Samuel García - El Sol de México
La venta del 25% de Banamex al empresario Fernando Chico Pardo es una de las operaciones de mayor trascendencia en el sistema financiero en las últimasdécadas. No se trata solo de una gran operación corporativa, por 2,300 millones de dólares, sino de una señal sobre la solidez de los activos financieros locales y su capacidad de atraer capital en un entorno complejo.
Los múltiplos de valuación, 0.80 veces valor en libros y 0.95 veces valor tangible, parecen ajustados si se comparan con precedentes internacionales. Pero al observar el desempeño del sistema bancario mexicano -con niveles de rentabilidad superiores al promedio regional, baja morosidad y un marco regulatorio sólido- la operación adquiere un sentido distinto: ratifica que el sector sigue ofreciendo fundamentos atractivos en términos de riesgo-retorno, incluso en un ciclo monetario restrictivo y con presiones macroeconómicas externas.
La entrada de Chico Pardo, empresario con experiencia en sectores estratégicos como infraestructura y servicios financieros, añade un elemento de confianza local que contrasta con la narrativa dominante sobre la salida de capital extranjero. Citi ya había manifestado su intención de reducir exposición en banca de consumo en México, y esta operación reconoce el valor estratégico de Banamex dentro del ecosistema financiero nacional. Aunque, el éxito de la OPI está condicionada a la ejecución y al mercado.
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