miércoles, 12 de octubre de 2011

SUBSIDIOS REGRESIVOS

Víctor Felipe Piz / El Financiero
Los subsidios al consumo de gasolinas y diesel representan un costo significativo y crean distorsiones en la economía.
De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), al cierre de agosto el monto de los subsidios en los combustibles automotrices ascendió a 101 mil millones de pesos.
La estimación de cierre para todo el año es de 169 mil millones de pesos, casi cinco veces mayor a los más de 34 mil millones presupuestados en la Ley de Ingresos de la Federación para 2011.
Para el año entrante, la estimación más reciente es un costo de 49 mil millones de pesos, menor a la pérdida recaudatoria de más de 130 mil millones prevista en la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación para 2012.
En 2010 el monto de estos subsidios ascendió a casi 77 mil millones de pesos y se quintuplicó respecto a los 15 mil millones del año previo.
En 2008 este costo impuso un máximo histórico de casi 224 mil millones de pesos, después de que un año antes fue de más de 48 mil millones.
Así, en todo el sexenio del presidente Felipe Calderón se destinarán alrededor de 582 mil millones de pesos para subsidiar el consumo de estos combustibles.
Pérdida recaudatoria
Los subsidios implican una recaudación negativa en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a la enajenación de gasolinas y diesel.
El impuesto negativo se genera cuando el precio de venta al público de estos combustibles es menor al precio de venta de Petróleos Mexicanos (Pemex), basado en la referencia en el mercado internacional relevante y los costos de transporte y almacenamiento.
Según la SHCP, el IEPS negativo por la enajenación de gasolinas y diesel puede variar considerablemente, ya que depende de los precios internacionales de estos productos, que a su vez dependen del precio del petróleo crudo.
Para este año se previó un subsidio de 34 mil millones de pesos, con base en un precio promedio anual estimado para la mezcla mexicana de petróleo de exportación de 73.3 dólares por barril.
Sin embargo, en lo que va de 2011 el precio del barril de petróleo mexicano de exportación registra un nivel promedio de 99.7 dólares por barril, mientras que el del crudo WTI en Nueva York es de 95.2 y el del Brent en Londres es de 111.8 dólares.
Esto deja ver que el precio internacional de las gasolinas y el diesel se ha incrementado de forma muy similar a como lo ha hecho el del crudo.
Brecha de precios
Aun con los deslices mensuales, los precios de los combustibles automotrices en México se encuentran por debajo de los registrados en el mercado internacional.
Hoy los precios del diesel y de las gasolinas Magna y Premium en el país son más baratos que en el resto del mundo, sobre todo en Estados Unidos y en otros países latinoamericanos como Argentina, Brasil y Chile.
Esto es importante porque durante los últimos años, atender la demanda de esos combustibles requirió complementar la producción nacional con importaciones.
Hoy, de cada diez litros de gasolinas que se consumen en México, cinco son importados; en el caso del diesel, se importan 3.9 litros de cada diez que se venden en el mercado nacional.
La política de deslices mensuales en los precios busca suavizar el efecto de los aumentos internacionales para evitar que tengan un impacto directo sobre los consumidores mexicanos, que no han moderado su consumo.
Si bien esta política de precios permite tener una inflación estable y controlada, implica el compromiso del gobierno federal de que Pemex obtenga ingresos por la venta de estos combustibles como si los estuviera comercializando al precio internacional.
Dicho en otras palabras, la diferencia entre el precio que marca la bomba y el internacional la cubre el gobierno.
Comprar caro y...
En el Presupuesto de Gastos Fiscales 2011, la SHCP admite que "subsidiar de forma creciente las gasolinas crea distorsiones en nuestra economía".
Advierte que "cerca de 40 por ciento de las gasolinas y del diesel se importa, y al tener un precio inferior al internacional significa comprar caro en el extranjero y vender barato en México.
"Incluso para el componente de gasolinas producido en México, el costo que enfrenta Pemex Refinación por la producción de combustibles depende del precio de la materia prima (crudo), el cual está referenciado al mercado internacional.
"Por otro lado, el subsidio beneficia a la población de mayores ingresos. Este apoyo es regresivo, ya que 20 por ciento de la población de mayores ingresos absorbe más de 50 por ciento del monto del subsidio."
Por el contrario, 20 por ciento de la población de menores ingresos recibe menos de 4 por ciento del apoyo.
Gasto progresivo
"Esto es así debido a que, aunque la gasolina es ampliamente accesible para toda la población, en la práctica son las personas de ingresos altos las que utilizan con mayor intensidad las gasolinas, concentrando el consumo y, por lo tanto, el subsidio.
"Asimismo, el beneficio de este subsidio a los combustibles puede estar beneficiando a los estadounidenses y guatemaltecos que crucen la frontera.
"El consumo per cápita de gasolinas en México es superior al de los países europeos, como Italia, España, Alemania, Francia y Reino Unido, y sólo inferior al consumo de Estados Unidos, Canadá, Venezuela, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes", asegura la SHCP.
Lamentablemente, la política de deslices mensuales en los precios de los combustibles no ha moderado el consumo de las gasolinas.
Además, el gasto en estos combustibles es altamente progresivo.
En promedio, según cifras de la SHCP, poco más de 73 por ciento del gasto se concentra en 30 por ciento de la población de mayores ingresos.
Y precisamente este grupo es el que más se ha beneficiado de la transferencia directa de recursos públicos vía los precios de esos productos.



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