José Miguel Moreno / el Semanario
Hoy termina agosto. Recientemente, en las páginas de El Semanario, escribíamos un artículo titulado “¿Está EU ya en recesión?”. En ese escrito, analizábamos el comportamiento del índice manufacturero de la Fed de Filadelfia e inferíamos, a partir de su reciente desplome, su lectura de agosto (-30.7) y su correlación con otros ciclos económicos, que la economía de EU podía haber entrado en recesión en agosto.
Por supuesto, la Fed de Filadelfia, confinado al sector manufacturero y a una región, es demasiada poca cosa para concluir que sí, que ya estamos en recesión. La Oficina Nacional de Análisis Económico (NBER por sus siglas en inglés), que se encarga de determinar los ciclos económicos en EU, define una recesión como “un declive significativo y generalizado en la actividad económica que dura más de unos pocos meses, normalmente visible en la producción, el empleo, la renta real y otros indicadores”.
Ahora, con el mes de agosto terminado, nos llegará nueva información fresca sobre dicho mes que nos permitirá definir mejor si, en efecto, en agosto se produjo una contracción generalizada de la economía. Es cierto que un mes no es suficiente para concluir que ya estamos en recesión, pues se precisa que dure “más de unos pocos meses”, y puede tratarse de una breve contracción, un pequeño bache, en medio de un ciclo de expansión económica.
Sin embargo, los datos que se publicarán en los próximos días serán escudriñados no sólo por los inversionistas, sino también por el presidente Barack Obama y la Fed. Son cruciales para la orientación de la política económica, y en caso de que lleguen malas noticias, deberán responder en consecuencia antes de que sea demasiado tarde.
El más importante de todos por sus implicaciones de política económica será el dato de empleo del viernes. El consenso de Briefing.com estima una lectura de 73,000. Ese número no sólo es peor que el dato de julio (117,00), sino que es inferior al promedio observado en el primer trimestre (166,000), y en el segundo (105,000).
EVOLUCIÓN DATO DE EMPLEO EN 2011
Cambio Nómina No Agrícola Promedio Trimestral
ene-11 68,000
feb-11 235,000
mar-11 194,000 166,000
abr-11 217,000
Hoy termina agosto. Recientemente, en las páginas de El Semanario, escribíamos un artículo titulado “¿Está EU ya en recesión?”. En ese escrito, analizábamos el comportamiento del índice manufacturero de la Fed de Filadelfia e inferíamos, a partir de su reciente desplome, su lectura de agosto (-30.7) y su correlación con otros ciclos económicos, que la economía de EU podía haber entrado en recesión en agosto.
Por supuesto, la Fed de Filadelfia, confinado al sector manufacturero y a una región, es demasiada poca cosa para concluir que sí, que ya estamos en recesión. La Oficina Nacional de Análisis Económico (NBER por sus siglas en inglés), que se encarga de determinar los ciclos económicos en EU, define una recesión como “un declive significativo y generalizado en la actividad económica que dura más de unos pocos meses, normalmente visible en la producción, el empleo, la renta real y otros indicadores”.
Ahora, con el mes de agosto terminado, nos llegará nueva información fresca sobre dicho mes que nos permitirá definir mejor si, en efecto, en agosto se produjo una contracción generalizada de la economía. Es cierto que un mes no es suficiente para concluir que ya estamos en recesión, pues se precisa que dure “más de unos pocos meses”, y puede tratarse de una breve contracción, un pequeño bache, en medio de un ciclo de expansión económica.
Sin embargo, los datos que se publicarán en los próximos días serán escudriñados no sólo por los inversionistas, sino también por el presidente Barack Obama y la Fed. Son cruciales para la orientación de la política económica, y en caso de que lleguen malas noticias, deberán responder en consecuencia antes de que sea demasiado tarde.
El más importante de todos por sus implicaciones de política económica será el dato de empleo del viernes. El consenso de Briefing.com estima una lectura de 73,000. Ese número no sólo es peor que el dato de julio (117,00), sino que es inferior al promedio observado en el primer trimestre (166,000), y en el segundo (105,000).
