Jorge A. Chávez Presa / El Universal
El hecho de que México cuente con una población mayor a la prevista es razón suficiente para empeñarnos en elevar la tasa de crecimiento de la economía. Esa sería una de las principales recomendaciones que se podría hacer después de conocer los primeros datos que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEG) hizo públicos en noviembre pasado.
De acuerdo con estos nuevos números al 12 de junio de 2010, residimos. Así, nuestro país ocupa el onceavo lugar en el mundo, con el 1.6% de la población mundial estimada en seis mil 908.6 millones de seres humanos.
El Consejo Nacional de Población (Conapo), con base en el conteo realizado en 2005, estimó que, para el 2010, México contaría con una población de 108.5 millones de personas. Sin embargo, el censo al 12 de junio de 2010 arrojó un resultado de 112 millones 322 mil 757 personas en el territorio mexicano, superior en 3.8 millones de personas al calculado por Conapo. Esto significa: primero, que el PIB per cápita para este año sea menor en 4 mil pesos, y segundo, que la tasa media anual de crecimiento para la década disminuya de 0.7% a 0.1%. Por lo tanto, de continuar así, el PIB por habitante pasaría de 113.9 mil pesos en el 2010 a 114.9 mil pesos en el 2020.
Cabe señalar que los censos de población constituyen materia prima para la formulación y evaluación de las políticas públicas que se llevan a cabo en un Estado. A partir de datos duros sobre las características demográficas de cada municipio y estado del país, permite identificar la demanda de infraestructura carretera, agua, drenaje y electricidad, por citar de los más importantes. Es también fundamental para cuantificar la demanda de los servicios de educación, salud, seguridad y justicia. De igual manera, para el sector privado el censo le revela información importante para determinar sus estrategias de expansión o cierre.
El censo tiene también varias repercusiones: una es en la política, ya que determina la asignación de los diputados por entidades federativas; otra que es inmediata en la distribución de las participaciones, esto es en la manera de cómo el gobierno federal comparte la recaudación de impuestos, como el ISR, IETU, IDE, IEPS, IVA y los derechos sobre hidrocarburos, con las entidades federativas y municipios.
Un análisis preliminar sobre estos datos del censo permite señalar que la población resultó mayor a la estimada por haberse registrado una disminución en la emigración. La tasa bruta de natalidad disminuyó de 21.47 nacidos vivos por cada mil habitantes en el periodo 2000 a 2005, a 18.5 en el de 2005-2010. Asimismo, la tasa de mortalidad aumentó ligeramente, al pasar las defunciones por millar de personas de 4.82 a 4.87 para los mismos periodos.
En consecuencia, si somos más, tenemos que concentrar los esfuerzos de todos a que aumente el ritmo de crecimiento de la actividad económica y se generen más empleos. Es inaceptable conformarnos con el desempeño económico registrado en las últimas décadas, y aceptar con resignación que para que el PIB por habitante aumente, se estimule la emigración. Por ello, la insistencia de que el país fragüe un pacto social orientado a eliminar las rigideces que le impiden despegar y volar a la altura que México requiere. Esto implica llegar a acuerdos para organizar de una forma totalmente diferente al sector energético; que se fomente la competencia de los distintos actores que producen bienes y prestan servicios; que se acepten las nuevas realidades de las relaciones laborales que faciliten una mayor contratación de personas y remuneren al trabajo de acuerdo con su productividad, y una hacienda pública que le dé capacidad al Estado mexicano de concretar para proteger sobre todos los demás intereses al interés público, que es el de su población. Esto abarca desde educación, salud, seguridad y procuración y administración de justicia. Con una perspectiva pobre de crecimiento económico por los lastres que se arrastran y que frenan el aumento de la productividad de los factores y la movilidad de los recursos entre los distintos sectores, la inversión se irá a otras partes del mundo que sí lo permitan.
Deseo a todos mis lectores felices fiestas decembrinas y un 2011 lleno de salud y alegría.
