sábado, 30 de enero de 2010

TEMOR A NUEVO DERRUMBE FINANCIERO

Carlos Siula / Diario de Xalapa
¿Hay riesgos de un derrumbe bancario en cadena en Europa o algún país del Viejo Continente podría declararse en default? La hipótesis, que podía parecer inverosímil hasta hace apenas pocos meses, empieza a ser evocada con frecuencia por funcionarios y especialistas.
Los economistas, altos funcionarios y empresarios que asistieron al foro de Davos escucharon -más de una vez- pronósticos alarmistas sobre el futuro de Grecia, España, Irlanda u otros países que atraviesan por una situación estructural o financiera crítica.
"Si cae Grecia es un problema para la eurozona, pero si cae España el problema se convierte en un desastre", reconoció el gurú Nouriel Roubini, famoso por haber pronosticado desde 2006 la crisis de los subprimes que estalló un año después.
Roubini reconoció que, en este momento, su mayor inquietud es el "creciente riesgo soberano". Ese "fenómeno nuevo" en las economías avanzadas "complicará la recuperación" para salir de esta crisis, que representa la peor recesión global desde la Segunda Guerra Mundial.
Ese temor proviene de que varios países europeos se encuentran en situación crítica por la magnitud de sus deudas, el volumen de activos tóxicos acumulados por los bancos y el endeudamiento público y privado.
Diversos informes confidenciales que circulan en medios financieros coinciden en poner en duda la capacidad de resistencia de los eslabones más débiles del sistema europeo. En idéntica situación se encuentran igualmente Bahrein, Vietnam y Jamaica.
El principal riesgo reside en la elevada exposición de los bancos del continente y del escaso margen de maniobra que tendría la Unión Europea (UE) para ayudar a las instituciones financieras en dificultad.
Los bancos atesoran en sus cajas fuertes 1.6 billones (trillions) de dólares en derivados financieros y dudosos pagarés de Europa del Este por préstamos no saldados. Esa cifra colosal se divide en 814 mil millones de activos tóxicos acumulados en los 12 países de la zona euro, 604 mil millones en Gran Bretaña y otros 201 mil millones de vencimientos previstos en Suiza y en cuatro países nórdicos (Suecia, Dinamarca, Islandia y Noruega).
La "deuda tóxica amenaza con resultar insoportable para algunos gobiernos de la UE y representa un peligro «sistémico» para la totalidad del sistema financiero europeo", advirtió un documento confidencial preparado por los expertos de Bruselas.
Aunque el documento no mencionó explícitamente a ningún país, se estima que los más expuestos son los miembros del Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo), Irlanda, Austria, Grecia, España y Gran Bretaña.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) calculó que el sistema bancario europeo está casi tan expuesto a los activos tóxicos (75 por ciento) como estuvieron sus homólogos norteamericanos hace un año. Pero el Gobierno de Estados Unidos tomó conciencia del peligro e invirtió en ese momento 738 mil millones de dólares para evitar el desmoronamiento del sistema, mientras que la UE sólo desembolsó 294 mil millones.
La mayoría de los bancos europeos, que ocultaron la gravedad de la situación, se apresta recién ahora a devaluar progresiva -pero rápidamente- sus activos con ayuda de los Estados. Ese sinceramiento contable, que obligará a pasar los derivados sin valor al rubro pérdidas y ganancias, permite prever un costo presupuestario enorme en este período de crisis y de iliquidez.
Frente a esa perspectiva, el FMI alertó recientemente en forma confidencial a la UE sobre los riesgos que presenta la ausencia de una eficaz "red de seguridad" para respaldar a los bancos en caso de quiebras en cadena.
Los riesgos de "no intervención" se agudizan por el creciente nivel de endeudamiento asumido por algunos gobiernos para financiar los déficits presupuestarios, que en 2009 llegaron a 14 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en Grecia, 12 por ciento en Irlanda, diez por ciento en España y Gran Bretaña, 8.2 por ciento en Francia y ocho por ciento en Portugal. En todos esos países la deuda representará este año entre 60 y 90 por ciento del PIB. A eso se agregó el peso de la deuda privada -contraída por las empresas- estimada en 90 por ciento del PIB contra sólo 51 por ciento en Estados Unidos.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, formuló un análisis menos alarmista, pero reconoce que esos "déficit son insostenibles" y preconiza la necesidad de volver rápidamente a una situación normal.
Como en el mundo económico todo tiene un precio, la estampida de la incertidumbre provocó un incremento del costo del dinero y del seguro de riesgo: la deuda alemana -referencia de la zona euro- aumentó casi 40 puntos de base desde mediados de enero. El seguro de riesgo del empréstito que lanzó el Estado griego cuesta 283 puntos de base. El 19 de enero, la agencia de notación Standard & Poor's colocó las deudas de España, Irlanda y Portugal en "vigilancia negativa", lo que prefigura una degradación de la calificación en los próximos días y -por lo tanto- un aumento del spread (precio del seguro en función del riesgo de default que presenta un préstamo o una deuda).
También se dispararon los costos sobre riesgo de la Unión de Emiratos Árabes, según Markit, una empresa que provee cotizaciones diarias de credit default swaps (CDS), tanto en deuda privada como soberana (contraída por el Estado).
Hasta ahora se pensaba que sólo Dubai se encontraba en dificultades por los excesos de sus programas inmobiliarios. Pero la agencia Moody's también colocó en observación a Bahrein, que obtiene 60 por ciento de sus ingresos del petróleo. El costo del CDS para ese minúsculo emirato aumentó 21 por ciento en los últimos tres meses.
El costo de la deuda soberana griega se incrementó en 156 por ciento en los últimos tres meses. Eso significa en la práctica, que el Estado debe pagar 315 mil dólares anuales suplementarios de seguro por cada tramo de diez millones de su deuda soberana.
Irlanda, que hasta el año pasado era presentado como modelo dentro de la UE, también está bajo la lupa por su alto nivel de exposición crediticia y sus escasas perspectivas de recuperación a corto plazo. En similar situación de parálisis se encuentran Hungría y Vietnam, otros dos países señalados como ejemplares hasta 2008.
El caso más dramático es Jamaica que, bajo una apariencia normal, presenta "la peor situación económica del mundo", según el diagnóstico que comparten financistas y expertos de las agencias de notación. El FMI tuvo que acordarle un préstamo de urgencia de mil 300 millones de dólares. Como la situación del país crea pánico entre los inversores, el costo del seguro de riesgo sufrió una estampida sin precedentes: desde octubre a enero, el spread pasó de 764 mil a un millón de dólares por cada diez millones de préstamo (+31 por ciento en 90 días).
Ese panorama inquietante permite comprender por qué razón, cada vez que en el foro de Davos se hablaba esta semana de finanzas europeas, se escuchaba con nitidez el castañeteo de los dientes de ministros, banqueros y empresarios.

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