Estrictamente Personal
Raymundo Riva Palacio - Expreso
El ocultamiento de las cosas es la marca de la casa del régimen obradorista. Minimizar los eventos de alto impacto, también. Normalizar la violencia es una táctica recurrente. Por eso, no extraña que imponer la narrativa que el ataque al vehículo donde viajaba el martes la nieta del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, fue para robarla, haya sido la línea que marcó ayer la presidenta Claudia Sheinbaum. Sugirió que fue un intento de robo, aunque agregó que no se han descartado otras hipótesis. En robo se va a quedar, como lo ratificó la vocera de la Secretaría de Seguridad Publica del Gobierno estatal, Verónica Hernández, que al dar su reporte diario sobre la violencia, dijo que no había más información sobre ese hecho a lo informado en la víspera.
Casi 24 horas después de haberse efectuado, ¿no tenían nada? Entonces, la versión oficial del incidente con la nieta del Gobernador señalado de estar vinculado al Cártel de Sinaloa -en guerra interna desde hace poco más de un año-, ¿significa que ni la autoridad estatal ni la federal tienen la más remota idea de lo que sucedió? No es así. El ataque fue investigado y la versión pública esconde la verdad, porque es más fuerte de lo que puedan manejar.
Según la versión del Gobierno de Sinaloa, interceptaron la camioneta, iban a despojar a sus ocupantes de ella, se dio una balacera y hay dos heridos, escoltas de la menor. La secuencia de hechos está llena de hoyos. ¿En qué sustentaron que iban a despojarlos de la camioneta? ¿Por qué brincaron de la intercepción a una balacera sin más? Si la camioneta tenía balazos por todos lados y dejó un saldo de dos heridos, ¿por qué no hay ningún dato sobre los atacantes? No son incompetentes; no quieren revelar el fondo detrás del ataque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario