David Paramo - Dinero en Imagen
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, está dejando cada vez más clara la estrategia industrial de la presidenta Claudia Sheinbaum: usar los aranceles como herramienta para hacer que las empresas paguen lo que deben pagar por comercializar productos en México, porque todo gira en torno al Plan México para generar empleo y crecimiento económico.
Se acabaron los tiempos en los que funcionarios del gobierno como Jaime Serra decían que la mejor política industrial era no tener política industrial. Hoy, se está buscando que la política industrial esté orientada a la fabricación de productos en México.
El propio Ebrard se comprometió con el sector textil y del calzado, representado por Rafael Zaga, a que el año próximo se recuperarán la mitad de los empleos que se han perdido por la competencia internacional.
No se trata de volver al modelo de sustitución de importaciones como el que se aplicó en los gobiernos de José López Portillo y Luis Echeverría, sino usar los aranceles como un método para obligar a que se paguen impuestos para equilibrar el piso, no sólo con las empresas internacionales que actúan dentro de la ley, sino aquellas, especialmente chinas, que entran a México de manera ilegal. Ya sea por contrabando o por ventas con dumping.
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