LEO ZUCKERMANN / EXCELSIOR
Todo indica que el PRD va a perder la gubernatura de Michoacán. De acuerdo a la encuesta publicada ayer en Reforma, Silvano Aureoles, candidato de los tres partidos de izquierda, estaría en tercer lugar con el 28% de las preferencias electorales. Según la proyección de BGC-Ulises Beltrán, con base en su última encuesta, este mismo candidato tendría el 27% de las intenciones de voto de los michoacanos. De esta forma, a prácticamente una semana de la elección, el PRD se ubicaría en tercer lugar, con poca probabilidad de recuperarse en los días que faltan, y ganar. Pero, lo peor de todo, es que hay una probabilidad muy real de que el partido gobernante efectivamente quede en el tercer sitio por debajo del PAN y PRI. De confirmarse esta tendencia, sería un verdadero desastre para el PRD: pasaría de ser el primer lugar, la actual fuerza gobernante de Michoacán, al tercer sitio, lo cual es algo tremendamente muy raro que ocurra en la política mexicana.
Las encuestas demuestran el gran apetito michoacano por un cambio en el gobierno estatal. Al parecer existe hartazgo en la población de los perredistas. Claramente se refleja en las bajas tasas de aprobación del gobernador Leonel Godoy: sólo el 48% de los michoacanos aprueba su forma de gobernar, de acuerdo a la encuesta de Reforma.
El PAN (con su aliado Nueva Alianza) y el PRI (con el PVEM) se están disputando el voto del cambio en Michoacán. Y aquí sí hay una diferencia importante en las encuestas. En su proyección, Ulises Beltrán trae arriba al candidato priísta Fausto Vallejo con el 39% de las intenciones de voto. En segundo lugar está la panista Luisa María Calderón con el 34%. Reforma, en cambio, trae en primer lugar a Calderón con el 39% de las preferencias y a Vallejo en segundo con el 33%. Un tercer encuestador, GCE, coincide con los números de Reforma.
Entonces, ¿a quién le creemos? Difícil decirlo. Y lo peor del caso, como la ley prohíbe la difusión de resultados de encuestas a partir del viernes 4 de noviembre, pues los últimos días las tendencias electorales pueden cambiar. Por tanto, si Vallejo gana, Reforma y GCE podrán argumentar que las intenciones de voto se movieron la última semana y viceversa, es decir, si gana Calderón, BGC podrá argüir lo mismo.
Hay un factor que ya no capturarán las últimas encuestas publicadas: el asesinato del presidente municipal de La Piedad. A 11 días de los comicios estatales, el panista Ricardo Guzmán se encontraba realizando campaña a favor de Calderón. De pronto una camioneta se paró y le disparó un escopetazo. Minutos después, el edil falleció. ¿Qué efecto tendrá esta muerte en el ánimo del electorado? Recordemos que en 1992, el trágico fallecimiento de la hija del candidato panista a la gubernatura de Chihuahua, Francisco Barrio, en un accidente automovilístico, le ayudó a ganar al panista por la empatía que despertó en parte del electorado. En este sentido, la muerte de Guzmán podría convertirse en un trágico acto que electoralmente favorezca en último momento a Calderón.
Y de confirmarse el triunfo de la hermana del Presidente, sería una bocanada de oxígeno puro para el propio mandatario, pero sobre todo para el PAN. Le inyectaría energía al grupo calderonista y al panismo. Mandaría el mensaje de que nada está escrito para la elección federal del 2012. Que, como en Michoacán, se puede venir de atrás y ganar.
En cambio, si el PRI perdiera, lógicamente sería una mala noticia para el tricolor ya que su candidato comenzó muy arriba en las encuestas. Podría significar, incluso, el último clavo en el ataúd de Humberto Moreira como dirigente nacional del tricolor. No sólo por el escándalo de la deuda de Coahuila que crece cada día sino por la desilusión de los priístas quienes estaban convencidos que recuperarían la gubernatura michoacana. Claro: para eso tiene que ganar la "Cocoa" Calderón y perder Fausto Vallejo, lo cual todavía está por verse.
Todo indica que el PRD va a perder la gubernatura de Michoacán. De acuerdo a la encuesta publicada ayer en Reforma, Silvano Aureoles, candidato de los tres partidos de izquierda, estaría en tercer lugar con el 28% de las preferencias electorales. Según la proyección de BGC-Ulises Beltrán, con base en su última encuesta, este mismo candidato tendría el 27% de las intenciones de voto de los michoacanos. De esta forma, a prácticamente una semana de la elección, el PRD se ubicaría en tercer lugar, con poca probabilidad de recuperarse en los días que faltan, y ganar. Pero, lo peor de todo, es que hay una probabilidad muy real de que el partido gobernante efectivamente quede en el tercer sitio por debajo del PAN y PRI. De confirmarse esta tendencia, sería un verdadero desastre para el PRD: pasaría de ser el primer lugar, la actual fuerza gobernante de Michoacán, al tercer sitio, lo cual es algo tremendamente muy raro que ocurra en la política mexicana.
Las encuestas demuestran el gran apetito michoacano por un cambio en el gobierno estatal. Al parecer existe hartazgo en la población de los perredistas. Claramente se refleja en las bajas tasas de aprobación del gobernador Leonel Godoy: sólo el 48% de los michoacanos aprueba su forma de gobernar, de acuerdo a la encuesta de Reforma.
El PAN (con su aliado Nueva Alianza) y el PRI (con el PVEM) se están disputando el voto del cambio en Michoacán. Y aquí sí hay una diferencia importante en las encuestas. En su proyección, Ulises Beltrán trae arriba al candidato priísta Fausto Vallejo con el 39% de las intenciones de voto. En segundo lugar está la panista Luisa María Calderón con el 34%. Reforma, en cambio, trae en primer lugar a Calderón con el 39% de las preferencias y a Vallejo en segundo con el 33%. Un tercer encuestador, GCE, coincide con los números de Reforma.
Entonces, ¿a quién le creemos? Difícil decirlo. Y lo peor del caso, como la ley prohíbe la difusión de resultados de encuestas a partir del viernes 4 de noviembre, pues los últimos días las tendencias electorales pueden cambiar. Por tanto, si Vallejo gana, Reforma y GCE podrán argumentar que las intenciones de voto se movieron la última semana y viceversa, es decir, si gana Calderón, BGC podrá argüir lo mismo.
Hay un factor que ya no capturarán las últimas encuestas publicadas: el asesinato del presidente municipal de La Piedad. A 11 días de los comicios estatales, el panista Ricardo Guzmán se encontraba realizando campaña a favor de Calderón. De pronto una camioneta se paró y le disparó un escopetazo. Minutos después, el edil falleció. ¿Qué efecto tendrá esta muerte en el ánimo del electorado? Recordemos que en 1992, el trágico fallecimiento de la hija del candidato panista a la gubernatura de Chihuahua, Francisco Barrio, en un accidente automovilístico, le ayudó a ganar al panista por la empatía que despertó en parte del electorado. En este sentido, la muerte de Guzmán podría convertirse en un trágico acto que electoralmente favorezca en último momento a Calderón.
Y de confirmarse el triunfo de la hermana del Presidente, sería una bocanada de oxígeno puro para el propio mandatario, pero sobre todo para el PAN. Le inyectaría energía al grupo calderonista y al panismo. Mandaría el mensaje de que nada está escrito para la elección federal del 2012. Que, como en Michoacán, se puede venir de atrás y ganar.
En cambio, si el PRI perdiera, lógicamente sería una mala noticia para el tricolor ya que su candidato comenzó muy arriba en las encuestas. Podría significar, incluso, el último clavo en el ataúd de Humberto Moreira como dirigente nacional del tricolor. No sólo por el escándalo de la deuda de Coahuila que crece cada día sino por la desilusión de los priístas quienes estaban convencidos que recuperarían la gubernatura michoacana. Claro: para eso tiene que ganar la "Cocoa" Calderón y perder Fausto Vallejo, lo cual todavía está por verse.
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