pudo cerrar todo un ciclo en el principal agravio reciente que ha padecido la hiperpotencia. Esto tendrá impactos en las elecciones de 2012, ya que con ello Obama arrebató la bandera principal de los republicanos: la seguridad.
Nunca la tecnología y las redes sociales habían influenciado tanto la vida de un país. En unas cuantas semanas derribaron a regímenes de décadas, como el de Mubarak en Egipto o el de Ben Ali en Túnez.
Una de sus consecuencias fue el asesinato, por su propio pueblo, del eterno y excéntrico líder libio Muammar Gadhafi, tras 42 años de gobernar a sangre y fuego, y una ofensiva aérea de la OTAN.
Pocas veces se dan los cambios de manera tan rápida y profunda. Es quizá la señal de que la democracia comenzará a echar raíces en los países árabes de Oriente Medio; allí en donde ha brillado por su ausencia.
Ay, 2011.
Dolce: Pudding de chocolate
Fenece un año agitado y en espera de que el próximo les depare salud, prosperidad y cariño sin límites; esta columna se despide este año y estará con usted el primer sábado de 2012.
Por cierto, el café: im-per-do-na-ble.

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