martes, 26 de enero de 2010

¿PARA CUANDO "LO MEJOR" DE MÉXICO?

Enrique Campos Suárez-El Economista
Pero el crecimiento ¿cuándo llegará? Los pronósticos dicen que México crecerá modestamente el presente año.
La buena noticia, la confirma ahora José Ángel Gurría, es que lo peor de la crisis ya pasó. Lo que nadie atina a pronosticar es ¿cuándo podrá empezar “lo mejor” para México?
Los ciclos económicos mexicanos van de la caída, con características de derrumbe, al repunte modesto, acompañado de algunos pequeños cambios correctivos de lo más urgente de la crisis. Y de ahí, a la espera de la siguiente baja.
México ha tenido desde las crisis de los 70 para acá memorables bajas en la actividad económica, devaluaciones, hiperinflaciones, crisis presupuestales y muchos largos etcéteras. Pero no ha tenido un solo periodo de crecimiento sostenido, sano y que marque una diferencia sustancial. Hubo momentos de baja inflación. Otros de un crecimiento fugaz. Algunos momentos más de una muy aparente estabilidad.
El pronóstico más optimista para México en este momento es el de tener un 2010 de un crecimiento muy modesto.
No hay aventurados que pronostiquen más de 3.5% de aumento del Producto Interno Bruto.
Y todos lo vinculan con el crecimiento de la economía de Estados Unidos y su consecuente jalón para la economía mexicana.
Los puntos adicionales que pueda mejorar el pronóstico de crecimiento del PIB mexicano estarán condicionados a los datos que vayan fluyendo desde EU. Cada buen dato trimestral de esa economía mejorará nuestro pronóstico local.
O sea, somos tan soberanos que tenemos que rogar que EU no recaiga en su economía para sacar algún provecho de rebote.Porque si nuestro vecino del norte no logra que su economía despegue sin la intervención del dinero público, y sus déficit financieros hacen crisis, entonces sí el pronóstico sería de caída.
“El año de la recuperación”, como le dice Calderón al 2010, pasa por una terrible necesidad de hacer reformas tan importantes como la fiscal, la laboral o la energética. Éstas pasan por el Congreso. Pero también necesita cambios en materia regulatoria, de trasparencia, de seguridad pública, de combate a la corrupción. Éstas son más de competencia de los gobiernos.
Si realmente se pueden generar expectativas positivas sobre el desempeño económico del 2010, habrá que ver repuntes importantes en el empleo y bajas sustanciales en las presiones inflacionarias.
No, la duda no está en si terminó la peor parte de la crisis. Ésa, de hecho, se puede ubicar desde los últimos meses del año pasado, la gran pregunta es como para cuándo esta economía podría despegar hacia los niveles que crearon alguna vez el milagro mexicano del desarrollo sustentable.
Las recuperaciones inerciales han arrojado como resultado un país empobrecido con enormes contrastes. Y sobre todo, con un ambiente conformista en donde ya nadie apuesta a un potencial mexicano de desarrollo. Estamos condenados a ser mediocres, como si fuera una especie de maldición natural. El “yanimodismo” nos agobia y nos convierte en presa fácil de nuestros fracasos.
México se debe un nivel de crecimiento económico que supere el ritmo de crecimiento poblacional, que vaya más allá de la caída de la economía del año pasado. Pero también, que deje atrás un rezago acumulado por décadas.
Cuando a los inversionistas les preguntan por qué les gusta México como lugar de inversión, la principal respuesta no es por la innovación económica, por sus niveles de productividad o por su maravillosa infraestructura. No, el mayor atractivo nacional es la cercanía con EU. Eso sí, tan privilegiada posición geográfica tiene a México en el lugar ocho de las 25 economías más atractivas para invertir en este año, de acuerdo con la firma AT Kearny.
Esa cercanía combinada con los costos más bajos de mano de obra ha colocado a México en el top ten de los mejores sitios para invertir. Pero eso no alcanza para que la mayoría de los capitales prefieran hacer todo el viaje hasta China para establecerse.
Lo interesante es que los analistas explican la pérdida de atractivo de México en factores políticos.
Porque México logró la alternancia en el 2000, pero la venganza política de los perdedores, más la incapacidad de los ganadores, pasó por el congelamiento de los cambios para el país. Sí, la peor parte de la crisis ya quedó atrás, no hay duda. Pero no se ve para cuándo pueda empezar el despegue mexicano.

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