La nueva presidenta de Brasil coincidirá con otras tres mujeres al frente de la máxima responsabilidad de gobierno de sus países, un cargo al que sólo han accedido doce mujeres en la historia del continente
La brasileña Dilma Rousseff será a partir del 1 de enero de 2011 la duodécima mujer que llega al poder en América, una lista que, pese a haber crecido de forma considerable en los últimos años, sigue siendo exigua en comparación a la de hombres gobernantes. Rousseff, una economista de 62 años que nunca se había presentado a un cargo de elección popular, ha ganado la segunda vuelta en las elecciones para convertirse en la primer mujer que alcanza la Presidencia de Brasil.
Rousseff se sumará así a las otras tres mujeres que, en el continente americano, están al frente de los Gobiernos de sus respectivos países actualmente. Se trata de las presidentas de Argentina, Cristina Fernández, y de Costa Rica, Laura Chinchilla; así como la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar. Las dos últimas han asumido los cargos este mismo año, el mismo en que Michelle Bachelet se ha despedido de la Presidencia de Chile, cargo que a pasado a manos de un hombre,Sebastián Piñera.
Con un 84% de popularidad en el momento de dejar el cargo, Bachellet fue elegida en una encuesta de septiembre pasado como la mejor gobernante en la historia de su país. En recientes declaraciones, la ex mandataria chilena, reflexionaba sobre la presencia femenina en el poder, "un cambio cultural que recién comienza", decía, pero que aún supone "toda una excepción".
En 1974, María Estela Martínez, Isabelita, asumió la presidencia de Argentina tras enviudar del tres veces mandatario Juan Domingo Perón. No fue elegida presidenta en las urnas, pero sí vicepresidenta, pues fue compañera de fórmula de su esposo en las elecciones de 1973 y la Constitución establecía que, como tal, le debía suceder. Isabelita fue derrocada por un golpe de Estado, el que instauraría la Dictadura de la Junta Militar en marzo de 1976, al igual que le ocurrió a la segunda mujer gobernante en América, la boliviana Lidia Gueiler. Esta accedió a la jefatura de Estado desde la presidencia de la Cámara de Diputados en 1979 y solo ocho meses después perdió violentamente el poder y fue obligada a exiliarse.
La haitiana Ertha Pascal-Trouillot, tercera cronológicamente en la lista, era jueza del Supremo cuando los militares que habían dado un golpe de Estado le entregaron la Presidencia en 1990 con el fin de que convocara elecciones. Asumió la orden ese mismo año y, once meses después de haber sido designada, traspasó el poder a Jean Bertrand Aristide.
También en 1990, la nicaragüense Violeta Chamorro llegó a la jefatura de Estado tras derrotar contra todo pronóstico en las urnas, con un 54,7% de apoyos, al sandinista Daniel Ortega, actual presidente de Nicaragua. Pasarían posteriormente 7 años para que otra mujer alcanzara un puesto similar en el continente. Fue la ecuatoriana Rosalía Arteaga, quien gobernó el país durante tan solo 48 horas en febrero de 1997 tras el derrocamiento de Abdalá Bucaram, de quien era vicepresidenta.
Como Isabelita Martínez de Perón y la también argentina Cristina Fernández, que acaba de enviudar del ex presidente Néstor Kirchner, la guayanesa Janet Jagan, presidenta de 1997 a 1999, fue primera dama antes que jefa del Estado. A diferencia de estas tres, la panameña Mireya Moscoso, viuda de Arnulfo Arias Madrid, nunca fue primera dama porque todavía no había contraído matrimonio con su marido cuando este ocupó la presidencia hasta en tres ocasiones. Ella gobernaría entre 1999 y 2004.
Pero al igual que en América, en el resto del mundo la presencia femenina en la máxima instancia del poder también es casi anecdótica y se ha dado en pocos casos. La lista la inauguró en 1960 la primera ministra de Sri Lanka (entonces Ceilán) Sirivamo Bandaranaike, y en la relación destacan figuras como la india Indira Gandhi (1966), la israelí Golda Meir (1969), la británica Margaret Thatcher (1979) o la paquistaní Benazir Bhutto (1988). En la actualidad, son una veintena las mujeres que tienen posiciones de primer nivel en sus países, desde las reinas Isabel II de Inglaterra, Beatriz de Holanda y Margarita II de Dinamarca, hasta la canciller alemana, Angela Merkel, pasando por la primera ministra croata, Jadranka Kosor, o la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, entre otras. La última mujer en asumir el poder ha sido la australiana, Julia Gillard, quien al igual que Rousseff ha inaugurado la presencia femenina al frente del Ejecutivo de su país.
