Por Miguel Ángel Cristiani/Columna
Nosotros fuimos los primeros desde el viernes, 25 de julio de 2025, en la columna Bitácora Política titulada “La Defensa de la Universidad Veracruzana: Un Clamor por la Legalidad”, en la que llamamos al entonces todavía rector -a partir del 1 de septiembre ya no lo es- con el título de espurio.
En ese entonces escribimos: En medio de un periodo de vacaciones, la Universidad Veracruzana no halla descanso. La comunidad universitaria se encuentra en pie de lucha frente a la imposición de un rector espurio: Martín Aguilar. Este conflicto no es solo una batalla por la dirección de una institución educativa; es un reflejo de la fragilidad de nuestras instituciones y de la necesidad imperante de respetar la ley.
La llegada de Aguilar al rectorado es un acto que desafía no solo la normativa interna de la universidad, sino también los principios democráticos que deben regir cualquier proceso electoral. La comunidad académica ha levantado la voz, formando una red de universitarios que busca mantenerse informada y organizada, un claro indicativo de que el espíritu de resistencia y la defensa de la legalidad están más vivos que nunca.
Pero ahora, a partir del 1 de septiembre en que legalmente terminó el período por el que fue nombrado rector de la Universidad Veracruzana, no debemos seguir llamándolo rector porque ya no lo es, en su lugar simplemente hay que referirse a él como el espurio Martín Aguilar.
Pancho López el filósofo ateniense xalapeño nos comenta que es conveniente recalcar el significado de la palabra espurio:
La palabra espurio tiene varios matices, pero en general se refiere a algo que carece de legitimidad o autenticidad. Aquí te dejo sus principales acepciones:

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