SANDRO POZZI - EL PAÍS
Ya lo dijo el fiscal del distrito sur de Nueva York, Preet Bharara: el uso lucrativo de información confidencial es un "esteroide financiero" al alcance de la mano, y por eso su uso está en alza en Wall Street. Eso fue a finales de octubre. Un mes después, se revela que los reguladores en Estados Unidos tienen en marcha la que puede ser la mayor investigación contra la información privilegiada. En el expediente, que puede llevar a la presentación de cargos por la vía civil y criminal contra todo tipo de firmas financieras, participan, además de la Fiscalía neoyorquina, el FBI y el regulador del mercado de valores (SEC). La investigación, que lleva tres años en curso, fue revelada ayer por The Wall Street Journal y no se concentra solo en firmas que operan en Nueva York.
El periódico estadounidense habla de "decenas de millones de dólares" en beneficios ilícitos obtenidos por esta trama "de múltiples anillos" dedicada al tráfico de confidencias. Pero lo más significativo es que, de dar sus frutos, la investigación desenmascarará "una cultura muy extendida" en los mercados financieros en EE UU, señala el rotativo financiero, citando fuentes federales.
Bharara, que evita dar detalles sobre la investigación, ya dijo que el también llamado insider trading es un delito de guante blanco cada vez más complejo, y por eso lo colocó como una de las prioridades en su acción judicial. Y desde hace semanas, en Wall Street se rumorea que las autoridades federales preparan un golpe comparable al asestado el año pasado por Galleon Group.
El fraude orquestado por la firma de Raj Rajaratnam sirvió para destapar hasta qué punto gente que ya esta muy bien posicionada en Wall Street está dispuesta a ir para obtener información que les permita ir por delante del resto, y hacer que les rindan más las inversiones. Como señala Bharara, esta práctica es "injusta", "ofensiva", "ilegal" y supone un "punto negro" para la empresa.
El Journal revela en este sentido que se están estableciendo nuevas vías para pasar información confidencial de empresas cotizadas. En concreto, los reguladores tratan de determinar la manera en que analistas independientes y consultores que trabajaban para corporaciones facilitaban datos sensibles a fondos especulativos y de inversión para que hagan sus inversiones.
Entre las consultoras bajo lupa, según el rotativo, está Primary Global Research. Es una conocida firma que opera en Silicon Valley, a la que acuden los inversores buscando información experta sobre el sector tecnológico. Al frente de ella está Phani Kumar, un antiguo ejecutivo de Intel. Es este tipo de perfil el que buscaba la trama para hacerse con información que les dé ventaja.
Hay otra pata en la investigación. Los reguladores examinan hasta qué punto empleados de bancos de inversión como Goldman Sachs, UBS o Deustche Bank filtraron información que no estaba disponible al público sobre operaciones de fusión y adquisición. También a boutiques independientes, como Broadband Research, o firmas de corretaje, como First New York Securities.
La investigación sigue abierta, y de acuerdo con la información publicada en la prensa financiera, la SEC habría requerido ya datos, correos electrónicos y documentos concretos a una treintena de firmas de inversión. El FBI se presentó en varias sedes. Algunas partes del examen ya están maduras, por lo que se podrían anunciar acciones legales en las próximas semanas.
Ya lo dijo el fiscal del distrito sur de Nueva York, Preet Bharara: el uso lucrativo de información confidencial es un "esteroide financiero" al alcance de la mano, y por eso su uso está en alza en Wall Street. Eso fue a finales de octubre. Un mes después, se revela que los reguladores en Estados Unidos tienen en marcha la que puede ser la mayor investigación contra la información privilegiada. En el expediente, que puede llevar a la presentación de cargos por la vía civil y criminal contra todo tipo de firmas financieras, participan, además de la Fiscalía neoyorquina, el FBI y el regulador del mercado de valores (SEC). La investigación, que lleva tres años en curso, fue revelada ayer por The Wall Street Journal y no se concentra solo en firmas que operan en Nueva York.
El periódico estadounidense habla de "decenas de millones de dólares" en beneficios ilícitos obtenidos por esta trama "de múltiples anillos" dedicada al tráfico de confidencias. Pero lo más significativo es que, de dar sus frutos, la investigación desenmascarará "una cultura muy extendida" en los mercados financieros en EE UU, señala el rotativo financiero, citando fuentes federales.
Bharara, que evita dar detalles sobre la investigación, ya dijo que el también llamado insider trading es un delito de guante blanco cada vez más complejo, y por eso lo colocó como una de las prioridades en su acción judicial. Y desde hace semanas, en Wall Street se rumorea que las autoridades federales preparan un golpe comparable al asestado el año pasado por Galleon Group.
El fraude orquestado por la firma de Raj Rajaratnam sirvió para destapar hasta qué punto gente que ya esta muy bien posicionada en Wall Street está dispuesta a ir para obtener información que les permita ir por delante del resto, y hacer que les rindan más las inversiones. Como señala Bharara, esta práctica es "injusta", "ofensiva", "ilegal" y supone un "punto negro" para la empresa.
El Journal revela en este sentido que se están estableciendo nuevas vías para pasar información confidencial de empresas cotizadas. En concreto, los reguladores tratan de determinar la manera en que analistas independientes y consultores que trabajaban para corporaciones facilitaban datos sensibles a fondos especulativos y de inversión para que hagan sus inversiones.
Entre las consultoras bajo lupa, según el rotativo, está Primary Global Research. Es una conocida firma que opera en Silicon Valley, a la que acuden los inversores buscando información experta sobre el sector tecnológico. Al frente de ella está Phani Kumar, un antiguo ejecutivo de Intel. Es este tipo de perfil el que buscaba la trama para hacerse con información que les dé ventaja.
Hay otra pata en la investigación. Los reguladores examinan hasta qué punto empleados de bancos de inversión como Goldman Sachs, UBS o Deustche Bank filtraron información que no estaba disponible al público sobre operaciones de fusión y adquisición. También a boutiques independientes, como Broadband Research, o firmas de corretaje, como First New York Securities.
La investigación sigue abierta, y de acuerdo con la información publicada en la prensa financiera, la SEC habría requerido ya datos, correos electrónicos y documentos concretos a una treintena de firmas de inversión. El FBI se presentó en varias sedes. Algunas partes del examen ya están maduras, por lo que se podrían anunciar acciones legales en las próximas semanas.
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