Sergio Cervantes, presidente de Canacintra. Foto: OEM-Informex
Alejandro Durán / El Sol de México
Tras el débil escenario que muestra la economía de Estados Unidos, el panorama para México "se complica", lo cual, de no tomarse medidas oportunas, podría agudizarse a un grado tal que la expectativa de crecimiento de cinco por ciento para este 2011 podría verse "comprometida".
Por lo anterior, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) se pronunció a favor de implementar una estrategia para fortalecer el mercado interno con el objetivo de compensar el menor dinamismo que presenta la economía estadunidense, receptora del 80 por ciento de las exportaciones mexicanas.
Y lo que sucede, argumentó el organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), porque la propia Reserva Federal de la Unión Americana ya confirmó que la actividad económica de ese país se desacelera, lo que propició que el pronóstico de crecimiento para todo el 2011 se ajustará a la baja de un rango de entre 3.1 a 3.3 por ciento a uno de 2.7 a 2.9 por ciento, lo que de una u otra manera, afirmó el CEESP, tendrá repercusión en la economía mexicana.
"En este entorno, la situación para México también se complica, toda vez que la actividad productiva de nuestro país sigue dependiendo en un elevado porcentaje de la evolución de la economía estadounidense; algunos indicadores de nuestro país ya comienzan a reflejar síntomas de un menor dinamismo, como la actividad industrial y el ritmo de creación de empleos formales (...); el hecho es que si este entorno se mantiene por más tiempo, la expectativa de crecer a tasas cercanas a cinco por ciento podría verse comprometida".
A través de la última edición de su Análisis Económico Ejecutivo, el CEESP consideró que resulta fundamental que se genere el entorno más amigable posible para estimular la inversión productiva, sobre todo cuando es el principal motor del crecimiento económico y la principal fuente de generación de empleos bien remunerados.
Y lo anterior, porque advirtió que la evolución de las ventas no es la más dinámica que se esperaba, de hecho se ha estabilizado en niveles de crecimiento moderados, lo cual puede estar reflejando la cautela de los consumidores ante una expectativa de menor crecimiento en la segunda mitad del año.
En otro orden de ideas, el CEESP señaló que después del largo periodo en el que las remesas familiares hacia México cayeron significativamente, como consecuencia de la severa crisis económica por la que atravesó la economía estadounidense, que es la fuente principal de estos recursos, a finales del año pasado se comenzó a observar una paulatina recuperación, tras el proceso de avance que había retomado la actividad económica de nuestro vecino del norte.
De esta forma, refirió que en abril del presente año los recursos que percibe México por concepto de remesas familiares crecieron a una tasa anual de 4.7 por ciento, con lo que acumuló siete meses consecutivos con variaciones positivas, aunque en términos absolutos las remesas se mantienen por debajo de su nivel previo a la crisis.
"Si bien el hecho de que las remesas hayan retomado un comportamiento al alza es una buena noticia, toda vez que las familias que reciben estos recursos podrán ver mejorado su nivel de bienestar nuevamente, y con ello alejarse de alguna de las líneas de pobreza, donde generalmente se concentran los hogares que reciben recursos de familiares que trabajan en el exterior, por otro lado significa que los esfuerzos por generar un entorno en el que nuestra economía tenga la capacidad de generar los empleos suficientes aún está lejos de alcanzarse", señaló.
De esta manera, advirtió que de no redoblar esfuerzos para generar los puestos de trabajo que requiere el país, simplemente se reflejará en un desperdicio del bono demográfico, y eso implica dejar de generar una parte importante del Producto Interno Bruto (PIB).
Por lo anterior, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) se pronunció a favor de implementar una estrategia para fortalecer el mercado interno con el objetivo de compensar el menor dinamismo que presenta la economía estadunidense, receptora del 80 por ciento de las exportaciones mexicanas.
Y lo que sucede, argumentó el organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), porque la propia Reserva Federal de la Unión Americana ya confirmó que la actividad económica de ese país se desacelera, lo que propició que el pronóstico de crecimiento para todo el 2011 se ajustará a la baja de un rango de entre 3.1 a 3.3 por ciento a uno de 2.7 a 2.9 por ciento, lo que de una u otra manera, afirmó el CEESP, tendrá repercusión en la economía mexicana.
"En este entorno, la situación para México también se complica, toda vez que la actividad productiva de nuestro país sigue dependiendo en un elevado porcentaje de la evolución de la economía estadounidense; algunos indicadores de nuestro país ya comienzan a reflejar síntomas de un menor dinamismo, como la actividad industrial y el ritmo de creación de empleos formales (...); el hecho es que si este entorno se mantiene por más tiempo, la expectativa de crecer a tasas cercanas a cinco por ciento podría verse comprometida".
A través de la última edición de su Análisis Económico Ejecutivo, el CEESP consideró que resulta fundamental que se genere el entorno más amigable posible para estimular la inversión productiva, sobre todo cuando es el principal motor del crecimiento económico y la principal fuente de generación de empleos bien remunerados.
Y lo anterior, porque advirtió que la evolución de las ventas no es la más dinámica que se esperaba, de hecho se ha estabilizado en niveles de crecimiento moderados, lo cual puede estar reflejando la cautela de los consumidores ante una expectativa de menor crecimiento en la segunda mitad del año.
En otro orden de ideas, el CEESP señaló que después del largo periodo en el que las remesas familiares hacia México cayeron significativamente, como consecuencia de la severa crisis económica por la que atravesó la economía estadounidense, que es la fuente principal de estos recursos, a finales del año pasado se comenzó a observar una paulatina recuperación, tras el proceso de avance que había retomado la actividad económica de nuestro vecino del norte.
De esta forma, refirió que en abril del presente año los recursos que percibe México por concepto de remesas familiares crecieron a una tasa anual de 4.7 por ciento, con lo que acumuló siete meses consecutivos con variaciones positivas, aunque en términos absolutos las remesas se mantienen por debajo de su nivel previo a la crisis.
"Si bien el hecho de que las remesas hayan retomado un comportamiento al alza es una buena noticia, toda vez que las familias que reciben estos recursos podrán ver mejorado su nivel de bienestar nuevamente, y con ello alejarse de alguna de las líneas de pobreza, donde generalmente se concentran los hogares que reciben recursos de familiares que trabajan en el exterior, por otro lado significa que los esfuerzos por generar un entorno en el que nuestra economía tenga la capacidad de generar los empleos suficientes aún está lejos de alcanzarse", señaló.
De esta manera, advirtió que de no redoblar esfuerzos para generar los puestos de trabajo que requiere el país, simplemente se reflejará en un desperdicio del bono demográfico, y eso implica dejar de generar una parte importante del Producto Interno Bruto (PIB).
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