Alejandro Gómez Tamez / El Financiero
El pasado martes 22 de noviembre el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) nos dio la sorpresa de que el Producto Interno Bruto (PIB) creció a una tasa de 4.5% en el tercer trimestre de este año comparado con igual trimestre de 2010, y nos dijo que esto fue producto de los avances en los tres grandes grupos de actividades que lo integran.
En este orden de ideas, el INEGI nos informó que el PIB de las Actividades Primarias (básicamente la agricultura, ganadería y pesca) se elevó 8.3% a tasa anual en términos reales durante el tercer trimestre de 2011. Por otra parte, la producción de las Actividades Secundarias (minería; construcción; electricidad, gas y agua; e industria manufacturera) aumentó a una tasa de 3.4% a tasa anual en el trimestre julio-septiembre del año en curso, resultado de los incrementos en tres de sus cuatro sectores: la construcción subió 5.3%; la electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final 5.2%, y las industrias manufactureras 4.6%; mientras que la minería disminuyó (-)3.6 por ciento.
Finalmente, la producción de las Actividades Terciarias fue superior en 4.8% en el trimestre en cuestión respecto a igual lapso de un año antes. Destacan los incrementos del comercio; información en medios masivos; servicios financieros y de seguros; transportes, correos y almacenamiento; servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles, y los servicios profesionales, científicos y técnicos, entre otros.
Ante estos datos, diversos analistas se mostraron sorprendidos ya que este resultado fue muy superior al esperado, y han señalado que esto es principalmente producto de un enorme sector servicios que se ha desarrollado a nivel nacional. Y es que los analistas esperaban un incremento del PIB nacional de 3.3 por ciento. Cabe señalar que llama la atención una tasa de crecimiento de 4.5 por ciento, ya que éste se da en un contexto mundial en el que la economía de las principales naciones (entre ellas Estados Unidos) se desacelera. Así pues, el sector terciario de la economía nacional es lo que nos ha ayudado a que nuestra economía avance, según varios analistas.
A mi me gustaría profundizar en el incremento registrado en el sector manufacturero. Como señalo líneas arriba, la manufactura nacional creció 4.6 por ciento en el tercer trimestre de este año. ¿A qué se debe este incremento? En buena parte obedece a lo que ha sucedido con el comercio internacional de nuestro país. Tenemos que de acuerdo a las cifras oportunas de comercio exterior publicadas por el INEGI, con cifras acumuladas al mes de septiembre de 2011, las exportaciones mexicanas aumentaron a tasa anual en 19.6 por ciento, mientras que las importaciones de México crecieron a una tasa de 18.8 por ciento. En otras palabras lo que sucedió es que lo que los mexicanos vendemos al exterior ha crecido a una tasa más alta de lo que estamos comprando de productos extranjeros.
Para dimensionar las cifras anteriores, tenemos que tan sólo en los primeros nueve meses de 2011 las exportaciones mexicanas sumaron 259 mil 429.2 millones de dólares, mientras que las importaciones fueron de $259 mil 903.9 millones de dólares. Si tomamos en consideración que el PIB nacional es de aproximadamente un billón de dólares (al tipo de cambio actual), podemos apreciar la relevancia del sector externo para la economía mexicana.
Es por esta enorme dependencia en el sector externo que cuando a Estados Unidos le va mal a nosotros nos va mucho peor, tal como ocurrió en el año 2009.
Volviendo al tema, ¿A qué se debe que las exportaciones estén creciendo a una tasa ligeramente más alta que las importaciones? Para contestar esta pregunta podemos señalar múltiples razones, pero una que tiene mucho peso es la evolución del tipo de cambio. Y es que pasamos de una paridad promedio de $11.5038 pesos por dólar en promedio en abril de este año a una de $13.8835 pesos en septiembre y a una de $13.2988 en octubre (hasta los actuales $14.20 pesos por dólar). Esta evolución significa que en el periodo de abril a septiembre las importaciones se encarecieron 20.69 por ciento, y esto sin duda frena el incremento de las importaciones, ya que por donde se le quiera ver éstas se han vuelto mucho más caras en términos de dólares.
En artículos editoriales anteriores he mencionado los problemas que enfrenta el país por la subvaluación y triangulación de mercancías importadas, y el grave daño que estos delitos causan a la planta productiva nacional. En este sentido, más allá de los remedios que pudiera implementar la Secretaría de Hacienda, el ajuste al alza en el tipo de cambio ha representado oxígeno puro para la planta productiva nacional, ya que ante un encarecimiento del dólar ningún importador nacional puede salvarse. ¿A qué me refiero? A qué hay importadores tramposos que declaran un valor inferior en aduanas para así pagar menos impuestos, a que hay importadores que falsean el origen de las mercancías para así pagar menos impuestos diciendo que éstas provienen de algún país con e que tenemos algún acuerdo comercial; pero si el tipo de cambio se va para arriba, todos los compradores de dólares (incluidos importadores), tendrán que comprar sus mercancías a un precio más alto.
Así, en el cortísimo plazo, los problemas en la Unión Europea por su excesiva deuda, han ayudado a frenar las importaciones mexicanas y con esto se ha fortalecido la planta productiva nacional. Hasta ahora el Banco de México no ha intervenido para tratar de bajar la paridad cambiaria, lo cual es positivo. Esperemos que así continúe comportándose, ya que aunque no se reconozca de manera oficial, un dólar caro ayuda a los industriales del país al inhibir las importaciones.
Esta estrategia de subvaluación del tipo de cambio es lo que hace a China tan competitiva. Y si en México no generamos competitividad por la falta de reforma estructurales, pues qué bueno que compensemos esta falta de competitividad a través de un ajuste en el tipo de cambio.