EVOLUCIÓN DATO DE EMPLEO EN 2011
Cambio Nómina No Agrícola Promedio Trimestral
ene-11 68,000
feb-11 235,000
mar-11 194,000 166,000
may-11 53,000
jun-11 46,000 105,000
jul-11 117,000
ago-11 73,000*
* Estimado encuesta de Briefing.
Fuente: Oficina de Estadísticas Laborales (BLS)
Lo peor es que nos tememos que la cifra de agosto sea peor que la que pronostica el consenso. Nos inquieta, en primer lugar, que los despidos masivos que se anunciaron recientemente sigan pesando en la nómina no agrícola en los próximos meses. Recuerden lo de Cisco, Lockheed Martin, Merck, Research in Motion o bancos como HSBC o Goldman Sachs, etc.
A todo eso hay que sumar la masiva huelga de Verizon, que convocó a 45,000 trabajadores, y que podrían influir negativamente la nómina en agosto. La huelga, que duró desde el 7 al 23 de agosto, posiblemente implicó que muchos trabajadores no cobraron nómina el 12 de agosto, por lo que saldrían fuera del cálculo. Eso se vería reflejado, de ser así, en el sector de información.
Otro factor negativo en la nómina de agosto sería la manufactura. No sólo el sector tuvo un flojo comportamiento en agosto, sino que además el sector automotriz modificó su comportamiento estacional. Generalmente, las fábricas de autos toman su receso veraniego en julio, cuando cierran varias plantas, lo que implica un rebote en la actividad y el empleo del sector en agosto. Pero este año cambiaron esos hábitos: debido al tsunami de Japón, julio fue aprovechado para recuperar parte de la producción automotriz que se perdió durante el segundo trimestre, por lo que cerraron menos plantas en julio de lo que suele ser la costumbre. En consecuencia, el rebote estacional de agosto será menor que el de años precedentes.
Finalmente, hay que incluir los continuos despidos de funcionarios a nivel estatal y local. Esa tendencia se observa desde septiembre de 2008, y raro ha sido el mes desde entonces en el que no se han producido caídas en la nómina. Según el reporte de Challenger, los planes de despidos en el sector público fueron de 18,426 trabajadores en agosto.
Como resultado de todos estos factores, nos tememos que la nómina no agrícola de agosto puede ser inferior a los 73,000 que estiman los analistas, y venga más cercano a los 30,000, lo que sería la cifra más baja desde septiembre del año pasado (-29,000).
También los indicadores de ISM manufacturero y no manufacturero pueden darnos pistas sobre si EU sufrió una contracción económica en agosto. Y la verdad, apuntan en el mismo sentido: la economía, cuando menos, está completamente parada. Para el ISM, que se publica mañana jueves, se estima una lectura de 48.5, comparado con 50.9. Hay que recordar que una lectura por debajo de 50 significa contracción, por lo que por primera vez desde la recesión, el sector manufacturero estaría en franca caída. Los principales componentes como nuevos pedidos, producción y empleo también se pueden ubicar por debajo de los 50.
Es de suponer que la realidad dé la razón al consenso: en agosto, todos los reportes manufactureros regionales de la Fed señalaron contracción (-30.7 el de Filadelfia, -7.7 el de Nueva York, y -10 el de Richmond). Además, el componente de nuevos pedidos, que anticipa la tendencia general del ISM, ya tuvo una lectura de menos de 50 en julio (49.2). Quizás la única esperanza para evitar una lectura por debajo de 50 sea el PMI de Chicago. Se publicó hoy, y aunque se debilitó, vino mejor de lo esperado. Su lectura, de 56.5, fue inferior a la de julio (58.8), lo que indica un menor ritmo de expansión, pero la cifra mucho mejor a lo pronosticado por el consenso (53.0).
El ISM no manufacturero se publicará el próximo 6 de septiembre, tras el feriado del día del trabajo. EL ISM del sector servicios, que representa en torno al 90% de la economía, también ha seguido una tendencia a la baja que se prolongará en agosto. El consenso estima una lectura de 51.3 comparado con 52.7 en agosto. Y aunque todavía no indica contracción, la actividad está prácticamente estancada.
