Jorge Santa Cruz / Revista Siempre
El diputado federal del Partido del Trabajo, Mario Di Costanzo, advierte, en Siempre!, que el gobierno federal prepara la privatización de la seguridad social, del sistema de salud, del sector energético, de la seguridad pública y hasta de las universidades públicas, mediante la Ley de Asociaciones Público-Privadas que ya fue aprobada por el Senado y que será dictaminada por la Cámara baja, muy probablemente, después del 15 de noviembre.
Di Costanzo asegura que no existe razón para argumentar que instituciones como el Seguro Social o el ISSSTE estén quebradas por sus pasivos laborales, pero que ese argumento gubernamental trata de persuadir a la opinión pública de que ya es necesario abrirlas a la inversión privada.
Creo que no es casualidad, yo creo que es parte de esta estrategia que viene aplicando la administración de Felipe Calderón para privatizar cuantas cosas se puedan privatizar en este país. Lo comento porque, además, esto coincide con una iniciativa que se aprobó en el Senado y que llega a la Cámara de Diputados, una iniciativa que le llaman Ley de Asociaciones Público-Privadas, en donde, prácticamente —de aprobarse esto— los privados ya le podrían vender al gobierno la construcción y la operación de la seguridad social, la operación de cárceles, la operación de hospitales públicos, bajo el pretexto de que el gobierno no tiene para invertir. Sería una especie de Pidiregas aplicado a la educación, a la salud, a la seguridad pública. Pero lo más grave —y yo quiero hacer memoria—, es que tanto en 1997, como en el 2006 o 2007, me parece, que fue la reforma del ISSSTE, precisamente la manera de vender esta reforma, en la que incluso en la del ISSSTE se golpearon derechos de trabajadores, se dijo que con esta reforma se salvaría al ISSSTE de la quiebra en el sistema de pensiones. En 1997, con la reforma al IMSS, también oíamos los mismos argumentos. En cambio, nosotros, desde entonces, señalábamos que precisamente el emigrar de un sistema solidario de pensiones, hacia uno individualizado, como el que tenemos, no era la solución y que, al contrario, esto iba a agravar los problemas.
Una vez más, no nos gusta tener la razón, porque esto implica afectar a la población, pero ahí están los resultados, y ustedes recordarán —basta que veamos los argumentos que utilizaron para poner la ley del ISSSTE, la mal llamada reforma del ISSSTE, en donde, entre otras cosas se aumentó la edad de jubilación de las personas y se pusieron unas nuevas condicionantes—, ustedes podrán encontrar en cualquier periódico de esa época que las autoridades decían que ya era para salvar al ISSSTE, que era una de las grandes reformas estructurales que se habían aprobado a Felipe Calderón; me parece que esto nada más es el tratar de encerrar las intenciones privatizadoras del gobierno; pero, también, de tratar de encerrar la corrupción que hay dentro de este tema de las pensiones. Voy a poner un ejemplo: en el IMSS hay aproximadamente 2 millones 100 mil pensionados, pensionados y jubilados. De estos dos millones cien mil, un millón 400 mil gana menos, o tiene una pensión menor, a dos salarios mínimos. Otras 600 mil personas tienen una pensión inferior a un salario mínimo.
Entonces: ¿cómo es posible que esté quebrado el sistema de pensiones?, cuando los dos millones de pensiones o de asegurados representan menos del 2 por ciento de toda la población del país. ¿Cómo es posible que la máxima institución de seguridad social del país, como lo es el Seguro Social, esté quebrada porque tiene pensionados a menos del dos por ciento de la población total y, de este dos por ciento, casi el 80 por ciento, está pensionado con menos de dos salarios mínimos? Me parece que es algo que va contra el sentido común y que las autoridades tienen qué explicar hasta el último detalle, hasta la última coma, por qué dicen que estamos en esa situación, y ya no se diga de los argumentos que utilizaron, tanto en el 97 con la reforma del IMSS, como en el 2007 en la reforma del ISSSTE, para atentar contra los derechos laborales.
Proyecto en varias partes
¿Y cómo va a ser la movida?, ¿en dónde está el truco?
Viene en varias partes: primero declarar que están en quiebra por estos pasivos laborales. Ustedes han oído lo que se dice de Pemex, lo que se dice de CFE, lo que se dice del IMSS y ya cuando se quiere tronar a una institución en este país, se dice que son altísimos los pasivos labores. En el caso de Mexicana sucedió lo mismo, y eso que no es una empresa pública.
