Joseph Stiglitz es un reconocido detractor de la vía alemana de aplicar más recortes para superar la crisis. Habitual seguidor de la actualidad económica española, asegura que Rajoy se equivoca si piensa que los electores le han dado un mandato de austeridad. "Sólo han expresado frustración y quieren un cambio".
El Nobel de Economía de 2001 habla de la situación económica española y de la reciente victoria electoral del PP en una entrevista concedida al diario El Mundo.
"La situación para España es muy muy difícil, más que hace dos meses, pero lo que me preocupa es que el PP apueste por más austeridad, que llevará a más paro. Más austeridad es un suicidio", asegura coherente con las tesis que viene manteniendo en los últimos años y en la que apuesta por la aplicación contralada de estímulos.
"Las políticas que podrían ayudar más a España son cambios significativos en gastos e impuestos. Si subes las tasas a los ricos y las bajas a los pobres y las clases medias, estimulas la economía. Los impuestos sobre las rentas ayudan a bajar el paro. Hay que bajar los tributos a las empresas que inviertan para crear nuevos puestos de trabajo, y subirlos a las que no invierten. Los españoles no han votado para tener más austeridad. Han votado para tener más crecimiento", advierte.
Stiglitz asegura que Rajoy tiene las manos atadas respecto a no poder aumentar el déficit, pero que aún puede hacer cosas: "Subir impuestos y gastos no es incompatible con la austeridad, pero con más recortes el crecimiento y los ingresos del Estado disminuirán".
Para el economista, la clave es "mantener el flujo del crédito" encontrando fórmulas para ello como programas de 'lending' o creando "un banco malo".
Respecto a Europa, el Nobel muestra su clara preocupación por la supervivencia del euro y augura que no sobrevivirá sin un fondo solidario, eurobonos y compras de bonos de países en apuros por parte del BCE. La mentalidad alemana pro austeridad es un cáncer la moneda única, según Stiglitz, quien cree que "Alemania acabará viendo que no tiene opciones".
Por último, Stiglitz vuelve a criticar al BCE y su política de "obsesión con la inflación", la cual califica en la entrevista publicada por El Mundo como "mala burocracia".
Fuente:eleconomista.es
El Nobel de Economía de 2001 habla de la situación económica española y de la reciente victoria electoral del PP en una entrevista concedida al diario El Mundo.
"La situación para España es muy muy difícil, más que hace dos meses, pero lo que me preocupa es que el PP apueste por más austeridad, que llevará a más paro. Más austeridad es un suicidio", asegura coherente con las tesis que viene manteniendo en los últimos años y en la que apuesta por la aplicación contralada de estímulos.
"Las políticas que podrían ayudar más a España son cambios significativos en gastos e impuestos. Si subes las tasas a los ricos y las bajas a los pobres y las clases medias, estimulas la economía. Los impuestos sobre las rentas ayudan a bajar el paro. Hay que bajar los tributos a las empresas que inviertan para crear nuevos puestos de trabajo, y subirlos a las que no invierten. Los españoles no han votado para tener más austeridad. Han votado para tener más crecimiento", advierte.
Stiglitz asegura que Rajoy tiene las manos atadas respecto a no poder aumentar el déficit, pero que aún puede hacer cosas: "Subir impuestos y gastos no es incompatible con la austeridad, pero con más recortes el crecimiento y los ingresos del Estado disminuirán".
Para el economista, la clave es "mantener el flujo del crédito" encontrando fórmulas para ello como programas de 'lending' o creando "un banco malo".
Respecto a Europa, el Nobel muestra su clara preocupación por la supervivencia del euro y augura que no sobrevivirá sin un fondo solidario, eurobonos y compras de bonos de países en apuros por parte del BCE. La mentalidad alemana pro austeridad es un cáncer la moneda única, según Stiglitz, quien cree que "Alemania acabará viendo que no tiene opciones".
Por último, Stiglitz vuelve a criticar al BCE y su política de "obsesión con la inflación", la cual califica en la entrevista publicada por El Mundo como "mala burocracia".
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