También para agosto, el dato de venta de autos puede ser bastante revelador. En julio se vendieron 9.6 millones de autos anualizados, y podría descender en agosto a 9.3 millones. Eso denotará que el consumo privado sigue débil, debido a las pobres expectativas de empleo, y al deterioro en el ánimo comprador. En ese sentido, la confianza del consumidor de agosto, el que publica el Conference Board, no trajo buenos presagios para el consumo privado: en agosto se despeñó a 44.5 comparado con 59.2 en julio. El dato fue el más bajo desde 2009, cuando la economía estaba saliendo de la recesión, y muy inferior al 52.0 que estimaban los analistas.
Veremos cómo vienen finalmente estos datos, que son fundamentales para el devenir de la economía y la correcta orquestación de las políticas económicas. Pero, a priori, todo parece indicar que las cifras de agosto pueden venir feas. Bernanke ya mandó la voz de alarma el viernes pasado en Jackson Hole, cuando afirmó que hará “todo lo que pueda” para ayudar a la economía y que precisará del apoyo de la política fiscal dado que la política monetaria por sí sola es insuficiente.
Ya sabemos, por las minutas de la Fed, que en la anterior reunión se debatió la posibilidad de un nuevo programa de compra de bonos, un QE3. En aquella ocasión se limitaron a fijar el compromiso de no mover tasas hasta junio de 2013, quizás por la disidencia que existe en el seno de la Fed (Fisher, Plosser y Kocherlakota) a nuevas medidas de estímulo monetario, y porque era demasiado pronto para anunciar algo más agresivo. En la reunión de 20-21 de septiembre, si los datos de empleo e ISM, junto con otros indicadores como ventas minoristas y producción industrial, son malos, podemos tener un QE3. La reunión, que se amplió a dos días, tratará de limar asperezas con los disidentes y mandar un mensaje de unidad.
Por otro lado, el miércoles 7 de septiembre Obama irá al Congreso con un discurso que versará sobre el empleo y la necesidad de aplicar un nuevo programa estímulo fiscal para ayudar a la economía. A ver cómo lo recibe el Tea Party, pero que hace falta, hace falta. Como se ha dicho, la disciplina fiscal que se guarde para el medio y largo plazo, pero para el corto plazo, hacen faltas nuevas ayudas. Los datos de agosto deben ser suficientes para convencerlos.
ago-11 73,000*
* Estimado encuesta de Briefing.
Fuente: Oficina de Estadísticas Laborales (BLS)
Lo peor es que nos tememos que la cifra de agosto sea peor que la que pronostica el consenso. Nos inquieta, en primer lugar, que los despidos masivos que se anunciaron recientemente sigan pesando en la nómina no agrícola en los próximos meses. Recuerden lo de Cisco, Lockheed Martin, Merck, Research in Motion o bancos como HSBC o Goldman Sachs, etc.
A todo eso hay que sumar la masiva huelga de Verizon, que convocó a 45,000 trabajadores, y que podrían influir negativamente la nómina en agosto. La huelga, que duró desde el 7 al 23 de agosto, posiblemente implicó que muchos trabajadores no cobraron nómina el 12 de agosto, por lo que saldrían fuera del cálculo. Eso se vería reflejado, de ser así, en el sector de información.
Otro factor negativo en la nómina de agosto sería la manufactura. No sólo el sector tuvo un flojo comportamiento en agosto, sino que además el sector automotriz modificó su comportamiento estacional. Generalmente, las fábricas de autos toman su receso veraniego en julio, cuando cierran varias plantas, lo que implica un rebote en la actividad y el empleo del sector en agosto. Pero este año cambiaron esos hábitos: debido al tsunami de Japón, julio fue aprovechado para recuperar parte de la producción automotriz que se perdió durante el segundo trimestre, por lo que cerraron menos plantas en julio de lo que suele ser la costumbre. En consecuencia, el rebote estacional de agosto será menor que el de años precedentes.
Finalmente, hay que incluir los continuos despidos de funcionarios a nivel estatal y local. Esa tendencia se observa desde septiembre de 2008, y raro ha sido el mes desde entonces en el que no se han producido caídas en la nómina. Según el reporte de Challenger, los planes de despidos en el sector público fueron de 18,426 trabajadores en agosto.
