La proyección que hace el organismo de las Naciones Unidas puede verse afectada por la evolución del precio del petróleo, los alimentos y las materias primas
SANDRO POZZI / EL PAÍS
El crecimiento en los países en desarrollo está a punto de tocar techo. Y eso provocará que el ritmo de expansión de este grupo de economías se desacelere más de un punto, del 7,3% del año pasado al 6,3% entre 2011 y 2013. Es la nueva proyección del Banco Mundial, que puede verse afectada por la evolución del precio del petróleo, los alimentos y materias primas.
Los países más atrasados fueron los que durante la crisis se convirtieron en el motor del crecimiento a escala global, que este año rondará el 3,2%, seis décimas menos que en 2010, para repuntar al 3,6% en 2012. En los países ricos la expansión seguirá una curva similar, al frenarse medio punto este año, al 2,2%, para volver a recuperar el 2,7% el próximo.
En términos generales, el crecimiento actual y el potencial se va acercando. Hay 72 países donde la brecha es menor al 1%, sobre todo entre las economía en desarrollo. En el caso de los países industrializados, el repunte va más retrasado y casi la mitad de ellos tiene un margen superior a los dos puntos, que en el caso de España, Grecia e Irlanda supera los tres puntos.
"La crisis financiera ya está atrás", asegura Justin Yifu Lin, economista jefe del organismo gemelo del Fondo Monetario Internacional, que tiene previsto presentar la revisión de sus previsiones el 17 de junio. Por eso recomendó a los países en desarrollo que adopten reformas para "lograr un crecimiento más equilibrado". La inflación es otro reto para ellos.
Y como si calcara el argumento que utiliza la Reserva Federal de EE UU frente a las críticas contra su estrategia monetaria, señala que el "fuerte crecimiento en la mayoría de las economías emergentes contribuyó a elevar el precio de las materias primas y la inflación". Y alerta del riesgo de una desestabilización en los movimientos de capital cuando suban los tipos.
"Muchos países operan por encima de su capacidad, a riesgo de recalentarse", apunta Hans Timmer, responsable del departamento de Perspectivas de Desarrollo. Es el caso, precisa, de Asia y América Latina. La inflación en los países de baja renta casi se duplicó desde el fin de la recesión global, hasta el 7%. En los industrializados, también sube y ronda el 2,8%.
En las economías ricas, el "nubarrón" está en los altos niveles de desempleo y la degradación fiscal. Y apunta que "la incertidumbre persiste" en la zona euro, a pesar de los "pasos sustanciales dados para reducir el déficit" en algunos países y de los "múltiples planes de rescate financiero". "Los mercados siguen preocupados porque Grecia deba reestructurar su deuda".
Es la muestra, añaden desde el Banco Mundial, de que la economía global debe recuperarse aún "de los excesos del boom financiero previo a la crisis". Y advierte que "un incremento adicional en el ya alto precio del petróleo y de los alimentos puede afectar de manera significativa al crecimiento económico y dañar a los países más pobres".
Y conforme vaya madurando el ciclo y se retiren los estímulos movilizados para prevenir el colapso financiero, el Banco Mundial anticipa subidas en los tipos a corto y medio plazo. Eso, apuntan los relatores, podría poner en evidencia puntos de vulnerabilidad ocultos por la disponibilidad de dinero barato, lo que podría tener consecuencias para la economía.
SANDRO POZZI / EL PAÍS
El crecimiento en los países en desarrollo está a punto de tocar techo. Y eso provocará que el ritmo de expansión de este grupo de economías se desacelere más de un punto, del 7,3% del año pasado al 6,3% entre 2011 y 2013. Es la nueva proyección del Banco Mundial, que puede verse afectada por la evolución del precio del petróleo, los alimentos y materias primas.
Los países más atrasados fueron los que durante la crisis se convirtieron en el motor del crecimiento a escala global, que este año rondará el 3,2%, seis décimas menos que en 2010, para repuntar al 3,6% en 2012. En los países ricos la expansión seguirá una curva similar, al frenarse medio punto este año, al 2,2%, para volver a recuperar el 2,7% el próximo.
En términos generales, el crecimiento actual y el potencial se va acercando. Hay 72 países donde la brecha es menor al 1%, sobre todo entre las economía en desarrollo. En el caso de los países industrializados, el repunte va más retrasado y casi la mitad de ellos tiene un margen superior a los dos puntos, que en el caso de España, Grecia e Irlanda supera los tres puntos.
"La crisis financiera ya está atrás", asegura Justin Yifu Lin, economista jefe del organismo gemelo del Fondo Monetario Internacional, que tiene previsto presentar la revisión de sus previsiones el 17 de junio. Por eso recomendó a los países en desarrollo que adopten reformas para "lograr un crecimiento más equilibrado". La inflación es otro reto para ellos.
Y como si calcara el argumento que utiliza la Reserva Federal de EE UU frente a las críticas contra su estrategia monetaria, señala que el "fuerte crecimiento en la mayoría de las economías emergentes contribuyó a elevar el precio de las materias primas y la inflación". Y alerta del riesgo de una desestabilización en los movimientos de capital cuando suban los tipos.
"Muchos países operan por encima de su capacidad, a riesgo de recalentarse", apunta Hans Timmer, responsable del departamento de Perspectivas de Desarrollo. Es el caso, precisa, de Asia y América Latina. La inflación en los países de baja renta casi se duplicó desde el fin de la recesión global, hasta el 7%. En los industrializados, también sube y ronda el 2,8%.
En las economías ricas, el "nubarrón" está en los altos niveles de desempleo y la degradación fiscal. Y apunta que "la incertidumbre persiste" en la zona euro, a pesar de los "pasos sustanciales dados para reducir el déficit" en algunos países y de los "múltiples planes de rescate financiero". "Los mercados siguen preocupados porque Grecia deba reestructurar su deuda".
Es la muestra, añaden desde el Banco Mundial, de que la economía global debe recuperarse aún "de los excesos del boom financiero previo a la crisis". Y advierte que "un incremento adicional en el ya alto precio del petróleo y de los alimentos puede afectar de manera significativa al crecimiento económico y dañar a los países más pobres".
Y conforme vaya madurando el ciclo y se retiren los estímulos movilizados para prevenir el colapso financiero, el Banco Mundial anticipa subidas en los tipos a corto y medio plazo. Eso, apuntan los relatores, podría poner en evidencia puntos de vulnerabilidad ocultos por la disponibilidad de dinero barato, lo que podría tener consecuencias para la economía.
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