Considerada la mejor ministra de Economía europea en 2009 por “Financial Times” y, más recientemente, la novena mujer más poderosa del mundo por “Forbes”, su hoja de vida es tan monumental como el reto que hoy enfrenta
Augusto Townsend Klinge EL COMERCIO/GDA | El Universal
Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) habla sobre la importancia en la adopción de las naciones del mundo de políticas de inclusión social como una estrategia de crecimiento y la erradicación de la desigualdad; afirma que el proteccionismo fue una de las amenazas tras la crisis de 2008, de los retos que enfrenta Europa par reformar sus sistema de gobierno y evitar el contagio en Estados Unidos, la principal economía del mundo y cómo esta nación debe lidiar con sus problemas fiscales.
A continuación sólo un extracto de esta entrevista concedida al diario El Comercio, de Perú, antes de su llegada a México donde permanecerá hasta hoy en una gira de cuatro días por América Latina.
Considerada la mejor ministra de Economía europea en 2009 por “Financial Times” y, más recientemente, la novena mujer más poderosa del mundo por “Forbes”, su hoja de vida es tan monumental como el reto que hoy enfrenta: evitar que la frágil economía global caiga en una “espiral descendente de incertidumbre e inestabilidad” en caso empeore la situación europea.
¿Le preocupa, considerando esos casos, que la actual crisis económica pueda activar medidas proteccionistas que restrinjan el comercio internacional?
El proteccionismo es ciertamente algo que se ha venido resistiendo en los últimos años. Fue, sin duda, una de las amenazas tras la crisis del 2008, cuando se pensó que los países se replegarían inmediatamente e intentarían protegerse del resto del mundo. Eso no ha ocurrido pero, como diría mi colega Pascal Lamy (director general de la Organización Mundial de Comercio), estamos acercándonos a un punto en el cual podría ocurrir. Una escucha muchos comentarios en ese sentido y de hecho ve la imposición de medidas no arancelarias en muchas partes del mundo. Tenemos que resistirnos a eso, porque la facilitación del comercio exterior y la reducción de las barreras no arancelarias han sido fundamentales para el desarrollo de muchos países.
Cuando se refiere a la importancia de las políticas de inclusión social, ¿tiene el FMI evidencia de que la desigualdad es un obstáculo para el desarrollo económico de un país?
Por supuesto, tenemos data empírica y hacemos estudios al respecto. Es empíricamente demostrable que las economías que apuestan por una estrategia de crecimiento inclusivo y que distribuyen los beneficios de ese crecimiento entre un mayor número de personas generan modelos más sostenibles en el tiempo.
Eso es algo que se puede decir de un país en concreto pero, ¿no es aplicable también a la realidad global, dada la distribución desigual de los beneficios del crecimiento en el mundo?
Lo que hemos visto en años recientes es un crecimiento económico que ha tendido a ser menos inclusivo para un gran grupo de países. Si un toma una muestra de 15 países, es probable que 12 de ellos hayan incrementado la desigualdad en los últimos diez años y que solo 3 la hayan reducido. Ello pone en riesgo la sostenibilidad del sistema y de ahí que sea tan importante combinar políticas económicas estables, como las que tiene el Perú, con un objetivo de inclusión social.
El presidente del BID, Luis Alberto Moreno, declaró a El Comercio que estamos en el amanecer de un nuevo orden mundial. ¿Nos dirigimos hacia un cambio radical en materia económica o política?
Sin duda estamos atravesando un proceso de transformación, aunque no creo que sea una transformación radical. Por el momento lo estamos viendo en cámara lenta. Algunas economías emergentes, que antes pensábamos que iban a ser emergentes por siempre, están asumiendo ahora un rol central en el ámbito global, mientras que otras economías avanzadas atraviesan situaciones muy complicadas, cuando hace 20 años hubiésemos pensado que hoy seguirían liderando el juego. Pero esa transformación no va a implicar que quienes estaban últimos ahora sean los primeros o viceversa. Vamos a tener que ir adaptándonos gradualmente a esa reestructuración en las relaciones globales. Lo mismo va a ocurrir con instituciones internacionales como el FMI, donde ya venimos discutiendo cambios en nuestra constitución y en la distribución de poder y cuotas entre los distintos países que integran este organismo.
Hoy se percibe en el ámbito global una insatisfacción generalizada, aunque las protestas en algunos casos apuntan al funcionamiento del capitalismo, y en otros al del estado de bienestar. ¿Qué se necesita para devolverles la confianza a los ‘indignados’?