¿Pero qué son los pasivos laborales? Los pasivos laborales son lo que una institución, un organismo, tendría que pagar el día de hoy, si hoy corriera a todos sus empleados. Por ejemplo: se dice que Pemex está quebrado por esos pasivos laborales, pero para que se materialicen estos pasivos laborales, el día de hoy Pemex tendría que correr a toda la gente, lo cual, también, es muy improbable. Entonces, con trucos del tipo de contabilidad virtual, hacen creer que —de veras— esas instituciones están quebradas para poder tener el pretexto de privatizarlas. Yo creo que por ahí viene la jugada, así como en algún momento dicen que CFE tiene pérdidas, cuando sabemos que su disponibilidad de dinero es de 85 mil millones de pesos en este año, y que está pagando 60 mil millones de pesos a los proveedores privados de energía eléctrica.
Entonces, estas cosas que está utilizando el gobierno, de tipo virtual, así como Enron que quebró —se acuerdan— utilizaba la llamada contabilidad virtual, así están ocupando este tipo de datos para hacernos creer que las instituciones están quebradas, Pero, como dicen los abogados, “suponiendo sin conceder” que fuera así, ellos también son los culpables, porque ellos llevaron a cabo las reformas. Por lo menos la del ISSSTE, de finales de 2006 y principios de 2007, fue una reforma impulsada por Felipe Calderón. Aquí vino Michelle Bachellet a decir “no hagan eso, porque ya lo hicimos en Chile y estamos arrepentidos” y aquí se continuó con la reforma y vean los resultados. No es posible que a menos de tres años de haber aprobado esta reforma, ya digan que otra vez el ISSSTE está quebrado. Yo creo que ya no saben ni lo que están haciendo. Esa es la verdad.
Esta Ley de Asociaciones Público-Privadas, que concatena perfectamente con esta estrategia, ¿cuándo será discutida en la Cámara de Diputados?
Nosotros estamos preparando su defensa. El dictamen ya salió del Senado. Fue turnado —si no me falla la memoria— a la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, a la Comisión de Economía y a otra comisión, me parece que es a la de Gobernación. De las dos primeras comisiones estoy seguro. Yo pienso que ellos van a tratar de meter esta ley después del 15 de noviembre, cuando el trabajo baja, cuando la gente ya está pensando más en las posadas, para que pase —ahora sí— por abajito del agua, como pasó en el Senado. Nosotros estamos muy atentos a esto, ya estamos trabajando, si me permite hacer un anuncio, va a haber un foro en la Cámara de Diputados, creo que será después del 15 de noviembre, en donde se va a discutir esto que, además, es un gol para el Estado mexicano.
La hora pico
Sí, porque hasta donde entendemos, esta Ley de Asociaciones Público-Privadas que ya autorizó el Senado, contempla a todo aquel proveedor del sector privado.
Así es, o “ya no tengo para hospitales, que construya el privado y yo le pago al que haya construido”. Usted recordará el principio de los famosos Pidiregas, que se llevaron a cabo en Pemex y que ahora, después de muchos años, después de que la deuda por Pidiregas es de casi un billón de pesos, hace dos años, con la reforma energética, dijeron que no eran buenos, que ya no se iban a utilizar. Entonces, yo me pregunto: ¿si los Pidiregas ya no son buenos para Pemex, por qué sí son buenos para la Comisión Federal de Electricidad y por qué queremos armar un esquema muy parecido al Pidiregas para sectores tan delicados como el de salud, o el de seguridad pública? Ya va a pasar como en Colombia, quizá ustedes recordarán cómo Pablo Escobar mandó hacer su propia prisión. Ya solamente falta que aquí quieran eso.
Entonces, de ser aprobada se comenzaría a cobrar los servicios en el Seguro Social, en el ISSSTE, en el sector salud federal; se comenzaría a cobrar en las cárceles, en las universidades públicas; aumentarían los costos en la Comisión Federal de Electricidad. ¿Por ahí va el asunto?
Por ahí va, ya lo estamos viviendo en la Comisión Federal de Electricidad. De hecho, les voy a dar un dato: todos los países del mundo tienen una reserva de capacidad instalada de máximo un 10 por ciento de su demanda pico; es decir, todos los países tienen una demanda pico. La hora del día en que se consume mayor electricidad es el referente para que tengan una capacidad de 10 por ciento más. En México tenemos una capacidad instalada de 47 por ciento más. Esa capacidad instalada, ociosa, que han sido mayormente privados los que la han construido, pues necesariamente repercute en mayores precios y tarifas para la gente. Estamos pagando, indirectamente, esta capacidad ociosa. Pero lo absurdo es que, en este año, a CFE se le estén otorgando casi 60 mil millones de pesos para proyectos Pidiregas. Es decir, seguimos construyendo. Tenemos capacidad ociosa pero seguimos construyendo estos negocios que, definitivamente, son para los privados. El privado si cobra su lana, concluye su generadora de electricidad y a él le pagan. Pero ¿para qué quieres tanta capacidad instalada ociosa, si eso se traduce en que nosotros paguemos mayores tarifas? Ya lo estamos viviendo con CFE y —seguramente— lo veríamos en otros aspectos de la economía.
