domingo, 12 de junio de 2011

LA DESACELERACIÓN ESTÁ AQUÍ

La economía global ha entrado de nuevo en uno de esos puntos de inflexión que no se sabe muy bien para dónde va. El vocablo “incertidumbre” vuelve a llenar la boca de los funcionarios públicos, y campea por los corrillos de los traders y las mesas de operaciones. Las autoridades, en un ejercicio de optimismo y de “buenos deseos”, nos dicen que estos indicios de desaceleración no serán más que un síntoma pasajero, relacionado con las catástrofes de Japón y su impacto en las cadenas productivas globales, y que durante la segunda mitad del año la economía recobrará vigor y renovados bríos.
Sin embargo, nos aseguran que seguirán con lupa el rumbo de la economía, por si se llegara a dar cualquier sorpresa desagradable. Que no digan que estaban desprevenidos.
En esencia, ése fue el discurso del presidente de la Fed, Ben Bernanke, la semana pasada. Pero los mercados no se lo terminan de creer, y por eso las Bolsas se han hundido en las últimas semanas, y la curva de bonos de EU se ha vuelto a desplazar hacia abajo, llevando las tasas a nuevos mínimos del año, basado en la expectativa de que la debilidad económica forzará a la Fed a prolongar por más tiempo su política monetaria ultraexpansiva.
Sí, sin duda el tsunami de Japón ha tenido mucho que ver en todo este desbarajuste, y la actividad, una vez se restablezca la normalidad en la economía del sol naciente, sobre todo en su sector industrial, repunte algo. Pero el descalabro se antoja demasiado profundo para achacarse, casi en exclusividad, a Japón. Más bien pareciera que la recuperación económica en EU vuelve a renquear conforme se van agotando las ayudas fiscales anunciadas en el pasado, como ha venido denunciando Paul Krugman.
Por tanto, y aunque la economía recobre algo de dinamismo superado el bache japonés, nos tememos que el ritmo de actividad, que ya estaba por debajo de su potencial, posiblemente no alcance la senda de crecimiento que traía a finales del año pasado e inicios de éste. Es decir, que ausente de estímulos fiscales, de políticas keynesianas, la expansión retornará a lo que Bill Gross llamó la “nueva norma”, una economía plana, de escaso crecimiento, casi estancada.
Ése es el diagnóstico y la lectura que desde El Semanario hacemos a los recientes indicadores económicos y del comportamiento de la curva de rendimientos de EU. Podemos estar equivocados, igual que los mercados a veces (hasta garrafalmente) se equivocan. Pero así lo han leído también Goldman Sachs o JP Morgan, que recientemente han revisando a la baja sus pronósticos de crecimiento. La propia Fed podría hacer lo mismo en la próxima reunión de la Fed. En México, entre tanto, la SHCP dice estar confortable con el pronóstico de 4.3% para este año. Y quizá sea prematuro cambiar el pronóstico hasta que no se tengan bases más sólidas y firmes de hacia dónde se dirige la economía. Ahora bien, creemos que el riesgo a ese pronóstico, ahora mismo, es más a la baja que al alza.
Fuente: El Semanario

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