Creo que este no es solo un tema económico, sino que tiene que ver con un principio filosófico básico de equilibro. Hemos atravesado una etapa en la cual las instituciones financieras han cometido enormes excesos, como los sistemas de compensación en la banca, mientras que muchas personas estaban perdiendo sus empleos o sufrían el remate de sus casas. La única forma de restaurar la esperanza es corrigiendo esos serios desbalances. Nunca vamos a poder lograr un equilibrio perfecto, porque el mundo nunca estará completamente balanceado, pero no debe estar tan desequilibrado como lo está hoy, entre los que ahorran y los que consumen, los que exportan y los que importan, los que están en superávit constante y los que están en déficit permanente...
Eso equivale a decir que somos todos culpables, porque si hay alguien que se endeuda excesivamente, significa que hay otro que le da ese préstamo de manera irresponsable. Tal parece ser el caso del enfrentamiento entre griegos y alemanes...
Así es.
¿Podrá la Unión Europea reformar su sistema de gobierno para así prevenir estos problemas?
Esa es la dirección que los mismos europeos han tomado, vale decir, la de una unión monetaria que esté asociada también a una unión fiscal. Los países europeos deben ser responsables ante su propia población, pero también ante los demás integrantes de la unión. Debe hacer disciplina y se deben aplicar sanciones para quienes no la cumplan. No debe permitírsele a ningún país abusar del sistema.
Si la situación económica en Europa va a seguir complicada, ¿le preocupa lo que pueda pasar en Asia? ¿Seguirá China demandando materias primas de América Latina?
No veo un estancamiento en el crecimiento de China en el futuro cercano. Su economía puede desacelerarse un poco, pero no de manera significativa. Probablemente habrá un cambio moderado del modelo chino en el sentido de que priorizarán menos la exportación y más el desarrollo del mercado interno. pero eso no va a afectar la tendencia de las importaciones provenientes de América Latina, aunque sí pueden haber episodios de mayor inestabilidad y la región debe mantenerse vigilante.
Mientras tanto, en EU aparecen algunos indicadores de mejoría. ¿Se mantendrá la tendencia?
EU sigue siendo la principal economía del mundo, la principal potencia militar, tiene el privilegio exorbitante de comerciar en su propia moneda y todavía cuenta con muchos activos, entre ellos el fuerte espíritu emprendedor de sus empresarios. Habiendo dicho esto, sin duda tendrá que lidiar con sus problemas fiscales y las dificultades que afronta su mercado inmobiliario. Aun así, yo le daría el beneficio de la duda.
Augusto Townsend Klinge EL COMERCIO/GDA | El Universal
Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) habla sobre la importancia en la adopción de las naciones del mundo de políticas de inclusión social como una estrategia de crecimiento y la erradicación de la desigualdad; afirma que el proteccionismo fue una de las amenazas tras la crisis de 2008, de los retos que enfrenta Europa par reformar sus sistema de gobierno y evitar el contagio en Estados Unidos, la principal economía del mundo y cómo esta nación debe lidiar con sus problemas fiscales.
A continuación sólo un extracto de esta entrevista concedida al diario El Comercio, de Perú, antes de su llegada a México donde permanecerá hasta hoy en una gira de cuatro días por América Latina.
Considerada la mejor ministra de Economía europea en 2009 por “Financial Times” y, más recientemente, la novena mujer más poderosa del mundo por “Forbes”, su hoja de vida es tan monumental como el reto que hoy enfrenta: evitar que la frágil economía global caiga en una “espiral descendente de incertidumbre e inestabilidad” en caso empeore la situación europea.
¿Le preocupa, considerando esos casos, que la actual crisis económica pueda activar medidas proteccionistas que restrinjan el comercio internacional?
El proteccionismo es ciertamente algo que se ha venido resistiendo en los últimos años. Fue, sin duda, una de las amenazas tras la crisis del 2008, cuando se pensó que los países se replegarían inmediatamente e intentarían protegerse del resto del mundo. Eso no ha ocurrido pero, como diría mi colega Pascal Lamy (director general de la Organización Mundial de Comercio), estamos acercándonos a un punto en el cual podría ocurrir. Una escucha muchos comentarios en ese sentido y de hecho ve la imposición de medidas no arancelarias en muchas partes del mundo. Tenemos que resistirnos a eso, porque la facilitación del comercio exterior y la reducción de las barreras no arancelarias han sido fundamentales para el desarrollo de muchos países.
Cuando se refiere a la importancia de las políticas de inclusión social, ¿tiene el FMI evidencia de que la desigualdad es un obstáculo para el desarrollo económico de un país?
