BARÓMETRO FINANCIERO
Carlos Hermosillo
Tras superar en 2009 la etapa más crítica de la crisis económico-financiera global, los inversionistas dan ya por sentado que en este año la tendencia será, sin lugar a dudas, favorable. Hecho ya reflejado en la recuperación de los mercados desde marzo pasado.Sin embargo, aun cuando estemos de acuerdo en esta perspectiva, hay riesgos que las diversas economías y, por ende, mercados financieros deberán afrontar en los próximos meses.No serán pruebas o hitos puntuales, sino más bien procesos que corroboren la buena marcha de una recuperación económica que, a pesar de todo, es apenas incipiente, con una amenaza real en términos de presiones inflacionarias y la necesidad de ir retirando con precisión los diversos programas de estímulo económico, para migrar de la política monetaria expansiva a una neutral.No será un proceso corto, y seguramente estaremos todavía hablando de estos temas como los principales ya bien entrado 2011.Por lo pronto, los ojos deberán estar puestos en los siguientes temas, que consideramos las principales amenazas que tienen el potencial de descarrilar el optimismo de los inversionistas.Sin lugar a dudas, el principal riesgo para la economía internacional es el momento y la forma del retiro de las políticas de estímulo monetario y fiscal.El riesgo de un retiro prematuro de los estímulos es que podría afectar la recuperación económica; mientras que el de un retiro tardío es que podría generar un sobrecalentamiento económico y un rebote inflacionario sin precedentes, además de burbujas de precios en los activos financieros.Por su parte, el sistema financiero internacional enfrenta todavía algunos desafíos importantes. Después de que la crisis detonó en EU con el problema de las hipotecas subprime, se pasó a la crisis del sistema bancario y financiero internacional, cuyo punto culminante se dio con la quiebra de Lehman Brothers.Posteriormente, ambos, junto con la caída de la confianza de los agentes, desencadenaron una profunda crisis económica global, la más grave de los últimos 60 años, que obligó a gran parte de los bancos centrales y gobiernos en el mundo a aplicar medidas de apoyo económico y financiero para evitar una mayor contracción de sus economías.Estas políticas, junto con la caída de los ingresos públicos provocada por la contracción económica, terminaron por deteriorar las finanzas públicas de países avanzados y emergentes, y por incrementar peligrosamente sus niveles de endeudamiento público.Los déficit de los países avanzados han implicado aumentos en las emisiones de deuda pública que amenazan con desplazar en los mercados internacionales a la deuda de los países emergentes, mediante los incrementos en las tasas de interés y el aumento relativo de los niveles de riesgo país.La moratoria de pagos en Dubai y la baja de las calificaciones de Grecia han abierto un nuevo capítulo en el libro de la crisis, que afectará ahora a los países con debilidades financieras de sus gobiernos, como el caso de Grecia, Irlanda, España, Portugal, etcétera.Pero los gobiernos no son los únicos que sufren de finanzas comprometidas. Pese al reporte de ganancias de los grandes bancos internacionales, todavía les quedan pérdidas por reconocer, sobre todo a los bancos europeos, por lo que el tema de su recapitalización seguirá siendo un reto.En México, la recuperación económica y financiera internacional ha repercutido favorablemente sobre la economía, que desde el tercer trimestre empezó a observar tasas positivas de crecimiento respecto al trimestre anterior, aun cuando el financiamiento al sector privado siguió retrocediendo en ese periodo.Como consecuencia del deterioro de las finanzas públicas provocado por la contracción económica y la caída de los ingresos petroleros, debido a la reducción de la cantidad producida de petróleo, el gobierno mexicano se vio obligado a proponer un paquete de medidas fiscales, con el objetivo de garantizar su solvencia financiera.Esas medidas tienen dos problemas, no sólo de acuerdo con nuestro punto de vista, sino también a Fitch Ratings y Standard & Poor's, que en consecuencia bajaron en un grado la calificación soberana mexicana.Los problemas son: uno, que las medidas parecen insuficientes para resolver los problemas de fondo y dos, que tendrán un efecto recesivo e inflacionario en los determinantes internos de crecimiento. Así, el crecimiento esperado para 2010 en México estará determinado por dos factores importantes: uno, la magnitud y el ritmo de la recuperación económica estadounidense, y dos, por los efectos de la política económica aprobada a finales de 2009. Economista del sector privado
Fuente: El Financiero
Fuente: El Financiero
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