El diputado federal del Partido del Trabajo, Mario Di Costanzo, advierte, en Siempre!, que el gobierno federal prepara la privatización de la seguridad social, del sistema de salud, del sector energético, de la seguridad pública y hasta de las universidades públicas, mediante la Ley de Asociaciones Público-Privadas que ya fue aprobada por el Senado y que será dictaminada por la Cámara baja, muy probablemente, después del 15 de noviembre.
Di Costanzo asegura que no existe razón para argumentar que instituciones como el Seguro Social o el ISSSTE estén quebradas por sus pasivos laborales, pero que ese argumento gubernamental trata de persuadir a la opinión pública de que ya es necesario abrirlas a la inversión privada.
Creo que no es casualidad, yo creo que es parte de esta estrategia que viene aplicando la administración de Felipe Calderón para privatizar cuantas cosas se puedan privatizar en este país. Lo comento porque, además, esto coincide con una iniciativa que se aprobó en el Senado y que llega a la Cámara de Diputados, una iniciativa que le llaman Ley de Asociaciones Público-Privadas, en donde, prácticamente —de aprobarse esto— los privados ya le podrían vender al gobierno la construcción y la operación de la seguridad social, la operación de cárceles, la operación de hospitales públicos, bajo el pretexto de que el gobierno no tiene para invertir. Sería una especie de Pidiregas aplicado a la educación, a la salud, a la seguridad pública. Pero lo más grave —y yo quiero hacer memoria—, es que tanto en 1997, como en el 2006 o 2007, me parece, que fue la reforma del ISSSTE, precisamente la manera de vender esta reforma, en la que incluso en la del ISSSTE se golpearon derechos de trabajadores, se dijo que con esta reforma se salvaría al ISSSTE de la quiebra en el sistema de pensiones. En 1997, con la reforma al IMSS, también oíamos los mismos argumentos. En cambio, nosotros, desde entonces, señalábamos que precisamente el emigrar de un sistema solidario de pensiones, hacia uno individualizado, como el que tenemos, no era la solución y que, al contrario, esto iba a agravar los problemas.
Una vez más, no nos gusta tener la razón, porque esto implica afectar a la población, pero ahí están los resultados, y ustedes recordarán —basta que veamos los argumentos que utilizaron para poner la ley del ISSSTE, la mal llamada reforma del ISSSTE, en donde, entre otras cosas se aumentó la edad de jubilación de las personas y se pusieron unas nuevas condicionantes—, ustedes podrán encontrar en cualquier periódico de esa época que las autoridades decían que ya era para salvar al ISSSTE, que era una de las grandes reformas estructurales que se habían aprobado a Felipe Calderón; me parece que esto nada más es el tratar de encerrar las intenciones privatizadoras del gobierno; pero, también, de tratar de encerrar la corrupción que hay dentro de este tema de las pensiones. Voy a poner un ejemplo: en el IMSS hay aproximadamente 2 millones 100 mil pensionados, pensionados y jubilados. De estos dos millones cien mil, un millón 400 mil gana menos, o tiene una pensión menor, a dos salarios mínimos. Otras 600 mil personas tienen una pensión inferior a un salario mínimo.
Entonces: ¿cómo es posible que esté quebrado el sistema de pensiones?, cuando los dos millones de pensiones o de asegurados representan menos del 2 por ciento de toda la población del país. ¿Cómo es posible que la máxima institución de seguridad social del país, como lo es el Seguro Social, esté quebrada porque tiene pensionados a menos del dos por ciento de la población total y, de este dos por ciento, casi el 80 por ciento, está pensionado con menos de dos salarios mínimos? Me parece que es algo que va contra el sentido común y que las autoridades tienen qué explicar hasta el último detalle, hasta la última coma, por qué dicen que estamos en esa situación, y ya no se diga de los argumentos que utilizaron, tanto en el 97 con la reforma del IMSS, como en el 2007 en la reforma del ISSSTE, para atentar contra los derechos laborales.
Proyecto en varias partes
¿Y cómo va a ser la movida?, ¿en dónde está el truco?
Viene en varias partes: primero declarar que están en quiebra por estos pasivos laborales. Ustedes han oído lo que se dice de Pemex, lo que se dice de CFE, lo que se dice del IMSS y ya cuando se quiere tronar a una institución en este país, se dice que son altísimos los pasivos labores. En el caso de Mexicana sucedió lo mismo, y eso que no es una empresa pública.
