lunes, 28 de noviembre de 2011

ALEMANIA Y FRANCIA BUSCAN MÁS INTEGRACIÓN FISCAL EN LA EUROZONA

Alemania y Francia exploran métodos radicales de asegurar una integración fiscal más rápida y profunda entre los países de la zona euro, conscientes de que podría no ser posible lograr un amplio apoyo para el tratado que buscan.
El plan original de Alemania era intentar asegurar un acuerdo entre los 27 países de la Unión Europea respecto a un cambio limitado al Tratado de Lisboa para finales de 2012, posibilitando la imposición de controles presupuestarios mucho más estrictos sobre los 17 países de la zona euro, una forma de apuntalar las defensas regionales contra la crisis de deuda.
Pero en reuniones con líderes de la UE en las últimas semanas, ha quedado claro tanto para la canciller alemana, Angela Merkel, como el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que podría no ser posible contar el apoyo de los 27 países, indicaron fuentes de la UE.
Incluso si fuese posible, podría llevar un año o más finalmente asegurar los cambios, mientras los mercados continúan su ataque sobre Italia, España y ahora Francia, sugiriendo que dentro de algunas semanas se necesitarán medidas más audaces.
Como resultado, altos cargos franceses y alemanes han explorado otras formas de lograr ese objetivo, o un acuerdo separado fuera del tratado de la UE que podría involucrar un centro de unos 8 a 10 países de la zona euro, indicaron.
Aún no hay decisiones firmes
Reuters informó en exclusiva el 9 de noviembre que responsables oficiales alemanes y franceses discutían planes de una reforma radical de la Unión Europea para establecer una zona euro más integrada fiscalmente y posiblemente menor.
"Los alemanes se hicieron la idea. Quieren cambios en el tratado y están haciendo lo que pueden para lograrlo lo más rápido posible", dijo a Reuters un alto cargo de la UE involucrado en las negociaciones. "Altos cargos alemanes hablan por teléfono durante horas cada día hacia todas las capitales europeas", agregó.
Dos vías
Aunque Alemania y Francia están convencidos de que avanzar hacia la unión fiscal, que podría allanar el camino para la emisión conjunta de bonos de la zona euro y podría darle más espacio al Banco Central Europeo para actuar con fuerza, es la única forma de adelantarse a la crisis de deuda, otros países no desean o no pueden avanzar tan rápido hacia esa meta.
No sólo Grecia, Irlanda y Portugal, que reciben ayuda de la UE y el FMI, sino también Italia y España junto a algunos países del este europeo, como Eslovaquia, que tendrían dificultades bajo sus actuales condiciones económicas para cumplir con las restricciones presupuestarias que Alemania desea, o simplemente no están de acuerdo con el objetivo.
En consecuencia, los negociadores franceses y alemanes están explorando al menos dos modelos de una integración acelerada entre un limitado número de países de la zona euro, con la posibilidad de vincular ese acuerdo al tratado de la UE a largo plazo.
Uno de los modelos está basado en la Convención de Pruem de 2005, también conocido como Schengen III, un tratado firmado entre 7 países fuera del pacto de la UE pero que fue abierto a todos los Estados miembros y más tarde alcanzó a otras cinco naciones del bloque, además de Noruega.
Otra alternativa sería contar con un acuerdo reducido meramente entre Alemania y Francia que tome una línea similar al tratado Elíseo de 1963 al cual podrían ingresar otras naciones de la zona euro que lo necesiten, señalaron funcionarios.
Fuente: elEconomista.es

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