Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
En este país donde un escándalo de corrupción tapa a otro y donde una tragedia mayor opaca el dolor de otras víctimas que se quedan en el olvido, la indignación, el coraje y la capacidad de asombro, por grandes que sean, terminan apagándose ante la inacción y el encubrimiento de las autoridades.
Y es que ante la falta de investigaciones por parte de la Fiscalía General de la República o de decisiones políticas desde la Presidencia para que al menos se investigue y, de haber elementos, se castigue a los presuntos corruptos de Morena, el cinismo y la impunidad terminan prevaleciendo en casos que cimbran e indignan a la sociedad, pero que pasa el tiempo y siguen sin ser procesados ante la justicia.
Ese parece ser el caso del senador Adán Augusto López quien, a pesar de todas las evidencias, testimonios y documentos que apuntaban a su responsabilidad e involucramiento en los negocios criminales de su exsecretario de Seguridad en Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, nunca se le investigó ni se le molestó ni con el pétalo de un citatorio, con todo y que la presidenta Sheinbaum repitió, una y otra vez, que si había sospechas o elementos en contra del líder senatorial de Morena y sus presuntos vínculos con el grupo criminal de La Barredora, la "FGR tiene que investigar".
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