Por supuesto, tenemos data empírica y hacemos estudios al respecto. Es empíricamente demostrable que las economías que apuestan por una estrategia de crecimiento inclusivo y que distribuyen los beneficios de ese crecimiento entre un mayor número de personas generan modelos más sostenibles en el tiempo.
Eso es algo que se puede decir de un país en concreto pero, ¿no es aplicable también a la realidad global, dada la distribución desigual de los beneficios del crecimiento en el mundo?
Lo que hemos visto en años recientes es un crecimiento económico que ha tendido a ser menos inclusivo para un gran grupo de países. Si un toma una muestra de 15 países, es probable que 12 de ellos hayan incrementado la desigualdad en los últimos diez años y que solo 3 la hayan reducido. Ello pone en riesgo la sostenibilidad del sistema y de ahí que sea tan importante combinar políticas económicas estables, como las que tiene el Perú, con un objetivo de inclusión social.
El presidente del BID, Luis Alberto Moreno, declaró a El Comercio que estamos en el amanecer de un nuevo orden mundial. ¿Nos dirigimos hacia un cambio radical en materia económica o política?
Sin duda estamos atravesando un proceso de transformación, aunque no creo que sea una transformación radical. Por el momento lo estamos viendo en cámara lenta. Algunas economías emergentes, que antes pensábamos que iban a ser emergentes por siempre, están asumiendo ahora un rol central en el ámbito global, mientras que otras economías avanzadas atraviesan situaciones muy complicadas, cuando hace 20 años hubiésemos pensado que hoy seguirían liderando el juego. Pero esa transformación no va a implicar que quienes estaban últimos ahora sean los primeros o viceversa. Vamos a tener que ir adaptándonos gradualmente a esa reestructuración en las relaciones globales. Lo mismo va a ocurrir con instituciones internacionales como el FMI, donde ya venimos discutiendo cambios en nuestra constitución y en la distribución de poder y cuotas entre los distintos países que integran este organismo.
Hoy se percibe en el ámbito global una insatisfacción generalizada, aunque las protestas en algunos casos apuntan al funcionamiento del capitalismo, y en otros al del estado de bienestar. ¿Qué se necesita para devolverles la confianza a los ‘indignados’?
Creo que este no es solo un tema económico, sino que tiene que ver con un principio filosófico básico de equilibro. Hemos atravesado una etapa en la cual las instituciones financieras han cometido enormes excesos, como los sistemas de compensación en la banca, mientras que muchas personas estaban perdiendo sus empleos o sufrían el remate de sus casas. La única forma de restaurar la esperanza es corrigiendo esos serios desbalances. Nunca vamos a poder lograr un equilibrio perfecto, porque el mundo nunca estará completamente balanceado, pero no debe estar tan desequilibrado como lo está hoy, entre los que ahorran y los que consumen, los que exportan y los que importan, los que están en superávit constante y los que están en déficit permanente...
Eso equivale a decir que somos todos culpables, porque si hay alguien que se endeuda excesivamente, significa que hay otro que le da ese préstamo de manera irresponsable. Tal parece ser el caso del enfrentamiento entre griegos y alemanes...
Así es.
¿Podrá la Unión Europea reformar su sistema de gobierno para así prevenir estos problemas?
Esa es la dirección que los mismos europeos han tomado, vale decir, la de una unión monetaria que esté asociada también a una unión fiscal. Los países europeos deben ser responsables ante su propia población, pero también ante los demás integrantes de la unión. Debe hacer disciplina y se deben aplicar sanciones para quienes no la cumplan. No debe permitírsele a ningún país abusar del sistema.
Si la situación económica en Europa va a seguir complicada, ¿le preocupa lo que pueda pasar en Asia? ¿Seguirá China demandando materias primas de América Latina?
No veo un estancamiento en el crecimiento de China en el futuro cercano. Su economía puede desacelerarse un poco, pero no de manera significativa. Probablemente habrá un cambio moderado del modelo chino en el sentido de que priorizarán menos la exportación y más el desarrollo del mercado interno. pero eso no va a afectar la tendencia de las importaciones provenientes de América Latina, aunque sí pueden haber episodios de mayor inestabilidad y la región debe mantenerse vigilante.
Mientras tanto, en EU aparecen algunos indicadores de mejoría. ¿Se mantendrá la tendencia?
EU sigue siendo la principal economía del mundo, la principal potencia militar, tiene el privilegio exorbitante de comerciar en su propia moneda y todavía cuenta con muchos activos, entre ellos el fuerte espíritu emprendedor de sus empresarios. Habiendo dicho esto, sin duda tendrá que lidiar con sus problemas fiscales y las dificultades que afronta su mercado inmobiliario. Aun así, yo le daría el beneficio de la duda.
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