José Buendía Hegewisch - Excelsior
Del extraño caso del doctor Gertz, el misterio no está tanto en su partida anticipada, sino en permanecer siete estériles y oscuros años para la justicia al frente de FGR. La respuesta a la anomalía puede servir para despejar especulaciones sobre los motivos de su retiro sin renuncia, y también de las razones de la realpolitik para despedirlo. Una dimisión envuelta en intriga y secreto, tampoco ajena al sello de escándalo y fracaso de su larga trayectoria pública; aunque ahora precedida del rumor sobre presiones del gobierno para dejar el cargo. Muchas veces cantaron su adiós, pero sus apoyos lo guarecían desde que López Obrador lo puso en 2019. Y ahora, en una maniobra política inexplicada, Morena avaló su partida casi de “puntillas”, como no queriendo ser visto y sin justificar una causa grave como pide la ley, sino en una negociación con la Presidencia para ocupar una embajada “amiga”…¡Glupp!
La primera fiscalía nacional autónoma fue un ejemplo de independencia, pero de la justicia. Y, sobre todo, de falta de voluntad política para revertir el mal de la impunidad del delito que enerva al país; de la persistencia de corrupción e ineficacia para sancionar más de 95% que se cometen, a pesar de la reforma constitucional que lo llevó al cargo para reestructurar a fondo la fiscalía. Donde apenas se metió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario