miércoles, 27 de enero de 2010

LAS BURBUJAS ESPECULATIVAS, UN RIESGO LATENTE EN LA ECONOMÍA

Analistas temen volatilidad si no se modifican las reglas financieras
Ixel Yutzil González -El Universal
Conforme dejamos atrás una de las más intensas recesiones económicas del siglo XXI, se sepulta la posibilidad de realizar reformas al sistema financiero internacional.
El saldo rojo de la crisis llama a prestar especial atención a la creación de burbujas especulativas, especialmente a aquéllas que de explotar podrían resultar en nuevas catástrofes económicas.
“Aunque la crisis de la economía real ha amainado, hay un riesgo latente de que la volatilidad financiera afecte a los mercados, sobre todo los emergentes, dado que la arquitectura financiera sigue siendo la misma que había antes de la recesión”, expuso José Luis de la Cruz, investigador del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey.
“En el corto plazo, sin una reactivación plena de la economía de EU, y ante la incertidumbre respecto a cómo se darán las correcciones al sistema, permanece el riesgo de volatilidad”, dijo.
Cambio a las reglas
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió la semana pasada que “aunque actualmente el sistema financiero es más sólido que hace un año, sigue funcionando con las mismas reglas que permitieron ponerlo al borde del derrumbe”.
En medio de escándalos de ganancias bancarias, de bonos gigantes para los banqueros rescatados, y de millones de desempleados, la actual administración parece comenzar a apretar la tuerca, para el desagrado de los inversionistas.
Obama propuso crear un nuevo impuesto a bancos, aseguradoras e intermediarios financieros de EU con activos consolidados superiores a 50 mil millones de dólares para recuperar en 10 años hasta 90 mil millones de dólares erogados por el gobierno en el rescate.
La otra propuesta anunciada por el presidente estadounidense está orientada a evitar que bancos o entidades financieras, que controlen o sean propietarios, puedan invertir o patrocinar fondos de riesgo —hedge funds—, fondos de capital riesgo, o especular en bolsa con sus propios recursos monetarios.
Limitará también el tamaño de las entidades financieras y las fusiones dentro de ese sector, y buscará reformar el sistema financiero para dar más garantías a los consumidores.
José Luis de la Cruz consideró que Obama transmitió la necesidad de hacer modificaciones a la regulación de algunos mercados financieros, para evitar que se tomen posturas demasiado riesgosas que en un momento dado, propicien burbujas especulativas o eventos que generan un crecimiento desligado de la actividad real.
“Movimientos muy bruscos en los flujos de capitales, podrían generar nuevos eventos de crisis, o retrasar la recuperación que se necesita a nivel global”, expuso el académico. Sin embargo, agregó, queda mucho camino por andar.
“A pesar de los rescates, existe una postura conservadora por parte de los grupos financieros más fuertes, orientada a mantener su margen de maniobra, independencia, o libertad para tomar todas las decisiones y riesgos que consideren pertinentes”, consideró De la Cruz. El día que Obama difundió su segunda propuesta, las bolsas de todo el mundo cayeron más de 2%, pero permanecieron por arriba de los niveles precrisis.
El monstruo se alimenta de sí mismo
Raúl Feliz, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), expuso que desde que existe el sistema de libre mercado, o capitalismo, las burbujas especulativas siempre han estado presentes.
“Provienen de la expansión del crédito, por lo que aún con cambios regulatorios, van a existir nuevas burbujas”.
Explicó que, la burbuja de bienes raíces que propició la recesión iniciada en el año de 2008, se derivó en parte de las bajas tasas de interés en EU y a la desregulación existente desde 2001.
“Una combinación que dió expansión crediticia y permitió la recuperación, cuando la burbuja especulativa en torno a las empresas tecnológicas o .com redujo el dinamismo económico”.
¿Qué hay detrás de las burbujas?
La innovación genera oportunidades de crecimiento, eficiencia en la producción y empleo. Este círculo virtuoso crea un crecimiento endógeno basado en mayor producción, empleo, demanda interna y ventas externas.
Las burbujas especulativas pueden ser el motor de nuevas formas de hacer economía, pero también pueden ser “monstruos explosivos”.
El problema con las burbujas es que es difícil identificarlas, y cuando están infladas, es difícil romperlas, por que cada vez más grupos de la sociedad se involucran en ella.
Otro temor de romperlas es que se desacelere la actividad económica; pero, el problema de no pararlas a tiempo es que cuando éstas explotan, la economía cae de forma muy fuerte como ocurrió en 2008 y en recesiones previas.
Raúl Feliz, del CIDE, explicó que aunque era obvio unos dos o tres años previos a la crisis que la burbuja hipotecaria explotaría, existía el temor de que al tronar la burbuja la economía cayera.
“Además, los intereses de la gente que está ganando, generan presión; se controlan a grupos de poder, y se exige que la burbuja siga existiendo; y ésta lo hace hasta que truena”.
