viernes, 12 de noviembre de 2010

''SOY PARTE DE LA ACTUAL REVOLUCIÓN SILENCIOSA DE INDIA''

GEORGINA HIGUERAS / EL PAÍS
Vivió su infancia y adolescencia en una chabola de un barrio violento y marginal de Mumbai (la antigua Bombay) habitado por intocables, la última casta india a la que pertenecía su familia. Pero el padre de Narendra Jadhav nunca aceptó que sus hijos no tuvieran derecho a progresar y se empeñó en llevarles a la escuela. "El ascenso de mi familia comenzó el día que mi padre se sentó en la puerta de la escuela y le dijo al maestro que no se movería de allí hasta que admitieran a su hijo", comenta orgulloso. Su libro Intocable, del que ha vendido 600.000 ejemplares, es la historia de la lucha de su familia -él era el último de los seis hermanos- por romper la condena a la miseria que le venía impuesta por la casta.
Conversador nato, le encanta optimizar el tiempo con entrevistas en las comidas, método que casi ha instaurado desde que en junio de 2009 se convirtió en miembro de la Comisión de Planificación de India, el superministerio encargado del desarrollo de los 1.200 millones de habitantes del país. Como tal fue invitado a venir a Madrid para participar en la V Tribuna India-España.
El decepcionante salpicón de marisco le da la oportunidad de hablar en lugar de comer. "Siempre fui el primero de mi clase, pero nunca abrí la boca porque si hablaba se notaba que era un dalit [la casta conocida en Occidente como intocable] y me daba miedo que el profesor me pegara por atrevido".
"Nunca sabes lo lejos que puedes llegar. Mi empujón fue cuando en lugar de preguntarme ¿por qué yo? cambié al ¿por qué no yo?", afirma mientras da buena cuenta del cordero.
Narendra Jadhav cambió su carrera de matemático para especializarse en economía después de leer un ensayo sobre la pobreza. Hoy, desde la Comisión de Planificación está empeñado en impulsar la educación, el empleo, el desarrollo, la justicia social y el acceso de todos los indios sin distinción de castas. Para el economista doctorado en la Universidad de Indiana (EE UU), no existe más discriminación que la positiva: el sistema de cuotas, que reserva un porcentaje de plazas en las universidades y en la Administración pública para miembros de las tribus y de las castas más bajas. "Las cuotas", asegura, "son fundamentales para abrir la puerta. Luego que cada uno responda como quiera".
Según Jadhav, la división en castas y subcastas hasta un total de 4.000 distintas, "ha hecho un daño irreparable al desarrollo de India". Y añade: "El freno impuesto a la población por el solo interés de los gobernantes ha supuesto una pérdida para la nación. Si miramos la historia, vemos que hace 2.000 años el producto interior bruto (PIB) de India suponía el 31% del mundial y ahora, apenas alcanza el 2% del PIB global".
Pero es optimista: "En India se ha puesto en marcha una revolución silenciosa -yo formo parte de ella- que lleva a los que estaban fuera del sistema a introducirse en la corriente y no tiene vuelta atrás". Aunque han llamado para decir que se le acabó el tiempo, pide postre para poder acabar la conversación. Cuenta que a sus dos hijos, de 30 y 25 años, les ha dado tres consejos: "Primero, tu pasado no es un impedimento en la vida. Segundo, los que olvidan el pasado no serán perdonados por el futuro, y tercero, sea cual sea el éxito que alcances debes de tener sentido de la responsabilidad para los que tienen menos oportunidades o éxito que tú".

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