sábado, 25 de diciembre de 2010

TEATRALIDAD

Política y estilos
Rosaura Cruz de Gante*/ El Financiero en línea
Los “twiteros” se han dado gusto estos días, opinando sobre el secuestro de Diego Fernández de Cevallos. Pocos, muy pocos son los que creen en el plagio; la mayoría se mofa y hace escarnio de “El Jefe”.
La teatralidad de Diego, que para eso se pinta solo, y las extrañas circunstancias en que ocurrió su liberación, han provocado los más disímbolos comentarios.
Diego apareció manejando su propio auto, bañadito, el pelo cortado en peluquería y las cejas entintadas. Claro, la barba luenga para que se notara que estuvo cautivo los 7 meses que transcurrieron de mayo a diciembre.
Llegó a su casa de Lomas Virreyes y ofreció una “improvisada” conferencia de prensa en la banqueta. Después, a los pocos minutos de haber entrado a la residencia, salió con un ramo de rosas rojas, abordó su carro y fue a ver a su “novia” (¿Pues no que estaba casado?), a quien abrazó como quien abraza a un político y le plantó un beso en la mejilla.
Si embargo…. resulta que su liberación no fue el día 20 de diciembre, sino un mes atrás, o sea el 20 de noviembre. El portal de El Financiero revela que Diego fue soltado precisamente el día en que se celebró el Centenario de la revolución. Que lo llevaron a Houston para su atención médica y psicológica, y de ahí lo regresaron dando gracias a Dios y a la Virgen y perdonando a sus plagiarios.
Diego: el gran actor, el villano, el virrey, el abogado influyente, el millonario, regresaba a casa pregonando, también que no va a ser candidato del PAN a la presidencia de la República, pero apoyará al que resulte…claro, en ese partido.
Sólo unas horas después Ebrard, con ironía, le contestó que él no se da por muerto. Que todos, dijo Marcelo, se han dado por muertos, pero él, ¡no!
¿Realmente secuestraron al jefe Diego? Es la pregunta que muchos nos hacemos. ¿Y si lo plagiaron efectivamente, qué tanto dinero ha amasado que pagó por su rescate 30 millones de dólares (¡360 millones de pesos!)?
Imagínense cuánto más no tendrá. ¿De dónde?
Mientras, la mayoría de los mexicanos apenas si tiene para comer. Qué ironías de la vida.
El rescate de Diego nos reveló que las fortunas de este tipo de políticos y negociantes, se hacen a la sombra del poder. Eso es lo que provoca rabia, más cuando nos damos cuenta que los ciudadanos comunes y corrientes somos los que sostenemos la estructura que ellos utilizan para enriquecerse impunemente.
Diego ya está en casa. Onésimo Cepeda confesó que está feliz, y dice que si a él le hubieran pasado la “charola”, hubiera cooperado. Qué risa.
Diego puede ufanarse que su secuestro acaparó la atención de medios nacionales e internacionales, y que podría servirle al PAN para pedirle a coro ser su candidato a la Presidencia.
Como los mexicanos llegamos al colmo de la sensiblería, es posible
Como en toda super producción hollywodense, el final no pudo ser más feliz.
Sin embargo, Diego no ha mostrado siquiera la cicatriz de la herida que le produjeron, supuestamente, con sus tijeras al momento de oponer resistencia la noche en que lo plagiaron.
Y a todo esto, ¿el secuestro fue dentro de la casa de su hacienda, o dentro de su camioneta? Esto es un enigma propio para la “araña”.
En fin…
Por lo pronto, ¡feliz navidad y buen 2011!
Hasta el próximo año.


Periodista egresada de la UNAM
Consultora en Estrategias de Comunicación.
Becaria de la OEA en el diplomado “Ética Periodística en las Américas”
Ex presidenta del Club Primera Plana

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