miércoles, 28 de diciembre de 2011

LA ALIANZA SACYR-PEMEX, UNA ESTRATEGIA FALLIDA

La polémica por el control que tendría la paraestatal mexicana en Repsol, petrolera española, originó varios movimientos que aún no concluyen

DESARROLLO. Instalaciones de Petróleos Mexicanos ( Pemex), en la Cuenca de Burgos, el más grande yacimiento de gas no asociado al crudo, tiene un gran potencial de crecimiento con el gas shale. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )

Luis Carriles / El Universal

Pemex va a decidir qué hará con su participación en Repsol hasta el 5 de enero cuando se reúna el Consejo de Administración de la paraestatal.

En agosto pasado, Petróleos Mexicanos y la empresa constructora Sacyr Vallehermoso anunciaron una alianza para votar de manera sindicada dentro del Consejo de Administración de la petrolera española; ahora están a un paso para finalizarla.

La noticia sorprendió a propios y extraños. En julio, José Manuel Carrera Panizzo, gerente de manejo de riesgos de Pemex Internacional o PMI, tuvo una reunión con el Consejo de Administración en España y ahí se decidió llevar a cabo la negociación para controlar a Repsol sin tener que adquirir a la empresa.

El reporte de la empresa a la dirección general se hace en agosto luego de que, supuestamente, se informó de la operación a las secretarías de Hacienda y de Energía, además de enterar a la Presidencia de la República.

El debate se inicia a partir de ese momento porque, desde la perspectiva de los accionistas españoles, lo que se buscaba era controlar de una manera muy barata a Repsol.

Pemex concreta el 2 de septiembre la compra de las acciones de Repsol y pasa de 4.8% a 9.8% y de esta manera, junto con la constructora, obtienen 20% de Repsol, suficiente para poder decidir sobre el destino de la empresa española.

Repsol, por su parte, inicia una ofensiva mediática manipulando las posibilidades reales del acuerdo y asumen públicamente una defensoría en torno a los accionistas minoritarios, sin embargo, lo que buscan es destituir dentro del Consejo de Administración a Luis del Rivero, quien primero es destituido de Sacyr Vallehermoso y luego es obligado a dejar su cargo dentro de la petrolera española.

Esto ocurre un mes después, el 26 de octubre de 2011. Debe señalarse que si Pemex vota por la destitución de Rivero es como consecuencia del acuerdo formal de hacerlo de manera sindicada con Sacyr, que pidió su salida, apoyada por la paraestatal.

El interés de Rivero de tener de su lado a Pemex es porque su plan de negocios es de los más agresivos de las empresas petroleras a nivel mundial y Sacyr tiene problemas financieros graves, con vencimientos de corto plazo, es decir, pretendía entrar de su mano tanto a los proyectos en México como a los de Repsol, abusando de su posición en el Consejo de Administración.

Uno de los argumentos que presentó el director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, respecto a la alianza para dominar a Repsol es que de esta manera se podría acceder a tecnología de punta para desarrollar los campos petroleros en aguas profundas.

El 21 de diciembre, Pemex fue informado que su alianza con Sacyr Vallehermoso desaparece en los hechos, luego de que los españoles vendieron la mitad de sus acciones a la propia Repsol y la petrolera ofrece un acuerdo a cambio de que la paraestatal mexicana no compre estas acciones.

Este acuerdo futuro no está definido en los hechos y será hasta el 5 de enero próximo cuando el Consejo de Administración de Pemex decida qué va a hacer. Por lo pronto, entre las opciones que se tienen es mantener su actual participación accionaria de 9.8%, aumentarla a 13% a fin de obtener un segundo asiento dentro de Repsol o incluso bajarla a 6% para, con el mismo asiento que hoy tiene, obtener una ganancia a partir de la venta de su acciones.

“Estamos viendo si queremos subir la participación accionaria, si queremos bajarla o dejarla con el (asiento de) consejero que tenemos en el Consejo de Administración”, dijo Juan José Suárez Coppel, director de Pemex el día en que se quedó sin alianza.

Lo importante es concretar lo que Repsol ofreció: aumentar la colaboración a través de un convenio social explícito que sustituya este pacto.

Suárez Coppel rechazó que haya una pérdida importante para Pemex porque en agosto pasado se habían adquirieron a un precio muy atractivo un 5% adicional a lo que se tenía y se llegó a una participación de 9.8% en alrededor de 20 euros por acción. Actualmente la acción está en cerca de los 23 euros.

El director de Pemex agregó que la finalidad de este pacto era tener un mayor peso en el Consejo de Repsol y hoy se ofrecen alternativas como “un posible convenio industrial”.

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