domingo, 17 de enero de 2010

PREPARA UV A EMPRESARIOS PARA COMERCIAR CON CHINA

Irma Villa/Diario AZ
China es el principal exportador del mundo. Hace cuatro meses desplazó a Alemania del primer lugar. Pero, sobre todo, es el segundo importador del orbe. Es el gran consumidor de toda la industria de lujo europea: carros Ferrari o Lamborghini, relojes Rolex, perfumes franceses.
También consume materias primas y productos elaborados: importa carne de Australia y Nueva Zelanda; café, de Etiopía y Vietnam; acero, de Estados Unidos. En América Latina, salvo México y otros países de Centroamérica, todos tienen superávit comercial con China: Venezuela, Argentina, Chile, Brasil, Paraguay, Perú, por mencionar algunos.
Brasil les vende soja, acero y otros productos agroindustriales; Cuba les vende tabaco; Argentina, el gran complejo soja-aceite-harinas; Perú, harina de pescado y cobre; Chile, cobre; Paraguay y Uruguay, también soja; Venezuela, petróleo.
“China compra mucho y vende más. Es muy difícil hacer negocios con los chinos, sí, pero algo raro pasa porque todo mundo quiere hacer negocios con ellos”, opinó el economista argentino Aníbal Zottele, director del Centro de Estudios China-Veracruz (CECV) de la Universidad Veracruzana (UV).
“En marzo de 2009, un economista chino, muy bueno, me dijo: ‘Este año vamos a crecer al ocho por ciento’. Yo le pregunté de dónde sacaba semejante cifra y me contestó: ‘En realidad estamos tomando las medidas necesarias para que el mercado interno absorba el déficit de la demanda exterior. Ahora estamos discutiendo esas medidas, pero cuando las tomemos vamos a ser mil 300 millones de personas caminando todos en la misma dirección, en el mismo sentido. Y por eso podemos afirmar que el pronóstico de ocho por ciento lo alcanzaremos’ ”.
Con esta anécdota, Aníbal Zottele Allende ejemplificó en qué radica el éxito económico de la forma de organización más eficiente que existe actualmente en el mundo.
En consonancia con los tiempos que corren, el CECV dedica su esfuerzo a la vinculación del sector empresarial con el académico, bajo la idea principal de mostrar a los empresarios veracruzanos que el mercado chino está abierto para ellos.
El primer paso que se dio en esta dirección fue el programa de estudios Cultura y Negocios realizado en marzo de 2008 y en el que participaron distintos actores sociales: estudiantes, académicos, empresarios y también algún funcionario del Estado y de la UV.
“Esto generó un efecto multiplicador, digamos que virtuoso, en el sentido de que ahí están todos los sectores de la sociedad que tienen condiciones –uno por la vía institucional, otro por la vía empresarial y tres por la vía académica– de abordar el tema de los negocios y la cultura de negocios en un país tan difícil, desde todos los ángulos, en toda su complejidad.”, explicó Zottele.
El CECV prepara a empresarios veracruzanos para comerciar con China
El Centro de Estudios China-Veracruz, como ya se dijo, llevó a un grupo de empresarios a conocer sobre la historia y cultura de China, su sistema político y administrativo actual.
“Pero lo importante ahora –agregó el economista– es que este año, del 22 al 30 de marzo, estamos yendo con un plan de negocios de por lo menos ocho a 10 empresas con las que se ha estado trabajando; se les han hecho carpetas con análisis de mercado de lo que queremos y cómo lo podemos ofrecer, así como en qué mercados queremos actuar”.
Mientras tanto, explicó, en China hay especialistas que están estudiando quiénes pueden ser los distribuidores de los productos veracruzanos, en qué región tendrán mejor aceptación y en que época del año, porque a veces se puede vender productos en forma estacional.
“Por ejemplo, se puede aprovechar el fin de Año Chino, en febrero, cuando se regalan muchos objetos, y tratar de que algunos de nuestros productos agroindustriales se conviertan en símbolos de calidad, como el café de Coatepec, el tabaco de San Andrés o la vainilla de Papantla; porque no sólo se compra un producto sino también un símbolo y cuando esto se logra, el producto se vende solo”, añadió.
En conclusión, la UV ha construido un sólido conocimiento de ese mercado. No ha sido un esfuerzo de dos o tres investigadores sino uno en el que la Universidad se relacionó con instituciones de educación superior chinas, con consultoras y distribuidores de aquel país, que pueden ser eventualmente agentes económicos capaces de captar la oferta de los productos veracruzanos.
Y esto, dijo, es uno de los tantos mecanismos necesarios de vinculación entre Veracruz y China, que para nada agota la enorme riqueza cultural que encierran ambos extremos de la relación: Tanto China como las antiguas culturas precolombinas son justamente ejemplos de la necesidad de recorrer el camino hacia el pasado para ver si encontramos algunas salidas hacia delante.
“En este sentido, nosotros, como centro de estudio, también trabajamos sobre la filosofía, la literatura, el arte, el desarrollo histórico de China, porque pensamos que el conocimiento de todos esos elementos no sólo nos ayudan a facilitar sino también a explorar nuevas alternativas de condiciones de vida”, añadió.
Relación comercial de México y China
Sólo dos grandes empresas tienen una real penetración en el mercado chino: Bimbo y Tamsa.
“Bimbo, que cuenta con una gran capacidad empresarial y financiera, realizó un estudio en forma individual, remarcado, vio que había cierto tipo de empresas o fábricas que se adecuaban a la forma de producir de ellos, las compraron, se instalaron y van rumbo a ser la principal panificadora de China”, informó Zottele.
Por su parte, agregó, Tamsa, que produce tubo de acero sin costura, es de hecho lo que está haciendo en el puerto de Xintao, China: tubos de acero sin costura, con gran éxito.
“¿Pero qué pasa con los pequeños y medianos empresarios? Es prácticamente imposible que entren al mercado chino con un volumen bajo –respecto de lo que son las grandes empresas–, con una capacidad financiera comparativamente reducida y con un conocimiento escaso del mercado; por eso, la UV trata de ayudar a los empresarios de Veracruz”.
Aníbal Zottele destacó que México está perdiendo mucho al no tener un intercambio comercial mayor con China y otros países del sudeste asiático –salvo Japón–, los cuales han conformado una clase consumidora con un gran poder adquisitivo: sus economías crecen a tasas arriba de siete por ciento. China, en concreto y con todo y la crisis, en 2009 creció al 10 por ciento.
Razones del auge económico chino
Frente a las crisis recientes y la incorporación de millones y millones de personas por año al consumo citadino, y cuando se vio que las exportaciones estaban en crisis, China resolvió compensar esa falta de demanda exterior con la generación de una demanda interna; es decir, reconvirtieron industrias, le quitaron al sector campesino algunas cargas que tenían, sobre todo en los sectores educativo y de salud, garantizándoles un sistema mejor en estos rubros.
Los recursos que se liberaron en el área rural sirvieron para incrementar la demanda de productos industriales, es decir, que lo que no pudieron vender fuera de su país lo hicieron dentro, con un resultado extraordinario que los llevó a tener una tasa de crecimiento de 10 por ciento.
“Además, no dejaron de comprar, porque es un país que necesita muchísimo del exterior, necesita demasiados recursos del resto del mundo para mantener su sistema”, concluyó el economista.

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