Director General GAEAP
El pasado martes 22 de noviembre el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) nos dio la sorpresa de que el Producto Interno Bruto (PIB) creció a una tasa de 4.5% en el tercer trimestre de este año comparado con igual trimestre de 2010, y nos dijo que esto fue producto de los avances en los tres grandes grupos de actividades que lo integran.
En este orden de ideas, el INEGI nos informó que el PIB de las Actividades Primarias (básicamente la agricultura, ganadería y pesca) se elevó 8.3% a tasa anual en términos reales durante el tercer trimestre de 2011. Por otra parte, la producción de las Actividades Secundarias (minería; construcción; electricidad, gas y agua; e industria manufacturera) aumentó a una tasa de 3.4% a tasa anual en el trimestre julio-septiembre del año en curso, resultado de los incrementos en tres de sus cuatro sectores: la construcción subió 5.3%; la electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final 5.2%, y las industrias manufactureras 4.6%; mientras que la minería disminuyó (-)3.6 por ciento.
Finalmente, la producción de las Actividades Terciarias fue superior en 4.8% en el trimestre en cuestión respecto a igual lapso de un año antes. Destacan los incrementos del comercio; información en medios masivos; servicios financieros y de seguros; transportes, correos y almacenamiento; servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles, y los servicios profesionales, científicos y técnicos, entre otros.
Ante estos datos, diversos analistas se mostraron sorprendidos ya que este resultado fue muy superior al esperado, y han señalado que esto es principalmente producto de un enorme sector servicios que se ha desarrollado a nivel nacional. Y es que los analistas esperaban un incremento del PIB nacional de 3.3 por ciento. Cabe señalar que llama la atención una tasa de crecimiento de 4.5 por ciento, ya que éste se da en un contexto mundial en el que la economía de las principales naciones (entre ellas Estados Unidos) se desacelera. Así pues, el sector terciario de la economía nacional es lo que nos ha ayudado a que nuestra economía avance, según varios analistas.
A mi me gustaría profundizar en el incremento registrado en el sector manufacturero. Como señalo líneas arriba, la manufactura nacional creció 4.6 por ciento en el tercer trimestre de este año. ¿A qué se debe este incremento? En buena parte obedece a lo que ha sucedido con el comercio internacional de nuestro país. Tenemos que de acuerdo a las cifras oportunas de comercio exterior publicadas por el INEGI, con cifras acumuladas al mes de septiembre de 2011, las exportaciones mexicanas aumentaron a tasa anual en 19.6 por ciento, mientras que las importaciones de México crecieron a una tasa de 18.8 por ciento. En otras palabras lo que sucedió es que lo que los mexicanos vendemos al exterior ha crecido a una tasa más alta de lo que estamos comprando de productos extranjeros.
Para dimensionar las cifras anteriores, tenemos que tan sólo en los primeros nueve meses de 2011 las exportaciones mexicanas sumaron 259 mil 429.2 millones de dólares, mientras que las importaciones fueron de $259 mil 903.9 millones de dólares. Si tomamos en consideración que el PIB nacional es de aproximadamente un billón de dólares (al tipo de cambio actual), podemos apreciar la relevancia del sector externo para la economía mexicana.
Es por esta enorme dependencia en el sector externo que cuando a Estados Unidos le va mal a nosotros nos va mucho peor, tal como ocurrió en el año 2009.
Volviendo al tema, ¿A qué se debe que las exportaciones estén creciendo a una tasa ligeramente más alta que las importaciones? Para contestar esta pregunta podemos señalar múltiples razones, pero una que tiene mucho peso es la evolución del tipo de cambio. Y es que pasamos de una paridad promedio de $11.5038 pesos por dólar en promedio en abril de este año a una de $13.8835 pesos en septiembre y a una de $13.2988 en octubre (hasta los actuales $14.20 pesos por dólar). Esta evolución significa que en el periodo de abril a septiembre las importaciones se encarecieron 20.69 por ciento, y esto sin duda frena el incremento de las importaciones, ya que por donde se le quiera ver éstas se han vuelto mucho más caras en términos de dólares.
En artículos editoriales anteriores he mencionado los problemas que enfrenta el país por la subvaluación y triangulación de mercancías importadas, y el grave daño que estos delitos causan a la planta productiva nacional. En este sentido, más allá de los remedios que pudiera implementar la Secretaría de Hacienda, el ajuste al alza en el tipo de cambio ha representado oxígeno puro para la planta productiva nacional, ya que ante un encarecimiento del dólar ningún importador nacional puede salvarse. ¿A qué me refiero? A qué hay importadores tramposos que declaran un valor inferior en aduanas para así pagar menos impuestos, a que hay importadores que falsean el origen de las mercancías para así pagar menos impuestos diciendo que éstas provienen de algún país con e que tenemos algún acuerdo comercial; pero si el tipo de cambio se va para arriba, todos los compradores de dólares (incluidos importadores), tendrán que comprar sus mercancías a un precio más alto.
Así, en el cortísimo plazo, los problemas en la Unión Europea por su excesiva deuda, han ayudado a frenar las importaciones mexicanas y con esto se ha fortalecido la planta productiva nacional. Hasta ahora el Banco de México no ha intervenido para tratar de bajar la paridad cambiaria, lo cual es positivo. Esperemos que así continúe comportándose, ya que aunque no se reconozca de manera oficial, un dólar caro ayuda a los industriales del país al inhibir las importaciones.
Esta estrategia de subvaluación del tipo de cambio es lo que hace a China tan competitiva. Y si en México no generamos competitividad por la falta de reforma estructurales, pues qué bueno que compensemos esta falta de competitividad a través de un ajuste en el tipo de cambio.
Director General GAEAP
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