Fuente: El País
La brasileña Dilma Rousseff será a partir del 1 de enero de 2011 la duodécima mujer que llega al poder en América, una lista que, pese a haber crecido de forma considerable en los últimos años, sigue siendo exigua en comparación a la de hombres gobernantes. Rousseff, una economista de 62 años que nunca se había presentado a un cargo de elección popular, ha ganado la segunda vuelta en las elecciones para convertirse en la primer mujer que alcanza la Presidencia de Brasil.
Rousseff se sumará así a las otras tres mujeres que, en el continente americano, están al frente de los Gobiernos de sus respectivos países actualmente. Se trata de las presidentas de Argentina, Cristina Fernández, y de Costa Rica, Laura Chinchilla; así como la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar. Las dos últimas han asumido los cargos este mismo año, el mismo en que Michelle Bachelet se ha despedido de la Presidencia de Chile, cargo que a pasado a manos de un hombre,Sebastián Piñera.
Con un 84% de popularidad en el momento de dejar el cargo, Bachellet fue elegida en una encuesta de septiembre pasado como la mejor gobernante en la historia de su país. En recientes declaraciones, la ex mandataria chilena, reflexionaba sobre la presencia femenina en el poder, "un cambio cultural que recién comienza", decía, pero que aún supone "toda una excepción".
En 1974, María Estela Martínez, Isabelita, asumió la presidencia de Argentina tras enviudar del tres veces mandatario Juan Domingo Perón. No fue elegida presidenta en las urnas, pero sí vicepresidenta, pues fue compañera de fórmula de su esposo en las elecciones de 1973 y la Constitución establecía que, como tal, le debía suceder. Isabelita fue derrocada por un golpe de Estado, el que instauraría la Dictadura de la Junta Militar en marzo de 1976, al igual que le ocurrió a la segunda mujer gobernante en América, la boliviana Lidia Gueiler. Esta accedió a la jefatura de Estado desde la presidencia de la Cámara de Diputados en 1979 y solo ocho meses después perdió violentamente el poder y fue obligada a exiliarse.
La haitiana Ertha Pascal-Trouillot, tercera cronológicamente en la lista, era jueza del Supremo cuando los militares que habían dado un golpe de Estado le entregaron la Presidencia en 1990 con el fin de que convocara elecciones. Asumió la orden ese mismo año y, once meses después de haber sido designada, traspasó el poder a Jean Bertrand Aristide.
También en 1990, la nicaragüense Violeta Chamorro llegó a la jefatura de Estado tras derrotar contra todo pronóstico en las urnas, con un 54,7% de apoyos, al sandinista Daniel Ortega, actual presidente de Nicaragua. Pasarían posteriormente 7 años para que otra mujer alcanzara un puesto similar en el continente. Fue la ecuatoriana Rosalía Arteaga, quien gobernó el país durante tan solo 48 horas en febrero de 1997 tras el derrocamiento de Abdalá Bucaram, de quien era vicepresidenta.
Como Isabelita Martínez de Perón y la también argentina Cristina Fernández, que acaba de enviudar del ex presidente Néstor Kirchner, la guayanesa Janet Jagan, presidenta de 1997 a 1999, fue primera dama antes que jefa del Estado. A diferencia de estas tres, la panameña Mireya Moscoso, viuda de Arnulfo Arias Madrid, nunca fue primera dama porque todavía no había contraído matrimonio con su marido cuando este ocupó la presidencia hasta en tres ocasiones. Ella gobernaría entre 1999 y 2004.
Pero al igual que en América, en el resto del mundo la presencia femenina en la máxima instancia del poder también es casi anecdótica y se ha dado en pocos casos. La lista la inauguró en 1960 la primera ministra de Sri Lanka (entonces Ceilán) Sirivamo Bandaranaike, y en la relación destacan figuras como la india Indira Gandhi (1966), la israelí Golda Meir (1969), la británica Margaret Thatcher (1979) o la paquistaní Benazir Bhutto (1988). En la actualidad, son una veintena las mujeres que tienen posiciones de primer nivel en sus países, desde las reinas Isabel II de Inglaterra, Beatriz de Holanda y Margarita II de Dinamarca, hasta la canciller alemana, Angela Merkel, pasando por la primera ministra croata, Jadranka Kosor, o la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, entre otras. La última mujer en asumir el poder ha sido la australiana, Julia Gillard, quien al igual que Rousseff ha inaugurado la presencia femenina al frente del Ejecutivo de su país.
Fuente: El País
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