“Al principio es difícil reconocerla y una vez creada, se convierte en un monstruo que se alimenta de sí misma”.
Por su naturaleza, las burbujas son difíciles de detectar y se pueden confundir con eventos de innovación legítimos como el internet, agregó Raúl Feliz.
La discusión
“Desde que existe el sistema de libre mercado o capitalismo, las burbujas han estado presentes, ya que provienen de la expansión del crédito. Por tanto, van a existir nuevas burbujas aún con cambios regulatorios” , dijo el académico del CIDE.
¿Qué deben hacer las autoridades? Evitarlas, pero por su naturaleza son difíciles de detectar. La cuestión de fondo es el rol del gobierno en la economía global.
Los liberales extremos piensan que los mercados siempre están correctos, y en algunos casos pueden haber excesos; y la doctrina Greenspan pensaba que era más barato que el mercado se fuera por una burbuja y después corregirla, que intentar evitarla.
El costo de que la burbuja reviente como ocurrió en 2008 es muy alto, pues generó caídas en la producción, el comercio, la riqueza mundial, o Producto Interno Bruto, real por persona, y elevó la tasa de desempleo a niveles no vistos en recesiones anteriores, excepto por la Gran Depresión que inició en 1929 y culminó alrededor de 1939.
Detener las burbujas representa también un costo que debe asumirse. El banco central, por ejemplo, al detectarlas tendría que subir las tasas, afectando negativamente a otras empresas que nada tienen que ver con la burbuja; por tanto, los bancos centrales deben tener otro instrumento, uno más preciso.
¿Burbuja en proceso?
Eduardo Loría, coordinador del Centro de Modelística y Pronósticos Económicos (CEMPE) de la UNAM, advirtió que las compras en el mundo de materias primas como el oro, el petróleo y algunos granos, en forma de coberturas, generan burbujas especulativas en mercados de mercancías o commodities que “eventualmente podrían reventar”.
Manifestó su preocupación por las presiones inflacionarias que surgirán este año por la reactivación económica global, y por dichas compras anticipadas de las materias primas o las mercancías.
“Este movimiento está vinculado a los movimientos entre tipos de cambio de las monedas duras como el dólar, yen y el euro, y está generando inundación en los mercados emergentes y una sobreacumulación de reservas”, dijo el investigador.
Agregó que en algún momento, de ocurrir algún choque externo, los capitales podrían moverse y reventar las burbujas en las bolsas de valores, en los mercados de commodities y de los metales mundiales.
Históricamente, la especulación sobre los precios de algunos activos y productos como ocurrió en 1929 con los altos precios de las acciones de empresas en la Bolsa de Valores de Estados Unidos; y en las recesiones globales de 1975 y 1982 con las elevadas cotizaciones internacionales del petróleo.
En las recesiones de esos años y en la de 1991, la producción industrial y el consumo de petróleo mundiales comenzaron a desacelerase dos años antes de que la recesión alcanzara su mínimo, mientras el comercio mundial y el flujo de capital lo hicieron un año antes.
El desempleo, en tanto, registró su aumento más marcado en el año de la recesión y se mantuvo alto durante el año posterior al punto mínimo, mientras que la mayoría de los demás indicadores casi recuperaron su crecimiento habitual.
La recesión actual sigue un patrón similar al de las anteriores, aunque la contracción de la mayoría de los indicadores es mucho más significativa esta vez.
José Luis de la Cruz, del ITESM, expuso que actualmente el sistema financiero mexicano tiene un desempeño más favorable que el que tuvo en 1995.
Consideró que en el presente, hay un foco rojo en el mercado accionario, debido a su estrecha liga con la bolsa estadounidense. “México es un eco de los movimientos internacionales, pero amplificado”, dijo el especialista.
El dilema
Raúl Feliz del CIDE dice que en la actualidad hay una recuperación en las bolsas por la recuperación de la economía.
“Eventualmente se puede formar una burbuja, por que hay dinero barato, crédito a tasas muy bajas, expansión de los índices accionarios, que si prevalecen podrían generar burbujas”, expuso.
“Es un riesgo; es difícil determinar si se trata de una burbuja catastrófica”.
Estamos en una recesión y se requieren tasas de interés bajas para la recuperación, afirma el especialista.
Esto hace que se canalice liquidez a algún sector de la economía y se genere una burbuja, explicó.
“Y se tiene un dilema, por que si se baja la tasa de interés para evitar estas burbujas, la economía no se reactiva”, dijo.
El debate es si el gobierno o no debe actuar; pero, es fácil decirlo. Sin embargo, le estamos dando, al banquero central por ejemplo, el poder de decidir que sectores ganarán y cuáles perderán.
“Hay un elemento de ignorancia; quizá los mercados sí están mirando la recuperación o bien podrían vivir un sueño de opio”, agregó el investigador.



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