lunes, 26 de septiembre de 2011

MÉXICO REQUIERE UNA POLÍTICA INDUSTRIAL PARA CRECER

De ahí la importancia de acelerar de manera importante el ritmo de la actividad económica con instrumentos macroeconómicos...
Jesús Alberto Cano Vélez / Excelsior
La mesa 2 del último Foro Nacional, que organizó el Colegio Nacional de Economistas, en la Ciudad de México, analizó la conveniencia de tener una política industrial para promover el crecimiento en México.
Se especificó claramente que una política industrial mal instrumentada podría tener serios inconvenientes, como el proteccionismo burdo y simple, y se insistió en que ese era el gran reto. Llevarla a cabo, pero bien diseñada y bien ejercida.
Un segundo punto importante fue que se deben explorar todos sus aspectos, desde su diseño hasta los instrumentos que estén a la mano, con los que cuente el Estado; entre ellos, la política financiera, los estímulos fiscales, y apoyos directos, como gasto en investigación y desarrollo.
Otro tema muy claro y destacado fue la importancia de promover y llevar a cabo un mayor gasto en investigación.
En el debate, se subrayó que en México la productividad total de los factores es superior a la de muchos países asiáticos y latinoamericanos, pero que su tasa de crecimiento es menor a la de todos esos países, por el estrecho vínculo que tienen con la tasa de crecimiento de la economía. De ahí la importancia de acelerar de manera importante el ritmo de la actividad económica con instrumentos macroeconómicos como los de la demanda.
En particular, se mencionó que no es suficiente llevar a cabo estímulos y apoyos directos al desarrollo, sino retomar la política de apoyos fiscales que existió hasta 2009 y que se interrumpió desde entonces.
Un tercer tema fue que los desarrollos actuales de varios sectores representan una gran oportunidad para llevar a cabo una política industrial. En particular se enfocaron en la nueva industria limpia, la industria ecológica o verde. Se mencionó también el campo de la industria energética, los proyectos en infraestructura de todo tipo, y el campo que se llama la nueva economía del conocimiento.
Todos estos sectores son importantes como fuentes de crecimiento y, por lo tanto, son sectores en los que se debe poner un claro énfasis en una política industrial transparente y bien dirigida.
El grupo reconoció que no es fácil distinguir y seleccionar sectores e industrias a los que haya que apoyar, sin la enorme cantidad de información que se requiere para no cometer equivocaciones y para que no se capture al Estado por algunos sectores o por grandes empresarios, en donde estos estímulos se conviertan en una renta.
De ahí que la política industrial deba ser producto de un gran consenso entre el gobierno y los sectores. En este sentido, se concluyó la importancia de diseñar una modalidad para lograr un gran consenso. Se mencionó, en particular, la creación de un Consejo Económico para el Desarrollo, compuesto por expertos de distintos sectores, como el empresarial, el gubernamental, los trabajadores y la academia, en donde se diseñe, discuta y acuerde no solamente la política industrial, sino la interrelación de ésta con un plan más amplio, en donde se discuta y diseñe todo un plan de desarrollo económico.
Dicha propuesta fue ofrecida por un representante del sector privado, quien también insistió sobre la importancia de una alianza público-privada, no sólo en el sentido de proyectos de inversión, sino en el sentido político económico; un acuerdo, una alianza entre el sector público y el sector privado.
Vale la pena recordar que las épocas de crecimiento se caracterizaron por estos grandes acuerdos. Gracias a esos consensos público-privados es que México pudo crecer, como se creció en las décadas de los treinta, cuarenta, cincuenta y sesenta; alianzas muy bien y ampliamente documentadas.
Otro tema fundamental fue el que, dentro de esa política industrial, se considere cuidadosamente una inserción inteligente a la economía global; por ofrecer una gran oportunidad: hay que llevar a cabo con medidas específicas como el lograr que nuestras exportaciones tengan un mayor contenido nacional; que nuestra mano de obra se exporte incorporada a esos productos y no “caminando por el puente fronterizo”.
En otra de las mesas se dijo, con el mismo tenor, que “hay que nacionalizar la globalización”. Esa frase afortunada nos permite pensar sobre la importancia de internalizar en nuestro país la globalización y de alinear nuestros esfuerzos de producción, de tal manera que podamos aprovechar todas las oportunidades que nos den los mercados internacionales.
La mesa aceptó que dependemos mucho de la evolución de la economía estadunidense; pero eso no quiere decir que debamos de incrementar nuestro comercio con Estados Unidos, sino que debemos incrementar nuestro intercambio con otros países de alto crecimiento económico–no solamente con los BRIC que están creciendo a tasas muy altas– sino que además con Turquía, Indonesia, Taiwán y Corea.
El grupo de análisis de la mesa 2 identificó a unos diez países que están creciendo a tasas muy altas con las que no tenemos un vínculo comercial formal y con los cuales deberíamos de tenerlo, y rápidamente. Una integración a la economía global más inteligente, más lúcida. Eso fue continuamente mencionado.
Hay que reindustrializar a México, concluyeron, porque nuestra industria es vieja –aún la más avanzada y la que más exporta– porque es una industria que no ha aprovechado las innovaciones de vanguardia y que está exportando menos, y de manera menos eficiente, de lo que podría ser.
Concluyo con subrayar que el motivo principal, en todo caso, de una política industrial y de fomento a las actividades productivas, no puede estar desvinculado del que debe ser nuestro interés último, que es el bienestar de todos los mexicanos, el de reducir la pobreza; mejorar la distribución del ingreso y lograr el mayor bienestar de la mayoría de la población.
Esto sólo se puede lograr creando riqueza, no sucede por decreto; se requiere inversión y producción inteligente. De ahí la importancia de una política industrial
que permita crear muchos más empleos y lograr estas dos metas en el menor tiempo posible.
* Presidente del Colegio nacional de Economistas

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