Carlos Elizondo - El Siglo de Torreón
La separación entre el poder político y el económico es la esencia de la 4T. O por ponerlo como lo entienden en Morena: el poder político debe mandar sobre el económico. La propuesta de reforma a la ley de amparo va en ese sentido. Hay que limitar los derechos de los ciudadanos y ampliar la autonomía del gobierno que, según ellos, actúa guiado por el interés general.
Han logrado con gran éxito el control político. Pero este modelo no generará crecimiento económico. La incompetencia del gobierno le resta capacidad productiva al país y la incertidumbre baja el apetito para invertir en plantas e instalaciones en México.
Lo más costoso de este modelo ha sido buscar imponerse sobre los empresarios a la par de abrazar a los criminales. Entiendo que un estatista quiera control sobre el capital privado, pero ¿por qué abrazar al crimen organizado? ¿No supone este un riesgo político mucho mayor que el de los empresarios? Sí, sirvió para ganar elecciones, pero esas retorcidas relaciones llevaron a que el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco, Hernán Bermúdez, se volviera líder de la mafia.
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