Como resultado de todos estos factores, nos tememos que la nómina no agrícola de agosto puede ser inferior a los 73,000 que estiman los analistas, y venga más cercano a los 30,000, lo que sería la cifra más baja desde septiembre del año pasado (-29,000).
También los indicadores de ISM manufacturero y no manufacturero pueden darnos pistas sobre si EU sufrió una contracción económica en agosto. Y la verdad, apuntan en el mismo sentido: la economía, cuando menos, está completamente parada. Para el ISM, que se publica mañana jueves, se estima una lectura de 48.5, comparado con 50.9. Hay que recordar que una lectura por debajo de 50 significa contracción, por lo que por primera vez desde la recesión, el sector manufacturero estaría en franca caída. Los principales componentes como nuevos pedidos, producción y empleo también se pueden ubicar por debajo de los 50.
Es de suponer que la realidad dé la razón al consenso: en agosto, todos los reportes manufactureros regionales de la Fed señalaron contracción (-30.7 el de Filadelfia, -7.7 el de Nueva York, y -10 el de Richmond). Además, el componente de nuevos pedidos, que anticipa la tendencia general del ISM, ya tuvo una lectura de menos de 50 en julio (49.2). Quizás la única esperanza para evitar una lectura por debajo de 50 sea el PMI de Chicago. Se publicó hoy, y aunque se debilitó, vino mejor de lo esperado. Su lectura, de 56.5, fue inferior a la de julio (58.8), lo que indica un menor ritmo de expansión, pero la cifra mucho mejor a lo pronosticado por el consenso (53.0).
El ISM no manufacturero se publicará el próximo 6 de septiembre, tras el feriado del día del trabajo. EL ISM del sector servicios, que representa en torno al 90% de la economía, también ha seguido una tendencia a la baja que se prolongará en agosto. El consenso estima una lectura de 51.3 comparado con 52.7 en agosto. Y aunque todavía no indica contracción, la actividad está prácticamente estancada.
También para agosto, el dato de venta de autos puede ser bastante revelador. En julio se vendieron 9.6 millones de autos anualizados, y podría descender en agosto a 9.3 millones. Eso denotará que el consumo privado sigue débil, debido a las pobres expectativas de empleo, y al deterioro en el ánimo comprador. En ese sentido, la confianza del consumidor de agosto, el que publica el Conference Board, no trajo buenos presagios para el consumo privado: en agosto se despeñó a 44.5 comparado con 59.2 en julio. El dato fue el más bajo desde 2009, cuando la economía estaba saliendo de la recesión, y muy inferior al 52.0 que estimaban los analistas.
Veremos cómo vienen finalmente estos datos, que son fundamentales para el devenir de la economía y la correcta orquestación de las políticas económicas. Pero, a priori, todo parece indicar que las cifras de agosto pueden venir feas. Bernanke ya mandó la voz de alarma el viernes pasado en Jackson Hole, cuando afirmó que hará “todo lo que pueda” para ayudar a la economía y que precisará del apoyo de la política fiscal dado que la política monetaria por sí sola es insuficiente.
Ya sabemos, por las minutas de la Fed, que en la anterior reunión se debatió la posibilidad de un nuevo programa de compra de bonos, un QE3. En aquella ocasión se limitaron a fijar el compromiso de no mover tasas hasta junio de 2013, quizás por la disidencia que existe en el seno de la Fed (Fisher, Plosser y Kocherlakota) a nuevas medidas de estímulo monetario, y porque era demasiado pronto para anunciar algo más agresivo. En la reunión de 20-21 de septiembre, si los datos de empleo e ISM, junto con otros indicadores como ventas minoristas y producción industrial, son malos, podemos tener un QE3. La reunión, que se amplió a dos días, tratará de limar asperezas con los disidentes y mandar un mensaje de unidad.
Por otro lado, el miércoles 7 de septiembre Obama irá al Congreso con un discurso que versará sobre el empleo y la necesidad de aplicar un nuevo programa estímulo fiscal para ayudar a la economía. A ver cómo lo recibe el Tea Party, pero que hace falta, hace falta. Como se ha dicho, la disciplina fiscal que se guarde para el medio y largo plazo, pero para el corto plazo, hacen faltas nuevas ayudas. Los datos de agosto deben ser suficientes para convencerlos.
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