lunes, 19 de diciembre de 2011

MÉXICO AL BORDE DEL ABISMO

Jacobo Zabludovsky / El Universal
“México tiene un riesgo revolucionario, es una cosa evidente”.
En el Bucareli de la semana pasada un gran periodista español, Juan Luis Cebrián, expresó su optimismo en México y su futuro. Hoy otro de los grandes del oficio en España, con tendencia política muy distante, a veces frontalmente contraria a la de Cebrián, cavila en torno a las circunstancias que rodean el momento mexicano. Su opinión, nada nuevo, difiere de la de su colega, y, como él, razona su postura.
“Las terribles desigualdades sociales son el problema de fondo”, me dice Luis María Ansón.
Director durante varios años de la agencia informativa EFE a la que llevó a un primer lugar internacional; director del periódico “ABC” que encontró abajo cuando lo tomó como director y lo dejó arriba; fundador del periódico “La Razón”, que sigue circulando en toda España y ahora fundador y director del periódico electrónico “El Imparcial” y colaborador de “El Mundo”, Ansón es no sólo un gran conocedor de la política, la historia y las tradiciones de España, sino también de México.
— “La justa distribución de la riqueza, es una cuestión primero de justicia después de inteligencia. O México hace una evolución inteligente hacia esa distribución más justa de la riqueza nacional, o México verá incrementado su riesgo revolucionario. Es el juicio que hago yo desde fuera”.
Pues es para encender algunas señales de alerta, digo.
“México es una nación tan grande, tan importante con unas minorías dirigentes tanto las políticas como las económicas, las empresariales y también las intelectuales tan sólidas que hablar sobre México sin disponer de una información muy precisa es una temeridad, por lo tanto me vas a permitir que no me equivoque demasiado, yo creo que al margen de las cuestiones de política inmediata y de resolución inmediata se está ya en vísperas de unas elecciones y efectivamente hay ya una agitación política de primera magnitud en los medios de comunicación mexicanos, yo creo que México tiene un problema de fondo que es el que yo advertí desde la primera vez que visité México, cuando presidía la agencia EFE y que es necesario hacer un planteamiento muy serio sobre el qué son las terribles desigualdades sociales, es decir México tiene una clase empresarial de primera magnitud educada en Estados Unidos, se han construido en México algunas de las empresas más dinámicas, más modernas, más de vanguardia del mundo. Se han desarrollado fortunas extraordinarias, incluso la primera fortuna del mundo está en México. Después de la actividad universitaria, intelectuales de primera magnitud, pero los pobres ocupan una franja demasiado extensa en la sociedad mexicana y son pobres paupérrimos mientras que los ricos son ricos riquísimos y eso no es bueno para la estabilidad de una nación”.
Entonces ¿por qué una visión tan preocupante sobre su futuro?
¿Qué sugieres, qué se puede hacer?
— “En cualquier caso una de las cosas estupendas que tiene México, es, primero, el buen sentido del pueblo mexicano. A mí me parece que es un ejemplo de moderación, de entendimiento real de las cosas, de espíritu constructivo. Yo creo que es uno de los pueblos más imaginativos del mundo y después que las minorías intelectuales por un lado y por otro lado también las minorías políticas, porque hay algunos políticos que este problema lo ven con toda claridad. Algunos países iberoamericanos pues han tenido que padecer unas revoluciones que les han descoyuntado. Yo creo que México será capaz de superar la situación actual con la moderación y con el equilibrio que en estos momentos se exige para la buena marcha de un país. También yo creo que influye mucho y hay una parte de presunción profesional la clase periodística mexicana, es decir una nación que tiene periodistas como es tu caso, y otros que podríamos citar capaces no sólo estar al servicio de la información, que ése es un derecho que nosotros administramos los periodistas, pero que no es nuestro, es el derecho de los ciudadanos. Pero junto a esa función de informar, los periodistas tenemos la función del contrapoder que es elogiar al poder cuando el poder acierta, criticar al poder cuando el poder se equivoca y denunciar al poder cuando el poder abusa, aunque la denuncia por ejemplo al poder de la droga, trae consecuencias terribles. Creo que los profesionales del periodismo, la clase periodística tiene en México y en su futuro un papel que a mí me parece de primer orden”.
Ansón hace una pausa y con voz grave insiste:
“México tiene un riesgo revolucionario especialmente en algunos estados, no hace falta que los enumeremos, es una cosa evidente”.
En la crisis de una monarquía que apoyó desde los tiempos del difunto don Juan, así nos ve Luis María Ansón.

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