lunes, 26 de diciembre de 2011

LA DEUDA EXTERNA MEXICANA ¿IMPAGABLE?

Alejandro Gómez Tamez* / El Financiero
Durante la semana que está por concluir, se nos informó, de acuerdo con información del Banco de México (Banxico), que la deuda externa bruta del país asciende en la actualidad a más de 275,000 millones de dólares, lo que implica un incremento de 60% en lo que va de este sexenio (algo así como 104 mil millones de dólares de endeudamiento adicional con el exterior en cinco años).
Es verdad que parte de este incremento de 104,000 millones de dólares se debe a que el endeudamiento contratado por particulares para realizar inversiones en infraestructura pública (bajo una figura de asociación conocida como Pidiregas) pasó a ser deuda pública, pero de igual manera el endeudamiento adicional es demasiado alto para un país que no ve su economía crecer a una tasa similar.
Es decir, en principio, no tendría mayor complicación que el endeudamiento externo creciera 60% si la economía nacional crece en la misma proporción, pero la realidad es que en los últimos cinco años el Producto Interno Bruto (PIB) de México creció en términos reales apenas 8.78%, por lo que ese endeudamiento extra se convierte en una pesada piedra.
Para ejemplificar, en términos proporcionales esto es equivalente a una familia que aumenta su deuda con sus vecinos de 10,000 pesos a 16,000 pesos en 5 años, pero en el mismo lapso el ingreso familiar pasó de 55,840 pesos a 60,700 pesos anuales.
Y es que al considerar un tipo de cambio de 13.85 pesos por dólar, nuestra deuda externa es equivalente a 3.808 billones de pesos, monto que representa 26.34% del Producto Interno Bruto (PIB). De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el PIB nominal de México en el segundo trimestre de 2011 fue de 14.458 billones de pesos.
¿Y en las entidades públicas?
¿Y cómo está el nivel de endeudamiento con el exterior por parte de las entidades públicas? Tenemos que el endeudamiento del sector público, constituido por el gobierno federal, la banca de desarrollo y las empresas y organismos públicos, participa con un saldo de 111 mil 129.5 millones de dólares, que representan 40% del total de lo que se debe al exterior.
De los 111,129.5 millones de dólares de deuda externa pública, el endeudamiento externo del gobierno federal asciende a 58,639.8 millones de dólares y ha presentado una elevación de 40% desde el saldo de 41,936 millones registrado en diciembre de 2006. El débito de la banca de desarrollo es de 6,955 millones de dólares, unos 1,337 millones más que al inicio de esta administración.
Por su parte, la deuda de empresas y organismos paraestatales, que en diciembre de 2006 era de 7,212 millones de dólares, ha tenido un incremento de 531.3%, al ascender ahora a 45,534 millones, según el Banco de México.
¿Y en las empresas?
¿Y como va la deuda de la iniciativa privada? El sector privado, representado por empresas y la banca comercial, reportan una deuda externa que asciende en conjunto a 96,340 millones de dólares, que es equivalente a 35% del endeudamiento externo bruto del país.
De acuerdo con cifras del Banxico, por parte de las empresas no financieras, su deuda externa conjunta se elevó 33.8% durante este gobierno, al pasar de 58,781.7 millones de dólares en diciembre de 2006 a 78,647 millones en la actualidad.
En tanto, el débito externo de la banca comercial que opera en México aumentó de 3,355 a 15,346 millones de dólares durante este gobierno, lo que implica un crecimiento de 357% en su endeudamiento externo.
Lo anterior, de manera general, es la radiografía de quién le debe al exterior en México. Para muchos, hablar de un endeudamiento externo, que representa poco más de una cuarta parte del valor de la producción de bienes y servicios en el país durante todo el año, no es gran cosa, mientras que para otros puede resultar escandaloso.
México, vulnerable
Aquí un punto a tener en mente es que si tomamos en consideración que en la actualidad el saldo de las reservas internacionales es de poco más de 140,000 millones de dólares, entonces la deuda total con el extranjero representa casi el doble de las reservas.
Pero el punto más importante realmente no es lo que representa este endeudamiento respecto al PIB nacional o respecto a las reservas internacionales. El problema es la vulnerabilidad que se tiene si llegara a haber un aumento en tasas de interés o, bien, si la llave del financiamiento externo se “seca” y ya no hay posibilidades de refinanciar los créditos vigentes. Si alguna de estas dos cosas sucede, entonces sí habría verdaderos problemas para la economía nacional.
Es importante reconocer que si bien en este momento la perspectiva mundial es de que las tasas de interés permanecerán bajas por los próximos uno o dos años (tal vez hasta que no se vea un problema serio de inflación en los países desarrollados), la realidad es que eventualmente las tasas de interés aumentarán y esto sin duda presionará de manera importante las finanzas públicas y privadas de nuestro país.
¿Qué van a hacer el gobierno y las empresas mexicanas cuando la tasa de interés de referencia en Estados Unidos (la de Fondos Federales) pase de un actual 0.25% a 1%?
Y es que si, como en la actualidad, continuamos teniendo una excesiva dependencia de los ingresos petroleros por parte del gobierno federal y seguimos teniendo un sistema fiscal inequitativo, con impuestos infames para la planta productiva, como el IETU, pues existirá muy poco margen de maniobra para el aumento de los ingresos tributarios para hacer frente a mayores tasas de interés.
¿Y de dónde obtendrán mayores recursos las empresas para pagar sus deudas con el exterior si el mercado interno se está desacelerando? Estas son cuestiones que se deben tomar muy en serio.
El otro escenario, y aun más peligroso, es que la crisis europea contamine aun más el sistema bancario europeo y estadounidense, y entonces ni el gobierno mexicano ni las empresas nacionales puedan refinanciar sus créditos. Esto si sería un verdadero problema para el país y podría echar abajo las expectativas de crecimiento para 2012.
Así pues, de nueva cuenta, todo lo anteriormente mencionado tiene el fin de solamente poner un tema sobre la mesa: México tiene una fuerte deuda con el exterior y eso nos vuelve vulnerables. Si a esto le sumamos la deuda interna del gobierno federal, la cual ha crecido de manera más que escandalosa, el escenario se torna aun más complejo, al menos para la parte gubernamental.
Hay que monitorear el endeudamiento con el exterior, las tasas de interés y la solidez del sistema bancario mundial, y estar prevenidos porque ésta sería otra importante vía de contagio de la crisis financiera global hacía nuestra economía.
Director General GAEAP*

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