¿Pero qué son los pasivos laborales? Los pasivos laborales son lo que una institución, un organismo, tendría que pagar el día de hoy, si hoy corriera a todos sus empleados. Por ejemplo: se dice que Pemex está quebrado por esos pasivos laborales, pero para que se materialicen estos pasivos laborales, el día de hoy Pemex tendría que correr a toda la gente, lo cual, también, es muy improbable. Entonces, con trucos del tipo de contabilidad virtual, hacen creer que —de veras— esas instituciones están quebradas para poder tener el pretexto de privatizarlas. Yo creo que por ahí viene la jugada, así como en algún momento dicen que CFE tiene pérdidas, cuando sabemos que su disponibilidad de dinero es de 85 mil millones de pesos en este año, y que está pagando 60 mil millones de pesos a los proveedores privados de energía eléctrica.
Entonces, estas cosas que está utilizando el gobierno, de tipo virtual, así como Enron que quebró —se acuerdan— utilizaba la llamada contabilidad virtual, así están ocupando este tipo de datos para hacernos creer que las instituciones están quebradas, Pero, como dicen los abogados, “suponiendo sin conceder” que fuera así, ellos también son los culpables, porque ellos llevaron a cabo las reformas. Por lo menos la del ISSSTE, de finales de 2006 y principios de 2007, fue una reforma impulsada por Felipe Calderón. Aquí vino Michelle Bachellet a decir “no hagan eso, porque ya lo hicimos en Chile y estamos arrepentidos” y aquí se continuó con la reforma y vean los resultados. No es posible que a menos de tres años de haber aprobado esta reforma, ya digan que otra vez el ISSSTE está quebrado. Yo creo que ya no saben ni lo que están haciendo. Esa es la verdad.
Esta Ley de Asociaciones Público-Privadas, que concatena perfectamente con esta estrategia, ¿cuándo será discutida en la Cámara de Diputados?
Nosotros estamos preparando su defensa. El dictamen ya salió del Senado. Fue turnado —si no me falla la memoria— a la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, a la Comisión de Economía y a otra comisión, me parece que es a la de Gobernación. De las dos primeras comisiones estoy seguro. Yo pienso que ellos van a tratar de meter esta ley después del 15 de noviembre, cuando el trabajo baja, cuando la gente ya está pensando más en las posadas, para que pase —ahora sí— por abajito del agua, como pasó en el Senado. Nosotros estamos muy atentos a esto, ya estamos trabajando, si me permite hacer un anuncio, va a haber un foro en la Cámara de Diputados, creo que será después del 15 de noviembre, en donde se va a discutir esto que, además, es un gol para el Estado mexicano.
La hora pico
Sí, porque hasta donde entendemos, esta Ley de Asociaciones Público-Privadas que ya autorizó el Senado, contempla a todo aquel proveedor del sector privado.
Así es, o “ya no tengo para hospitales, que construya el privado y yo le pago al que haya construido”. Usted recordará el principio de los famosos Pidiregas, que se llevaron a cabo en Pemex y que ahora, después de muchos años, después de que la deuda por Pidiregas es de casi un billón de pesos, hace dos años, con la reforma energética, dijeron que no eran buenos, que ya no se iban a utilizar. Entonces, yo me pregunto: ¿si los Pidiregas ya no son buenos para Pemex, por qué sí son buenos para la Comisión Federal de Electricidad y por qué queremos armar un esquema muy parecido al Pidiregas para sectores tan delicados como el de salud, o el de seguridad pública? Ya va a pasar como en Colombia, quizá ustedes recordarán cómo Pablo Escobar mandó hacer su propia prisión. Ya solamente falta que aquí quieran eso.
Entonces, de ser aprobada se comenzaría a cobrar los servicios en el Seguro Social, en el ISSSTE, en el sector salud federal; se comenzaría a cobrar en las cárceles, en las universidades públicas; aumentarían los costos en la Comisión Federal de Electricidad. ¿Por ahí va el asunto?
Por ahí va, ya lo estamos viviendo en la Comisión Federal de Electricidad. De hecho, les voy a dar un dato: todos los países del mundo tienen una reserva de capacidad instalada de máximo un 10 por ciento de su demanda pico; es decir, todos los países tienen una demanda pico. La hora del día en que se consume mayor electricidad es el referente para que tengan una capacidad de 10 por ciento más. En México tenemos una capacidad instalada de 47 por ciento más. Esa capacidad instalada, ociosa, que han sido mayormente privados los que la han construido, pues necesariamente repercute en mayores precios y tarifas para la gente. Estamos pagando, indirectamente, esta capacidad ociosa. Pero lo absurdo es que, en este año, a CFE se le estén otorgando casi 60 mil millones de pesos para proyectos Pidiregas. Es decir, seguimos construyendo. Tenemos capacidad ociosa pero seguimos construyendo estos negocios que, definitivamente, son para los privados. El privado si cobra su lana, concluye su generadora de electricidad y a él le pagan. Pero ¿para qué quieres tanta capacidad instalada ociosa, si eso se traduce en que nosotros paguemos mayores tarifas? Ya lo estamos viviendo con CFE y —seguramente— lo veríamos en otros aspectos de la economía.
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