Economista
El hecho de que México cuente con una población mayor a la prevista es razón suficiente para empeñarnos en elevar la tasa de crecimiento de la economía. Esa sería una de las principales recomendaciones que se podría hacer después de conocer los primeros datos que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEG) hizo públicos en noviembre pasado.
De acuerdo con estos nuevos números al 12 de junio de 2010, residimos. Así, nuestro país ocupa el onceavo lugar en el mundo, con el 1.6% de la población mundial estimada en seis mil 908.6 millones de seres humanos.
El Consejo Nacional de Población (Conapo), con base en el conteo realizado en 2005, estimó que, para el 2010, México contaría con una población de 108.5 millones de personas. Sin embargo, el censo al 12 de junio de 2010 arrojó un resultado de 112 millones 322 mil 757 personas en el territorio mexicano, superior en 3.8 millones de personas al calculado por Conapo. Esto significa: primero, que el PIB per cápita para este año sea menor en 4 mil pesos, y segundo, que la tasa media anual de crecimiento para la década disminuya de 0.7% a 0.1%. Por lo tanto, de continuar así, el PIB por habitante pasaría de 113.9 mil pesos en el 2010 a 114.9 mil pesos en el 2020.
Cabe señalar que los censos de población constituyen materia prima para la formulación y evaluación de las políticas públicas que se llevan a cabo en un Estado. A partir de datos duros sobre las características demográficas de cada municipio y estado del país, permite identificar la demanda de infraestructura carretera, agua, drenaje y electricidad, por citar de los más importantes. Es también fundamental para cuantificar la demanda de los servicios de educación, salud, seguridad y justicia. De igual manera, para el sector privado el censo le revela información importante para determinar sus estrategias de expansión o cierre.
El censo tiene también varias repercusiones: una es en la política, ya que determina la asignación de los diputados por entidades federativas; otra que es inmediata en la distribución de las participaciones, esto es en la manera de cómo el gobierno federal comparte la recaudación de impuestos, como el ISR, IETU, IDE, IEPS, IVA y los derechos sobre hidrocarburos, con las entidades federativas y municipios.
Un análisis preliminar sobre estos datos del censo permite señalar que la población resultó mayor a la estimada por haberse registrado una disminución en la emigración. La tasa bruta de natalidad disminuyó de 21.47 nacidos vivos por cada mil habitantes en el periodo 2000 a 2005, a 18.5 en el de 2005-2010. Asimismo, la tasa de mortalidad aumentó ligeramente, al pasar las defunciones por millar de personas de 4.82 a 4.87 para los mismos periodos.
En consecuencia, si somos más, tenemos que concentrar los esfuerzos de todos a que aumente el ritmo de crecimiento de la actividad económica y se generen más empleos. Es inaceptable conformarnos con el desempeño económico registrado en las últimas décadas, y aceptar con resignación que para que el PIB por habitante aumente, se estimule la emigración. Por ello, la insistencia de que el país fragüe un pacto social orientado a eliminar las rigideces que le impiden despegar y volar a la altura que México requiere. Esto implica llegar a acuerdos para organizar de una forma totalmente diferente al sector energético; que se fomente la competencia de los distintos actores que producen bienes y prestan servicios; que se acepten las nuevas realidades de las relaciones laborales que faciliten una mayor contratación de personas y remuneren al trabajo de acuerdo con su productividad, y una hacienda pública que le dé capacidad al Estado mexicano de concretar para proteger sobre todos los demás intereses al interés público, que es el de su población. Esto abarca desde educación, salud, seguridad y procuración y administración de justicia. Con una perspectiva pobre de crecimiento económico por los lastres que se arrastran y que frenan el aumento de la productividad de los factores y la movilidad de los recursos entre los distintos sectores, la inversión se irá a otras partes del mundo que sí lo permitan.
Deseo a todos mis lectores felices fiestas decembrinas y un 2011 lleno de salud y alegría.
Economista
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