martes, 14 de diciembre de 2010

¿HACIA DONDE VAMOS, CUAL ES LA RUTA?

Jesús Alberto Cano Vélez (*) / Excelsior
Es bueno cotejar lo que dicen los diversos analistas económicos sobre las expectativas de nuestras economías para los próximos años, y situarnos en esos contextos para ponderar sus posibilidades.
Como nuestros lectores saben, algunos de nosotros, en el Colegio Nacional de Economistas, hemos estado dando la voz de alarma por la evolución económica actual y esperada, de las estrategias económicas inapropiadas para los años recesivos que hemos venido viviendo, cuando algunos de nuestros vecinos de América Latina han sido sustancialmente más exitosos que nosotros en enfrentar con éxito a los monstruos de la recesión, la pobreza y el desempleo.
Para el 2010 y 2011, por ejemplo, en las proyecciones del PIB, se habla de “rebotes técnicos” más no de manifestaciones de fuerza económica. Esos aumentos del PIB son consecuencia estadística –dicen-- de la fuerte caída de la economía mexicana en el año 2009, de -6.5% real, para que en el 2010 suba en torno al 5%, en 2011 está programado el 3.9%, y luego estacionarnos en crecimientos anuales de 2.2% a partir del 2012.
Es decir, son razones estadísticas; no de proyecto o de programas de ruta. Evidentemente faltan acciones, y, por supuesto, reformas diversas. Pero ante todo, falta visión de Estado, metas.
Hemos sostenido que el asunto fundamental es ideológico, no técnico. De alguna manera están queriendo “retornar a la ruta indicada”, de donde se “desvió el país” pero el mercado no se los señala; ni lo hará, porque su fría acción no aporta lo que corresponde a la inspiración humana.
Sabemos, por ejemplo, que por lo que corresponde al marco macro, México va bien; pero que en competencia estamos mal. Ahí juega la política comercial, el tipo de cambio, las estrategias de comercialización y la promoción de la inversión fija en maquinaria y equipo. Igualmente, juega papel importante la política financiera.
En cuanto al tipo de cambio, los sesudos análisis de economistas internacionales, conocedores de nuestro país, proyectan que el tipo de cambio del peso mexicano, vis a vis el dólar norteamericano irá pasando de 12.50 por dólar a 12.30 y luego 12.25 para finales del año en curso. Es decir, una tendencia revaluatoria --un peso cada vez más fuerte--. Todo ello en un contexto mundial proteccionista y de devaluaciones competitivas entre los países.
Nuestra duda es: ¿Nos estarán dando línea? ¿Alquien nos lo dijo, o qué? Porque esas acciones de política económica internacional carecen de lógica cuando hay que cuidar la planta productiva nacional y no tanto, ser un bien portado muchachito.
Luego también, la economía de los Estados Unidos seguirá siendo de muy lento crecimiento, por algunos años más. A diferencia de nosotros --no obstante ser país “de mercado”-- su proyecto de nación y su utilización de los instrumentos de política económica, el pleno saneamiento de su economía, muy afectada por la recesión que todos esperamos concluye pronto, está todavía lejos de lograrse.
Luego también, los países de la comunidad europea empiezan a marcarse por los microbios que afectaron a Grecia y a Irlanda. Ahora Portugal y España están dando señas del contagio, y no está lejos Italia.
Estamos viendo en situación de debilidad a países tradicionalmente fuertes. Esperemos que eso no crezca ni se desparrame.
Mientras tanto, las autoridades económicas de nuestro país hablan de fortalecer el mercado interno como la solución definitiva, que lo es; pero eso no ocurre por así desearlo, y no apreciamos acciones que lo propicien.
Esperemos que tengan una sorpresa bajo la manga.
(*) Presidente de El Colegio Nacional de Economistas


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