martes, 7 de junio de 2011

HANK RHON, " QUINAZO" PANISTA

Alejandro Ramos Esquivel / El Financiero
Al igual que en su momento ocurrió con el exlíder petrolero Joaquín Hernández Galicia, "La Quina", cuyo expediente de presuntos delitos iba desde el asesinato hasta una corrupción desbordada, el de Jorge Hank Rhon, exalcalde de Tijuana, es igual o más abultado.
Incluso el hijo del legendario profesor Carlos Hank González, autor de la frase de que "un político pobre, es un pobre político", ha sido detenido por acusaciones de contrabando y vinculado en el asesinato del periodista del semanario Zeta, de Tijuana, Héctor Félix Miranda.
También en el exterior, concretamente en Estados Unidos, el Centro de Inteligencia sobre Drogas de ese país lo relacionó en algunos de sus reportes con narcotraficantes y negocios de lavado de dinero.
Curiosamente, de todas las acusaciones en México pudo salir sin mayores problemas e igualmente ocurrió en Estados Unidos, donde Janet Reno, cuando se desempeñaba como Fiscal General, desacreditó la veracidad de los presuntos cargos y se disculpó con la familia de Hank Rhon.
Con tales antecedentes y muchos más que vinculan a Hank con casas de juego en 19 estados del país, así como una multiplicidad de negocios entre los que destacan hoteles, centros comerciales, el hipódromo Agua Caliente de Tijuana, y hasta el recién ascendido equipo de futbol profesional representativo de esa ciudad, llama la atención que el pasado fin de semana Hank Rhon haya sido detenido por el Ejército por acopio de armas.
Más aún cuando la acción del instituto armado respondió a una "denuncia ciudadana", lo que resulta por demás curioso cuando Hank Rhon y sus familiares cercanos (19 hijos entre propios y adoptados) se mueven resguardados por equipos de seguridad obviamente armados.
En este contexto, la detención de Hank Rhon replica en mucho lo ocurrido con "La Quina", quien en el gobierno priista del expresidente Carlos Salinas de Gortari fue detenido en su domicilio, donde también tenía un arsenal y hasta le "sembraron un muerto".
El "quinazo", como se conoció aquel episodio, tuvo un objetivo no jurídico ni mucho menos promotor de la justicia, sino político, un "golpe espectacular" que buscaba darle legitimidad a un régimen -el de Salinas de Gortari- cuyo triunfo electoral en 1988 frente al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas era severamente cuestionado.
Con todos estos antecedentes, que son públicos y de sobra conocidos, es ineludible visualizar la detención de Hank Rhon como un golpe político-mediático, que en mucho anticipa la naturaleza que ya tiene la disputa por la Presidencia de la República en 2012.
Y es que con lo ocurrido en Tijuana, más que una acción en favor de la aplicación de la ley, lo que se observa en primera instancia es un operativo jurídicamente débil, en que el Ejército cumple funciones de ministerio público y de policía -no se sabe que haya actuado con una orden de cateo- contra un individuo multimillonario y que no anda a "salto de mata", por lo que resulta poco lógico que se haya actuado como resultado de una denuncia anónima.
En contraste, del lado político el asunto sí tiene una resonancia mayor, dado que el inculpado es originario del Estado de México, donde su padre, el maestro Hank, ejerció un largo liderazgo y formó en torno a su persona un grupo -el Atlacomulco- que sigue actuante, como lo corrobora el exgobernador Arturo Montiel en un libro de reciente aparición escrito por su esposa, la periodista Norma Meraz.
Una premisa vigente es la que reza que en "política no hay coincidencias", por lo que la detención de Hank Rhon no se produce de manera casual sino que "coincide" con el proceso electoral en el Estado de México, donde el candidato del PAN, exsecretario particular del presidente Calderón, Luis Felipe Bravo Mena, tuvo que relanzar su campaña -un día después de la detención del exalcalde tijuanense- para tratar de salir del tercer lugar en que se encuentra, muy atrás del priista Eruviel Ávila y del perredista Alejandro Encinas.
Tampoco es "coincidente" que en el relanzamiento de campaña de Bravo Mena estuvieran presentes Roberto Gil Zuarth, secretario particular del presidente Felipe Calderón, así como el grupo de "presidenciables" del PAN, entre los que destacó el considerado "favorito" de Los Pinos, Ernesto Cordero, secretario de Hacienda y Crédito Público.
Cordero, quien asegura que él no se confunde y no hace campaña fuera de tiempo, abordó el tema de Hank Rhon y sostuvo que "no se trata de una cacería de brujas, ni es un caso con tintes políticos", ya que respondió a un hecho demandando por la ciudadanía y, por tanto, se actuó en la dirección correcta.
Ante estos dos hechos: la detención de Hank Rhon y la "cargada panista" para "revivir" a Bravo Mena, los priistas, en voz de su dirigente nacional, Humberto Moreira, consideran que la intención del gobierno es tratar de minar la campaña de Eruviel Ávila y al propio tiempo buscar "golpear" la imagen del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, quien encabeza todas las encuestas con miras a la contienda presidencial por el 2012.
Cierto o no, es lo que se percibe, o al menos lo que creen los priistas, que toman el "quinazo" de Tijuana como el arranque oficial de una "guerra sucia", que ya habían venido anticipando y que al desatarse polariza al país y lo envuelve en una "guerra del poder por el poder".
El PRD, o mejor dicho, el lopezobradorismo, celebra el episodio, ya que de algún modo valida su dicho de que "PRI y PAN" son la misma "mafia", lo cual de alguna manera potencia su participación con miras a 2012.
En este entorno, lo peor que podría suceder no sólo para el gobierno sino para el país y en especial para el Estado de Derecho, sería que las acusaciones contra Hank Rhon se diluyeran y aunque no le dijeran el tristemente célebre "usted disculpe", el hijo del profesor quedara libre como ocurrió con las tres decenas de funcionarios públicos que fueron detenidos en el llamado "michoacanazo", el primer golpe "político-jurídico" del actual gobierno.

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