La rentabilidad del título alemán sufre su mayor subida diaria en la era euro mientras que el Tesoro estadounidense colocó los suyos al interés más bajo de la historia
JUAN GÓMEZ / MIGUEL JIMÉNEZ - Berlín / Madrid – EL PAÍS
Alemania dejó de funcionar ayer como refugio ante la crisis del euro. La baja demanda registrada en una subasta de bonos a 10 años desató una avalancha de ventas en los títulos de deuda pública europea de la que no se libraron ni los propios títulos germanos. "Ha sido una escabechina", comentaba un operador al cierre del mercado, tras la huida en masa de los inversores de los títulos de la zona euro.
La rentabilidad del bono alemán en el mercado secundario escaló, según datos de Bloomberg, del 1,92% al 2,15%, la mayor subida en un día de la era euro. Pero hubo víctimas por doquier. La rentabilidad del bono belga a dos años subió de golpe 70 puntos básicos, hasta el 4,72%. En Italia, la rentabilidad del bono a dos años superó la del título a 10 años. La venta masiva de bonos en euros afectó también a otros países considerados muy solventes, como Holanda, Finlandia o Austria. En ese terremoto, España salió relativamente bien parada y la prima de riesgo se redujo en 19 puntos básicos, hasta 450.
El detonante fue una subasta de bonos a 10 años en la que el Tesoro alemán no logró demanda suficiente para vender a los inversores los 6.000 millones que se había puesto como objetivo, sino solo 3.644 millones. El banco central alemán (Bundesbank) se tuvo que quedar con la friolera de 2.356 millones, que intentará revender. En Alemania es frecuente que el Bundesbank retenga parte de la colocación para luego operar en el mercado secundario, pero el porcentaje sin vender de ayer es, según datos de Bloomberg, el mayor en una subasta de bonos a 10 años desde 1995.
Los portavoces del Gobierno alemán se afanaron ayer en minimizar el fiasco de la subasta, un esfuerzo al que se sumó el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Vítor Constâncio. "Es una señal de alerta", discrepó el gobernador del banco central de Austria, Ewald Nowotny. En la misma línea, varios analistas lo interpretaron como un indicio de que la crisis de la deuda se abre paso al corazón de Europa.
En declaraciones a la televisión pública alemana, el analista del banco HSBC Rudolph Hessler aseguraba que él nunca había visto "un desinterés así por una subasta pública alemana". El país de la eurozona que más confianza ofrecía a los inversores durante los dos años que viene durando la crisis de la deuda podría estar empezando a acusar sus embates.
Otras interpretaciones sugieren que el desinterés podría deberse a que los grandes inversores ya han cubierto sus cuotas de deuda soberana alemana en las semanas pasadas. De ser cierto, las malas cifras de ayer serían una mera consecuencia técnica del enorme apetito de los inversores por los bonos alemanes en estos últimos meses. Según esta interpretación, la demanda de estos bonos tan poco rentables (menos del 2%) ha quedado momentáneamente cubierta.
Esta tesis de la baja rentabilidad queda en entredicho con los resultados de la subasta de ayer del Tesoro de EE UU. Colocó 29.000 millones de dólares en títulos a siete años al 1,415%, el interés más bajo de la historia. Y la demanda fue de 3,2 veces la oferta. La rentabilidad de los títulos a 10 años británicos, suecos o noruegos, países todos de fuera del euro, también cayó, pues sirvieron como refugio ante la estampida, que también hizo caer con fuerza al euro. La venta de títulos en euros se ve también alimentada por la decisión de la Reserva Federal de EE UU de contemplar una recesión europea en sus próximas pruebas de resistencia a la banca.
La guardia de economistas alemanes contrarios a que la eurozona se endeude conjuntamente con los llamados eurobonos leyó en el fracaso una confirmación de sus argumentos. Un comentarista del diario económico Handelsblatt aseguraba así que el desinterés por el bono alemán se debe al miedo de los inversores ante "los compromisos que pueda adquirir el Gobierno" con los países en crisis. En un discurso ante el Parlamento, Merkel advirtió a los alemanes de los "enormes esfuerzos" que les esperan en 2012 y volvió a rechazar los eurobonos como una medida "del todo inapropiada" para enfrentar la crisis.
