AGUSTíN ARROYO - EL PAÍS
Deuda soberana, recapitalización, financiarización, derivados, activos tóxicos, hedge funds, quita, deflación, estanflación, brockers, rating, credit default swaps (CDS), high frequency trading (HFT), joint ventures, reset, b. subprimes, fusión fría, etcétera.
Este léxico cargado de anglicismos técnicos nos rodea y aturde por doquier y a todas horas, crea una espesa trama semántica tan oscura e inescrutable para no iniciados que cualquier ciudadano que quiera entender los elementos esenciales de esta crisis y del leviatánico capitalismo corrosivo que nos golpea tendría que cursar un máster intensivo de economía política y financiera. No estaría de más que, ya desde los jardines de infancia y luego en el resto del currículo del sistema educativo, se empezasen, de forma lúdica y gradual, a impartir los conocimientos ad hoc para desentrañar este cabalístico neolenguaje que los todólogos manejan con desparpajo y ebrio frenesí.
Tantas escuelas de negocios: IESE, ESADE, CUNEF, las habituales carreras de grado en Ciencias Económicas, Empresariales, el nuevo grado de ADE, etcétera, convierten a España en el paraíso de los futuros tiburones empresariales y financieros. En estos tres últimos años los españoles hemos aprendido, a la fuerza, más economía que en los 20 siglos anteriores de nuestra era. Con tanto "experto" España hallará, sin duda, a corto plazo su anhelada tierra de promisión.
Deuda soberana, recapitalización, financiarización, derivados, activos tóxicos, hedge funds, quita, deflación, estanflación, brockers, rating, credit default swaps (CDS), high frequency trading (HFT), joint ventures, reset, b. subprimes, fusión fría, etcétera.
Este léxico cargado de anglicismos técnicos nos rodea y aturde por doquier y a todas horas, crea una espesa trama semántica tan oscura e inescrutable para no iniciados que cualquier ciudadano que quiera entender los elementos esenciales de esta crisis y del leviatánico capitalismo corrosivo que nos golpea tendría que cursar un máster intensivo de economía política y financiera. No estaría de más que, ya desde los jardines de infancia y luego en el resto del currículo del sistema educativo, se empezasen, de forma lúdica y gradual, a impartir los conocimientos ad hoc para desentrañar este cabalístico neolenguaje que los todólogos manejan con desparpajo y ebrio frenesí.
Tantas escuelas de negocios: IESE, ESADE, CUNEF, las habituales carreras de grado en Ciencias Económicas, Empresariales, el nuevo grado de ADE, etcétera, convierten a España en el paraíso de los futuros tiburones empresariales y financieros. En estos tres últimos años los españoles hemos aprendido, a la fuerza, más economía que en los 20 siglos anteriores de nuestra era. Con tanto "experto" España hallará, sin duda, a corto plazo su anhelada tierra de promisión.
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