martes, 14 de junio de 2011

EL ESPEJISMO DE LA RECUPERACIÓN ESTADOUNIDENSE SE PODRÍA TRANSFORMAR EN PESADILLA

Jose Luis de Haro / el Economista.es
La economía de Estados Unidos se asienta en la cúspide de un castillo de naipes que podría derrumbarse al menor soplido de viento. El sueño americano se ha transformado en una persistente pesadilla, donde los ciudadanos ya han visto las orejas al lobo y la clase política se empeña en mantener una tensa calma.
"No estoy preocupado por una doble recesión", reiteró el presidente Barack Obama durante su rueda de prensa conjunta con la canciller alemana, Angela Merkel, sin embargo, en estos momentos, la recuperación ha perdido el rumbo y la brújula indica que lo peor todavía no ha quedado atrás.
Sin embargo, el demócrata afirmó hoy aseguraba desde Durham, Carolina del Norte, que no estará satisfecho "hasta que quién quiera un trabajo pueda conseguirlo". "No pararé hasta que las familias estadounidenses sientan que volvemos a crecer", añadió. ¿Su solución? ofertar formación e intentar preparar a 10.000 nuevos ingenieros al año. Una medida que se queda muy corta, al menos, de momento.
En un sondeo dirigido por el Wall Street Journal entre 54 economistas de EEUU, se apuntó que si "la creación de empleos no es lo suficientemente rápido, la recuperación correrá peligro". Los expertos entrevistados prevén que el país genere alrededor de dos millones de puestos de trabajo durante los próximos 12 meses, medio millón menos del pronóstico realizado hace un mes y la primera vez desde octubre que se rebaja esta previsión.
Temor a la tasa de paro
Con este panorama la tasa de paro sólo se reducirá de forma muy limitada. El estudio apunta que se situará en el 8,2% en enero de 2012 y terminará el año que viene en el 7,9%.
Un sondeo de CBS News indicó que el 45,1% de todos los estadounidenses desempleados han estado sin trabajo durante al menos seis meses. Eso es un porcentaje más alto que en cualquier momento durante la Gran Depresión. Hace apenas dos años, el número de "desempleados de larga duración" en el país alcanzaba los 2,6 millones de personas. A día de hoy, esa cifra ha subido hasta los 6,2 millones.
Robert Shiller, co-fundador del índice del precio de la vivienda Standard & Poor's/Case Shiller, piensa que los datos más recientes sobre el mercado inmobiliario y el empleo demuestran que la economía estadounidense está en un punto de inflexión, en un punto crítico. A su juicio, un repunte de la tasa de paro, actualmente en el 9,1%, podría sugerir que la economía de Estados Unidos se enfrenta a una recaída en la recesión. De hecho, cree que los precios todavía tienen un gran recorrido a la baja y asegura que una caída adicional entre el 10 y el 25% "no le sorprendería en absoluto".
Los peligros de los embargos
No debemos olvidar que según estima el Centro de Prestamos Responsables, una organización con sede en Durham, Carolina del Norte, uno de cada nueve estadounidenses corre el peligro de ser embargado, es decir, cerca de 4,8 millones de viviendas podrían ser desahuciadas. Los que no han perdido su casa, sufren por llegar a fin de mes. Millones de familias tienen cada vez más dificultades para pagar las cuentas. Los salarios se han mantenido planos durante los últimos años y, sin embargo, el coste de la mayoría de los productos básicos no ha hecho más que subir.
La agencia de calificación Fitch Ratings ya ha advertido que podría hundir la nota de EEUU a B+ si no cumpliera el próximo dos de agosto con sus vencimientos de deuda, una opción con la que los legisladores republicanos tontean para reducir drásticamente el gasto público.
El aviso llegó una semana después de las advertencias similares de Moody's y la puesta en cuarentena, es decir, perspectiva negativa, por parte de Standard & Poor's. La administración Obama quiere aumentar el límite de endeudamiento del país hasta los 2,4 billones de dólares, un billón de dólares más del cerco ya superado, pero los republicanos, en control de la Cámara Baja, quieren recortes del gasto público como moneda de cambio.
En medio de este peligroso juego político se encuentra Ben Bernanke, el guardián de la Reserva Federal, que está a punto de desenchufar parte de la respiración asistida a la economía del país. El conocido como Quantitative Easing 2, o la compra de activos y bonos del Tesoro por valor de 600 millones de dólares, expira en poco más de un par de semanas.
Se rumorea con que el banco central estadounidense podría rebajar considerablemente sus expectativas sobre el crecimiento real de la economía de EEUU, que quizás recupere algo de brío en la segunda mitad del año. Sin embargo, esta previsión "es toda una decepción si tenemos en cuenta que durante la primera mitad de 2011 el PIB del país se ha expandido menos de un 2 por ciento", indicó en una nota a sus clientes Jay Hatzius, economista jefe de Goldman Sachs.
¿Repetimos el patrón?
Si hace más de tres años, fue el mercado inmobiliario y las tóxicas hipotecas subprime las que tambalearon primero la economía de EEUU para posteriormente disparar un efecto dominó en el sector bancario de medio mundo, ahora la deuda soberana se postula como la punta del iceberg. Como sucedió con las hipotecas de alto riesgo, la hecatombe se cocinó a fuego lento y pasaron varios meses antes de llegar a su punto álgido, en otoño de 2008.
No olvidemos que cuando el presidente de la Reserva Federal hablaba sobre el comienzo de una posible crisis inmobiliaria en EEUU siempre utilizaba la expresión "contenida" para referirse a la situación, mientras negaba que el sector de la vivienda o la economía estuvieran en peligro.
Dejando de lado los problemas en el Viejo Continente, EEUU cuenta con su propia tragedia griega, en forma de deuda municipal. Meredith Whitney, la analista de cabecera de Wall Street, ha anunciado por activa y por pasiva que habrá una "cascada" de recortes de calificación crediticia en el mercado de deuda estatal, que mueve más de 2,93 billones de dólares, algo que provocará una espantada de los inversores en el mercado.
La fundadora de Meredith Whitney Advisory Group LLC aseguró que "la condición fiscal de muchos estados y municipios pone en peligro la recuperación económica". En este sentido, la analista recordó que los gobiernos estatales y municipales emplean a más de 19 millones de estadounidenses, es decir, el 15 por ciento de la fuerza laboral del país. Además, apuntó que el gasto estatal supone un 12% del producto interno bruto de EEUU. En este sentido auguró que "el proceso de poner orden las finanzas estatales será doloroso para todo el país".

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