domingo, 23 de noviembre de 2025

La generación Z mexicana crece con precariedad, incertidumbre y desconfianza política, y con las redes como fuente de información

  • Diez jóvenes de entre 16 y 26 años describen a EL PAÍS su búsqueda de estabilidad y seguridad en un país que sienten cada vez más adverso

Aarón Morales, Samantha Ledezma, Carla María Arroyo y Alec Peñaloza, estudiantes de Comunicación Social de la UAM. Ginnette Riquelme Quezada

Verónica M. Garrido - Patricia San Juan Flores - México - El País

La bandera de los piratas de sombreros de paja de la animación japonesa One Piece que ondea en las manifestaciones de la generación Z simboliza, en palabras de los propios fanáticos de la serie, “la libertad y la justicia”. La palabra “libertad” se repite como un anhelo entre los asistentes a la marcha del pasado sábado y entre los 10 jóvenes consultados por EL PAÍS. Pero, ¿cómo es esa libertad que tanto buscan? Aunque no siempre significa lo mismo, para ellos se materializa en condiciones como el empleo, educación, salud mental, transporte, vivienda y seguridad, que les permitan sentirse menos vulnerables.

En menos de una semana, Ciudad de México ha visto dos marchas —una mucho más exitosa que la otra— convocadas en redes como protestas de jóvenes de entre 15 y 28 años. La realidad, sin embargo, fue otra, pues la mayoría de los asistentes superaba los 30. La ausencia de quienes supuestamente protagonizarían estas movilizaciones no se debió a la carencia de jóvenes: aunque el último censo es de 2020, las proyecciones de la ONU estiman que 38 millones de personas pertenecen a la generación Z, una cuarta parte de la población mexicana.

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