martes, 12 de enero de 2010

MÉXICO ACENTUARÁ SU DISTANCIAMIENTO CON AL: UAM

Guillermo Ríos / El Sol de México
En el 2010 México continuará con el distanciamiento respecto a los países de América Latina iniciado con la sustitución del proyecto desarrollista, con el que se identificaban otras naciones de la región, a causa en gran medida de la política de subordinación asumida frente a Estados Unidos y reforzada con el neoliberalismo, señaló Nicté Fabiola Escárzaga, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En su opinión, la política exterior de México, cada vez más alejada de América Latina, dejó de lado los elementos en común como provenir de una misma raíz hispana, lengua y tradiciones, semejantes estructuras políticas y problemáticas, así como una diversidad cultural e histórica producto de la aportación de las poblaciones nativas y de las migraciones negras y europeas.
Esta separación, apuntó, se provocó luego de que México se integró al bloque del norte con la firma del Tratado de Libre Comercio y se asumió como guardián de la frontera estadunidense, estableciendo políticas agresivas en contra de los migrantes y condiciones más onerosas para el otorgamiento de visas.
Los efectos de esta política han sido un creciente deterioro productivo y una mayor dependencia y empobrecimiento, en la medida en que se olvidaron los objetivos del desarrollo endógeno privilegiando una vinculación amplia con el mercado externo y casi exclusiva con Estados Unidos, a diferencia de otros países de la región que han diversificado sus relaciones externas, apuntó la docente del Departamento de Política y Cultura de la Unidad Xochimilco.
El distanciamiento de México se observa sobre todo frente a países como Bolivia, Brasil, Chile, Argentina, Venezuela, Uruguay, Nicaragua, Honduras y Paraguay, donde se desarrollan procesos de cambio en un sentido progresista y de reversión de los mecanismos de exclusión producidos por el neoliberalismo, en beneficio de los sectores populares mayoritarios.
Nicté Fabiola Escárzaga consideró que México está ausente de las más importantes iniciativas de los países de la región que buscan fortalecerse, sumando fuerzas para enfrentar a las empresas trasnacionales, y en cambio, está incorporado de manera total a las iniciativas norteamericanas para la región.
Tal cercanía con Estados Unidos, afirmó, implica la ausencia de mecanismos de defensa frente a las aspiraciones hegemónicas y la pérdida de identidad y conciencia de la realidad, "al pretender ser un país que no somos"; lo anterior conlleva a la pérdida de la soberanía y a una dependencia económica cada vez mayor.
Al interior del territorio es previsible que continúe el debilitamiento de las fuerzas sociales organizadas y la reducción de la protesta en contra de las políticas gubernamentales, se incremente el empobrecimiento y la marginación y prevalezca la exclusión de sectores mayoritarios y el deterioro de las condiciones de vida de los sectores medios, así como la falta de opciones políticas claras.

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