- El crecimiento sigue fuerte mientras el empleo se deteriora cada vez más
- El PIB 'vuela' hacia el 4% anualizado y la contratación telegrafía recesión
- Los analistas apuntan a dos factores que evidencian un cambio estructural
Mario Becedas - elEconomista.es
La economía de EEUU se ha convertido en una 'máquina' extraña, especialmente a ojos de un inversor que ve cómo el PIB crece a niveles más que buenos (vuela hacia el 4% anualizado en el tercer trimestre del año) mientras los sucesivos informes de empleo son propios de un país que va directo a la recesión. Esta aparente desconexión puede confundir a Wall Street en la medida en la que la publicación de cada dato mueve las expectativas de tipos de interés y altera las apuestas en torno a una Reserva Federal cada vez más preocupada (y lo ha reconocido públicamente) por el mercado laboral. Más allá del creciente debate en torno a la calidad de los datos o la intromisión política en la presentación de los mismos, las tendencias parecen bastante marcadas: la economía sigue fuerte mientras el empleo se deteriora cada vez más. Aunque suene confuso, hay fundamento económico detrás de estas dos realidades paralelas. Son el reflejo de un gran cambio estructural.

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