sábado, 26 de noviembre de 2011

OCUPACIÓN INFORMAL A GALOPE

México SA

Empleo formal, paso a pasito

La obsesión de Peña Nieto / La Jornada


Foto
En octubre de este año, la tasa de desempleo abierto se ubicó en 5 por ciento de la población económicamente activa (PEA), nivel por abajo del registrado en el mismo mes del año pasado, cuando se ubicó en 5.7 por ciento. De esta manera, con una PEA de 49 millones 577 mil 700 personas, el número de desempleados se ubicó en 2 millones 478 mil 885, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Esta cifra ha sido la más baja para un mes de octubre en los pasados tres años, e implicó una disminución de 295 mil 587 personas. Pese a que la tasa de desempleo disminuyó, ésta se mantiene aún en niveles altos y no se perfila un descenso importante, consideraron analistas del grupo financiero Banamex-Citi. La imagen, de desempleados en la Plaza de San Jacinto, en San Angel, en la ciudad de México. Foto Carlos Cisneros.

En Los Pinos están muy contentos, porque el más reciente informe del Inegi en materia laboral, divulgado ayer, da cuenta de que la tasa oficial de desocupación en el país se redujo 0.7 por ciento en octubre de 2011, con respecto a igual mes de 2010. Qué bueno, pero en la residencia oficial (donde pernocta el autodenominado Presidente del empleo) este reporte debería provocar vergüenza y no alegría, toda vez que el citado descenso es atribuible en dos terceras partes a la generación de plazas informales, es decir, aquellas sin prestación alguna e ingresos más que miserables, algo que ni de lejos puede ser motivo de regocijo. Ahora que, en el balance de cinco años, lejos de reducirse la tasa oficial de desocupación se ha incrementado 40 por ciento, con todo y el resultado de octubre de 2011
De acuerdo con la reciente evaluación del Inegi sobre el mercado laboral, en el décimo mes del presente año alrededor de 347 mil mexicanos abandonaron las filas de la desocupación abierta, lo cual, a simple vista, parece una buena noticia. Sin embargo, a la hora de desmenuzar la información lo primero que surge es que sólo uno de cada tres trabajadores pudo colarse al mercado formal de la economía, mientras que los otros dos fueron remitidos, sin mayor trámite, a la informalidad.
Siempre según las cuentas de la referida institución, en el periodo citado de los 347 mil mexicanos que abandonaron la desocupación sólo 123 mil se emplearon en el sector formal de la economía, y de esta última cifra una tercera parte lo hizo de forma eventual, o lo que es lo mismo, en breve volverá a la desocupación. En síntesis, de esos 347 mil mexicanos que durante octubre pasado lograron colarse al mercado laboral sólo 24 de cada cien lo hicieron de manera permanente y en el sector formal, lo que de ninguna forma, salvo en alguna mente perversa, puede generar alegría.
En septiembre de 2011 el propio Inegi reportó que la ocupación en el sector informal ha crecido a galope, mientras que el empleo formal lo ha hecho paso a pasito. El resultado está a la vista: en el calderonato, más de 2 millones de plazas en el primero, y menos de 900 mil permanentes en el segundo. A estas alturas, 13.5 millones de mexicanos buscan la vida en la informalidad (sin considerar 6.2 millones adicionales que se encuentran en disponibilidad) y 13.25 millones en la formalidad, todos ellos de forma permanente.
En el último quinquenio se reporta mayor ocupación informal que empleo formal: en 2006 el empleo permanente registrado en el IMSS era superior a la ocupación generada por la informalidad; para 2011, la situación se invirtió, es decir, la generación formal de empleo es superada por la ocupación informal. De la misma forma que se han deteriorado las condiciones laborales de los trabajadores y que no ha existido un avance en la generación de empleo, se evidencia un retroceso importante en lo que los gobiernos panistas han denominado emprendedores. En este sentido, ha existido una reducción significativa de la población ocupada por cuenta propia, así como de la generación de empleo en el total de los micronegocios, siendo que, en los que no cuentan con establecimiento, se registró más personas ocupadas que en aquellos que cuentan con uno.
Como días atrás se apuntó en este espacio, el ingrato balance de la Presidencia del empleo es el siguiente: más de 3 millones de trabajadores mexicanos no perciben remuneración; más de 6 millones obtienen hasta un salario mínimo o menos; más de 30 millones no cuentan con acceso a la salud; otros 12 millones no cuentan con otra prestación distinta a la salud; al cierre del tercer trimestre de 2011, la población ocupada en la informalidad creció 8 por ciento con respecto a igual periodo de 2010, lo que representa un tercio de la población económicamente activa (13.5 millones de personas en informalidad): la tasa oficial de desocupación de 5.6 por ciento en septiembre del presente año (5 por ciento en octubre) fue igual a la registrada durante el mismo periodo en 2010, siendo las más altas y superadas únicamente por la observada en la crisis de 2009; la situación de precariedad se agrava al considerar el crecimiento de la informalidad (existen más de 13 millones de personas trabajando en este sector) y los trabajadores sin contrato escrito (más de 14 millones), teniendo implicaciones importantes para la economía, lo que además sugiere la incapacidad del sistema productivo para generar empleo formal bien remunerado y con prestaciones adecuadas (Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México).
Por si fuera poco, la tasa de subocupación en septiembre pasado fue la más alta desde que se mide esta condición (8.5 por ciento de la población ocupada, proporción que se incrementó a 9.3 por ciento en octubre), es decir ha existido una elevación importante de personas que cuentan con dos empleos dado que los ingresos de uno sólo no resultan suficientes para cubrir sus gastos, siendo más de 4.5 millones de personas las que se encuentran en esta situación, por arriba de lo registrado durante la crisis de 2009. A nivel estatal, algunas entidades de la República reportan niveles históricos de desocupación, como en el caso de Aguascalientes y Chihuahua, con 7.64 y 7.39 por ciento, respectivamente, de su población económicamente activa en tal situación.
El panorama empeora cuando se conoce que la generación de empleo formal y de ocupación informal está fundamentalmente orientada al sector servicios: 63 de cada 100 plazas corresponden a esta actividad; el resto se distribuye entre la industria manufacturera, la construcción y las actividades agropecuarias. En esta República de servicios, cada día se produce menos y se sirve más.
Las rebanadas del pastel
Mientras el tipo de cambio se debilita aún más (ayer se pagaron hasta 14.40 pesos por dólar, con todo y que el billete verde lejos está de su mejor momento), el candidato engominado, Enrique Peña Nieto, asegura que si llega a Los Pinos encabezará un gobierno obsesionado por el crecimiento económico. Pues bien, si su obsesión no empieza por cambiar el modelo económico, de nada servirá: los resultados serán los mismos que en los pasados 30 años… Feliz inicio del sexto y, felizmente, último año en Los Pinos: Felipe Calderón ha sido denunciado ante la Corte Penal Internacional de La Haya por crímenes de guerra y lesa humanidad durante el combate de su gobierno en contra del crimen organizado. La denuncia también involucra a funcionarios de su gabinetazo y al empresario marca Forbes Joaquín El Chapo Guzmán.

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