JUAN GÓMEZ / MIGUEL JIMÉNEZ - Berlín / Madrid – EL PAÍS
Alemania dejó de funcionar ayer como refugio ante la crisis del euro. La baja demanda registrada en una subasta de bonos a 10 años desató una avalancha de ventas en los títulos de deuda pública europea de la que no se libraron ni los propios títulos germanos. "Ha sido una escabechina", comentaba un operador al cierre del mercado, tras la huida en masa de los inversores de los títulos de la zona euro.
La rentabilidad del bono alemán en el mercado secundario escaló, según datos de Bloomberg, del 1,92% al 2,15%, la mayor subida en un día de la era euro. Pero hubo víctimas por doquier. La rentabilidad del bono belga a dos años subió de golpe 70 puntos básicos, hasta el 4,72%. En Italia, la rentabilidad del bono a dos años superó la del título a 10 años. La venta masiva de bonos en euros afectó también a otros países considerados muy solventes, como Holanda, Finlandia o Austria. En ese terremoto, España salió relativamente bien parada y la prima de riesgo se redujo en 19 puntos básicos, hasta 450.
El detonante fue una subasta de bonos a 10 años en la que el Tesoro alemán no logró demanda suficiente para vender a los inversores los 6.000 millones que se había puesto como objetivo, sino solo 3.644 millones. El banco central alemán (Bundesbank) se tuvo que quedar con la friolera de 2.356 millones, que intentará revender. En Alemania es frecuente que el Bundesbank retenga parte de la colocación para luego operar en el mercado secundario, pero el porcentaje sin vender de ayer es, según datos de Bloomberg, el mayor en una subasta de bonos a 10 años desde 1995.
Los portavoces del Gobierno alemán se afanaron ayer en minimizar el fiasco de la subasta, un esfuerzo al que se sumó el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Vítor Constâncio. "Es una señal de alerta", discrepó el gobernador del banco central de Austria, Ewald Nowotny. En la misma línea, varios analistas lo interpretaron como un indicio de que la crisis de la deuda se abre paso al corazón de Europa.
En declaraciones a la televisión pública alemana, el analista del banco HSBC Rudolph Hessler aseguraba que él nunca había visto "un desinterés así por una subasta pública alemana". El país de la eurozona que más confianza ofrecía a los inversores durante los dos años que viene durando la crisis de la deuda podría estar empezando a acusar sus embates.
Otras interpretaciones sugieren que el desinterés podría deberse a que los grandes inversores ya han cubierto sus cuotas de deuda soberana alemana en las semanas pasadas. De ser cierto, las malas cifras de ayer serían una mera consecuencia técnica del enorme apetito de los inversores por los bonos alemanes en estos últimos meses. Según esta interpretación, la demanda de estos bonos tan poco rentables (menos del 2%) ha quedado momentáneamente cubierta.
Esta tesis de la baja rentabilidad queda en entredicho con los resultados de la subasta de ayer del Tesoro de EE UU. Colocó 29.000 millones de dólares en títulos a siete años al 1,415%, el interés más bajo de la historia. Y la demanda fue de 3,2 veces la oferta. La rentabilidad de los títulos a 10 años británicos, suecos o noruegos, países todos de fuera del euro, también cayó, pues sirvieron como refugio ante la estampida, que también hizo caer con fuerza al euro. La venta de títulos en euros se ve también alimentada por la decisión de la Reserva Federal de EE UU de contemplar una recesión europea en sus próximas pruebas de resistencia a la banca.
La guardia de economistas alemanes contrarios a que la eurozona se endeude conjuntamente con los llamados eurobonos leyó en el fracaso una confirmación de sus argumentos. Un comentarista del diario económico Handelsblatt aseguraba así que el desinterés por el bono alemán se debe al miedo de los inversores ante "los compromisos que pueda adquirir el Gobierno" con los países en crisis. En un discurso ante el Parlamento, Merkel advirtió a los alemanes de los "enormes esfuerzos" que les esperan en 2012 y volvió a rechazar los eurobonos como una medida "del todo inapropiada" para enfrentar la crisis.
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